- ¿Mora, estas dormida? –Le pregunto en la oscuridad de la habitación-.
- No mi amor, ¿te pasa algo?
- No nada, estoy pensando..., se que hago bien en llevarme a las niñas a Buenos Aires con nosotros, pero no creo que lo acepten tan fácil.
Esta tarde he estado hablando con Mia, ella es más comprensiva conmigo, siempre ha sido así, con Mía siempre me he podido comunicar, en cambio con Marizza..., ella se llevaba mejor con su madre, se entendían, ella y yo siempre nos hemos llevado como el perro y el gato, es igual a su madre, tiene un carácter muy difícil, tengo miedo a que quiera hacer alguna de las suyas.
- Bueno..., yo también creo que haces bien en querer llevártelas, pero ya sabes, a su edad es normal que sean rebeldes, que tengan ganas de hacer su vida. Mira mi hijo por ejemplo, yo sé que él es feliz estando solo en casa y haciendo lo que le da la gana. Cuando le he dicho que vuelvo contigo y encima con las chicas se le ha caído el mundo encima al pobre, pero ya veras, que con el tiempo, se adaptarán y al final podremos ser felices los cinco.
- Eso espero, mi amor. – Dándole un beso tierno en los labios-. Pero igual, sabiendo como es Marizza voy a llamar a Martínez, el detective de la empresa para que no le quite el ojo a Marizza hasta que nos vayamos, porque seguro que se va a querer escapar.
- ¿Estás seguro, mi amor?
- La conozco, y seguro que está planeando algo.
................
- No sé qué hacer... - piensa Marizza dando vueltas en la cama-, al final Mia siempre me hace pensar las cosas con más calma. Es verdad que desde que papá está con esa mujer él está más feliz, eso es innegable, y que yo, bueno...., mucho no voy a extrañar a Hugo ....¿Pero qué hago con mis amigos?... yo ya tengo mi vida armada aquí...
También es verdad que mire donde mire y vaya donde vaya todo me recuerda a mamá... mamá...-recuerdo apartando una lágrima de mi mejilla-, a lo mejor sí que es buena idea irse a Buenos Aires y cambiar de ambiente, y bueno, si no funciona, ya pensaría algo para volver, como dice Mia.
¡No sé qué hacer! –exclamo resoplando de frustración y poniéndome la almohada en la cara para silenciar un pequeño grito-.
..................
Por la mañana, entro en la habitación de Mia y la encuentra encima de la cama concentrada en el portátil.
-Hola, ¿qué miras? –Le digo sentándome a su lado-.
- Hola, estoy viendo páginas sobre Buenos Aires, como es la ciudad, la gastronomía... bueno, un poco de todo.
-Mia –digo posando una mano encima de la suya para que parara un momento y me mirara-, he estado pensando, y... bueno, lo que tu dijiste, de que papá ahora es más feliz... y eso.... que podríamos probar a ver qué tal –digo bajando la vista a mis manos-.
- ¡¡¡Siiiii!!! –grita soltando un gritito y abrazándome con fuerza-.
- Bueno, bueno, -digo sonriendo- , ¿pero si no me gusta nos volvemos, ok?.
- Palabra –dice levantando la mano derecha-. ¿Vamos a decírselo a papá?
- No, si a él le da igual lo que pensemos, y además no pienso darle el placer de decirle que al final estoy de acuerdo en irnos, estoy segura de que piensa que me voy a escapar y no le voy a dar el gusto de sacarlo de dudas..., y pobre de tú que le digas algo. –Le digo con dedo amenazador-.
- Está bien, está bien, no le diré nada, quédate tranquila, pero que conste que no me gusta.
- Bien, ¿vamos a desayunar?. –Le pregunto levantándome de la cama-.
- Si. –Contesta cerrando el portátil y levantándose de la cama-.
BUENOS AIRES, EN EL CLUB
- Hey Pablo, -saluda Guido-, ya nos ha contado Manuel que tendrás dos hermanitas, tengo ganas de ver como son– dice mordiéndose el labio-.
- Ya, bueno, no sé como son, pero tranquilos, ok, van a ser de la familia, así que cuidadito.
- Guido, en serio te lo digo, -dice Tomás con una sonrisa-, necesitas una novia que controle esas hormonas –.
- Ah, bueno, ya habló el novio, -contesta Guido mirando al cielo- el que se cree superior por tener a una mujer pegado a sus pantalones. Si lo mejor es ir de flor en flor, no sabes, cada una tiene un sabor diferente...
- Bueno, no te pongas poeta, tú –dice Pablo empujando por el hombro a Guido-. En dos días estará aquí mi madre con ellos, ¿os parece mañana hacer una fiesta en mi casa para despedir mi libertad?.
- Siii, perfecto, -comenta Guido-, voy a sacar mi agenda y empezar a llamar.
- Para, para, no. Quiero una fiesta con amigos, no gente que no conozca, ok, - quitándole la agenda de las manos-, ya me ocupo yo de la agenda, tú solo tráete una acompañante, de acuerdo... solo una.
- Ok, ok, lo que tú digas, es tu fiesta.
- Dale, yo vendré con Pilar –dice Tomás-.
- Bien, mañana a las nueve por la noche en mi casa. Me voy, que tengo que hacer unas compras. Chao.
- ¡Acuérdate del alcohol! –dice Guido gritándome, cuando yo ya salgo por la puerta-.
..................
Al día siguiente, a las diez de la noche, en casa de Pablo.
- Hola Pablo, buena tú fiesta, che –dice Manuel acercándose con una cerveza en la mano-.
- Sí, bueno, aquí, despidiéndome de mi vida. –Digo bajoneado-.
- Jajaja, no te pongas melodramático, ya verás como tampoco es tan malo como te lo imaginas.
-¿Tú crees?
- Pues claro, ¿la verdad?, yo ya tengo ganas de conocer a las hermanitas, a lo mejor nos llevamos una linda sorpresa. –Me comenta con sonrisa picarona-.
- Si tú lo dices...
- Claro, y ahora, que te parece si sacamos las guitarras y les cantamos algo a nuestros amigos... y amigas – guiñándome un ojo.
- Te sigo – digo riéndome.
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¡¡¡Gracias por los ánimos!!!
Y si os gusta, ya sabéis, dadle a la estrellita.💋💋💋
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Al otro lado del océano
RomancePablo Bustamante es un chico de padres divorciados viviendo en Buenos Aires. Marizza Colucci es una chica con un padre viudo y una hermana insufrible viviendo en Madrid. Sus padres un día se conocen y a partir de ese momento sus vidas cambiarán par...