–Zoe, Zoe despierta.–Ben daba pequeños toques en su nariz tratando de despertarla de la manera más suave posible.–Ya llegamos.
Zoe despertó, pero no por lo que dijera el chico, sino por las fuertes náuseas que tenía. Era raro estar embarazada.
Salió disparada al pequeño baño del avión, haciendo preocupar a su esposo de nuevo.
Ben fue tras de ella, le preocupaba que se hubiera enfermado o algo. O aún no superaba del todo lo de las fotos.
–Dime si te pasa algo, solo quiero saber si te sientes enferma.–Escuchaba eso mientras tenía la cabeza pegada a la taza de baño.
–No, todo bien.–Limpiaba su boca con unos trozos de papel y después prosiguió a enjuagarse.–El viaje me mareó un poco, nada grave cariño.
Zoe salió del baño como si nada, Ben lo notó algo raro pero ya no le tomó más importancia al asunto.
Habían llegado a Roma, su inolvidable luna de miel había comenzado.
Al bajar del avión Zoe se sintió un poco más tranquila, estaba más cerca de dejar de cargar el secreto de su emabrazo. Y sería esta noche.
Encargaron que llevaran sus cosas al hotel en el que se quedarían mientras ellos buscaban un lugar donde comer y pasear un rato por las calles de la cuidad.
La pareja estaba bastante feliz, después de solucionar su pequeña discusión se sentían algo culpables y querían compensar ese tiempo perdido.
Optaron por un restaurante de pizzas que estaba en una plaza y daba una linda vista hacia la gente que transitaba por la misma.
–¿Recuerdas que en nuestra primera cita comimos pizza?–Dijo Ben quitando su vista del menú posándose en los ojos de Zoe.
–Lo recuerdo.–Zoe sonrió.–Y comimos bastante, por cierto.
–Es increíble que esté casado contigo.–Tomó su mano sobre la mesa.–Llevo menos de 24 horas como tu esposo y no estoy más que feliz. Conocerte ha sido de las mejores cosas que me han pasado en la vida, si no es que la mejor.–Las palabras del chico hacían llorar a Zoe, moría de ternura.
–¿Por qué siempre te empeñas en hacerme llorar?–Rió entre lágrimas.–Soy afortunada en tenerte Ben, siempre lo diré y jamás me cansaré.
Se dedicaron una mirada tan romántica que empalagaba, solo ellos se amaban a su manera.
Pidieron su comida y se dedicaron a comer, mientras hablaban de los planes de su estadía en Roma, Zoe planeaba soltarle la bomba esa noche y no quería dejar nada fuera.
Al regresar a su hotel Ben se encontraba cansado, no había dormido nada durante el vuelo por cuidar de ella. Así que avisó que dormiría un rato, cosa que le convenía a Zoe para alistar todo.
Pidió servicio al cuarto para que le llevaran algo de pan dulce, y leche. Tenía hambre gracias al bebé y también para cenar algo con él.
Arregló unas cuantas cosas de decoración y su prueba de embarazo.
El servicio al cuarto llegó y solo faltaba que el futuro padre despertara.
Zoe al no poder esperar más comenzó a darle besos para hacer que reaccionara, al ver que había funcionado hizo que se tapara los ojos y lo llevó a la sala de la habitación.
–¿A dónde me llevas Zoe? ¿Qué tramas?
–Solo espera, ¿Sí?
Hizo que se sentara en uno de los sillones, ella hizo lo mismo.
–Ok, abre los ojos.
Ben se encontró con algo de comida, unos globos esparcidos en la sala y una prueba de embarazo sobre la mesita. El chico la tomó sin saber que esperar. Sabía lo que pasaba, pero no quería creerlo, no podía expresarse.
–¡¿Es lo que creo que es?!–Dijo él apenas pudiendo hablar.
–Vamos a ser padres, amor.–Confirmó Zoe, con pequeñas lágrimas asomando por sus ojos.
Ben se levantó del sillón en dirección a ella, tomándola por la cintura y levantándola, después de decir varios "lo siento" la bajó y comenzó a besarla. No había recibido noticia más feliz en su vida que esa, era el hombre más feliz en la faz de la tierra.
Sus besos fueron poco a poco subiendo de tono, se habían concentrado más en ellos, necesitaban concluir su noche de bodas.
Iban hacia la habitación principal, dando pequeños tropiezos, aunque en ningún momento se separaron. Zoe se recostó en la gran cama mientras Ben se agachaba para quedar a su altura, poco a poco Ben fue quitando la blusa que la cubría, dejando su sostén y una pequeña panza de embarazada al aire.
Zoe no se quedó atrás y también fue quitando su playera, acariciando su espalda, pecho y todo lo que tuviera a su alcance. Ben fue quedando recostado de igual manera en la cama, y con su mirada color cielo, Zoe se quedó hipnotizada, dejándose llevar por las caricias que le daba su esposo.
Ben, sin dejar de mirarla a los ojos, fue desabotonando el pantalón de ella, en sus ojos veía la misma emoción y deseo de hacía meses, cuando solamente era un romance juvenil.
Al desabotonar su pantalón, deslizó su mano al interior de su ropa interior, llegando a la intimidad de Zoe. Por la mirada de ella, notó que no iba a detenerlo, por lo que comenzó a acariciar aquella delicada zona, se acercó a sus labios para dar un apasionado beso que parecería no tener final, sin dejar de estimularla. De ratos, ella se separaba de él para soltar uno que otro suspiro o gemir el nombre del chico de sus sueños.
Ben fue poco a poco despojándose de su pantalón y su ropa interior, hizo una mirada insinuante y Zoe asintió. Colocó su miembro en la entrada de la chica y comenzó a empujar; había pasado tiempo desde la última vez que tuvieron sexo, y después de casarse y que Zoe estuviera molesta con él, se sentía como la primera vez.
Las uñas de Zoe se clavaban en la espalda del rubio, quien se aferraba a su cuello. Sentía plenitud al estar con él, con quien menos había imaginado acabar; estaba feliz.
Sus respiraciones y jadeos llenaron el silencio de la habitación, gritos ahogados y gemidos era lo que abundaba en el ambiente. Sensación de piel con piel, corazón con corazón, alma con alma. Incluso suena algo poético, pero eso lo sentían ambos.
–Te amo.–Susurró Ben en su oreja.
–Lo sé.–Respondió Zoe.
La luna de miel que Roger había pagado para su pequeña hija recién había comenzado, y su nueva vida había empezado de la mejor manera.
Fin.
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When love must die; Ben Hardy.
Fanfiction"Te estoy dejando porque te amo." Eso cada vez sonaba dentro de mí, hasta que te conocí. 💌; terminada.