Nathan.

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Cuando Lucifer se enteró de que Crowley estaba vivo, su furia despertó. Cuando se enteró de que estaba en algo raro y que, según Sam, podría ser Castiel, su instinto asesino ardió en llamas.

Pero debía mantener la calma mientras lo espiaban para descubrir donde estaba el ángel. Lo observaban desde el impala comprar hamburguesas y helado, por supuesto, en la hamburguesería favorita de Cas.

Todos pensaban en lo fácil que sería para el niño conceder los deseos de su madre con un pensamiento, pero antojos eran antojos y el deber de Crowley era cumplirlos al parecer.

El demonio salió con tranquilidad del local, siendo atrapado de improvisto en el lateral del edificio. Lucifer le apretó del cuello contra el muro de ladrillo, haciendo que soltara su compra.

- Así que nos vemos de nuevo, ¿Eh?

Dean interrumpió el "emotivo" reencuentro recordándole a Lucifer que lo necesitaban vivo.

- ¿Dónde está Cas? –

- Es tu ángel guardián, no el mío. – Reto a Dean, mientras acariciaba su cuello adolorido. -

- ¡Dime donde mierda esta mi ángel antes de que te devuelva al lugar del que ese niño te saco! – Reclamo Luci con sus ojos carmesí brillando.

- No es necesario preguntarle u obligarlo. – Intervino Jack, acercándose al demonio que jamás había conocido.

Los ojos dorados le miraron directo.

- Dime donde está. –

Por un segundo los poderes de Jack parecieron funcionar, pero enseguida fue rechazado. Crowley no sería capaz de rechazar un poder así... entonces...

- Tiene un vínculo con el bebé. – Expresó Jack, totalmente cohibido.

- ¡Maldito hijo de perra!

Gritó Lucifer antes de volver a apretar el pescuezo del demonio, pero le hizo retroceder.

- Suéltalo. - Ordenó la voz de Castiel, en la oscuridad del callejón.

La mirada de brillante blanco les confirmo lo que pensaban, el hijo de Satán había vuelto.

Con suma tranquilidad, Crowley tomo la bolsa que se le había caído, y por suerte no se dañó, y camino hacia la figura ángel.

- Creí haber sido claro con dañar a mi madre. – Negó con su cabeza, como decepcionado de su comportamiento. – Crowley es más importante que ustedes para nosotros, y no puedo permitir que nos alejen de él. – Explico con suma paciencia.

Camino hacia su padre, hasta tener la mirada carmesí lo suficientemente cerca. El cabello despeinado y la camiseta demasiado grande para el cuerpo de Cas pero lo suficiente para cubrir su vientre, eran una imagen adorable. Contrarios completamente a la mirada asesina que desafió a Lucifer.

- La próxima vez que atentes con los deseos de mi madre... - Sopeso, buscando las palabras correctas. – no tendré piedad de ti y de tu primogénito.

Dio media vuelta y camino de vuelta a la oscuridad en la que lo esperaba Crowley. Pero se detuvo a dos pasos de él, mirando un momento hacia atrás.

- Por cierto, - Sonrió. – Mi nombre es Nathan, no "niño".  

SurrenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora