Capítulo LII.

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La boca seca lo estaba matando. La luz también le molestaba, poco a poco comenzó a recobrar sus 5 sentidos. Y ahí estaba, en el incómodo sillón de un bonito cuarto de hotel, con el dolor de espalda más horrible del mundo.

No recordaba lo que había hecho anoche, absolutamente nada.

Dedujo que había estado más ebrio que nunca, la resaca era horrible.

Se encontró con los demás chicos con los que compartía la habitación del hotel, estaban igual o menos demacrados que él.

Bueno, al menos no estaba solo.

Trataron de aliviar sus malestares de borrachera para ponerse con lo que seguía en el plan. Solo faltaba un día para la boda y Ben estaba más que listo.

Salieron del cuarto y se dirigieron a desayunar como primer punto de parada, después siguieron para comprar cosas que usarían mañana: algunos zapatos, corbatas y así.

Ben se sentía feliz por cada minuto que pasaba, cada vez estaba más cerca de darle el sí a Zoe, su chica.

[•••]

Zoe se despertó temprano, estaba nerviosa. En menos de 24 horas estaría casada.

Salió del cuarto a ver que podría encontrar para hacer el desayuno, solo encontró pan, queso y un poco de leche.

Hizo mala cara pero no le pareció mala idea para desayuno. Estaba hambrienta y cualquier cosa estaría bien.

Tomó su teléfono y puso un poco de música para relajarse mientras cocinaba. Le hizo bien desconectarse un poco de todo, la música la envolvía y la hacía sentirse llena.

Lily salió después de un rato y sus pasos la llevaron a la cocina, los sandwiches de queso la llamaban.

–Buenos días novia.–Saludó sin ánimos, estaba demasiado cansada.

–Buenos días bella durmiente.–Zoe bromeó, ambas hermanas soltaron una pequeña risa.–¿Y tu cita?

–Sigue dormido.–Se quedó pensando un poco.–¿Recuerdas como se llamaba? Creo que estaba gimiendo el nombre de mi ex mientras lo hacíamos.

Zoe soltó una gran carcajada al oír a su hermana. Se sorprendió de sí misma, no se había reído así en mucho tiempo; y menos de un comentario de Tiger.

Vaya, si que las cosas han cambiado.

–Basta.–Dijo Zoe mientras recobraba la compostura y sobaba su dolorido abdomen de tanto reír.–Hoy tenemos bastantes cosas que hacer. Tenemos que ir a las reservaciones de ese spa que dijiste y comprarte un vestido para mañana. No quiero que en mi boda uses los trapos viejos que tienes.

–Ey, ¿Qué hay de malo con mi ropa?–Dijo y robó uno de los sandwiches que había en el plato de su hermana.

–Oye, eso era mío.

–Tú lo dijiste, era.

Las hermanas comenzaron a pelear por un sándwich, cosas ridículas que tenían que hacer entre ellas.

–Emm, ¿Buenos días?

La "cita" de Tiger salió del cuarto, encontrándose con las dos rubias discutiendo y riendo. Ambas se detuvieron ante su presencia.

–Hola.–Atinó a decir Lily vagamente.–¿Dormiste bien?–No sabía que decir, ni siquiera recordaba su nombre. Zoe solo los miraba, muriéndose de risa en su interior.

–Si, todo bien.–El chico sonrió.–Creo que debería irme, fue una linda noche Lily.

–Si por supuesto...–Lo acompañó a la puerta de la suite, quería decir su nombre pero estaba en blanco.

–Adam.

–Si si, hasta luego Adam.–Le dió un rápido beso en los labios y cerró la puerta.–¿Qué tal lo hice?–Dirigiéndose a su hermana.

–¿Cómo se llama tu ex?

–Patrick.

–Bueno, diré que la cagaste.

Después de eso las hermanas comieron su desayuno entre risas, se alistaron y salieron de la habitación.

Tenían un día largo por recorrer.

Y más largo sería mañana, en especial para Zoe.

When love must die; Ben Hardy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora