Al otro lado del océano

Capítulo 29

Entramos en el insti.

Mia va corriendo a clase a encontrarse con sus amigas y yo voy hacia la escalera ya que allí está Laura.

Después de saludarnos pregunto por Luján ya que no la veo, pero me comenta que aun no ha llegado y empiezo a explicarle cómo han ido las vacaciones ya que está ansiosa por oírme.

Suena el timbre y nos dirigimos a clase comprobando que Luján aun no ha llegado. En el patio largo cojo el móvil e intento llamarla pero no me lo coge así que le envío un mensaje preguntándole si está bien.

Ya en la cafetería, se acerca a mí Marcos y me pregunta que tal las vacaciones. Nos sentamos juntos en una mesa y él me explica que se fue a esquiar con sus hermanos y sus padres y yo le explico nuestro viaje a España.

Veo como entran Guido, Tomás y Pablo y se sientan en una mesa, enfrente de la mía y noto como Pablo me observa. Yo me acerco más a Marcos intencionadamente y le presto toda mi atención.

Cuando acaban las clases Marcos se me acerca y me pregunta si me apetece ir a comer algo al centro y después ir al cine o hacer algo. Noto como Pablo se queda escuchando remoloneando en su pupitre esperando a ver que le contesto.

Le digo que sí. Me giro hacia él y le informo que no voy a volver con él a casa ya que saldré con Marcos. Veo como le cambia la cara, se gira y sale del aula pegando un portazo.

Expiro profundo, guardo los libros y salgo con Marcos. Es lo que tenía que hacer. Me digo a mi misma para reafirmar mi postura.

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Ya en casa, después de la comida, el cine y el paseo, reconociendo que me lo he pasado mejor de lo que pensaba, subo a cambiarme y vuelvo a llamar a Luján ya que veo que no ha mirado mi mensaje. Sigue sin contestar. Empiezo a estar preocupada.

Bajo a cenar y allí compruebo el mal humor de Pablo. Mejor así, ya se le pasará y al final entenderá que es lo mejor para los dos. Que solo soy un capricho momentáneo, nada más. Espero que cuanto antes se dé cuenta, mejor.

Al día siguiente Luján tampoco aparece. Si mañana tampoco aparece ni da señales de vida iré a su casa a preguntar. Mientras, Marcos no se separa de mí en los ratos libres. Me gusta como esos rizos rubios le caen en la cara. Es un chico muy guapo, de ojos marrones, con un piercing en la ceja, alto, delgado, algo gracioso y muy inteligente. Me dice que le gustaría acompañarme hoy a casa en su coche. Le digo que de acuerdo.

Ya en clase, me giro hacia Pablo y le comento que hoy volveré a casa con Marcos, que no me espere y él solo asiente con la cabeza. Cada vez que le miro a los ojos se me parte el corazón, pero estoy haciendo bien. O eso pienso.

A la salida, voy con Marcos al coche, nos subimos y antes de arrancar Marcos se me declara. Esperaba algo así, porque desde ayer me di cuenta que le gusto. No está mal pero no entraba en mis planes estar con nadie ahora, pero creo que es el mejor momento para salir con él ya que así dejo claro a Pablo que nuestros "flirteos" se han acabado. Le digo que sí y compruebo como se emociona. Me lleva a casa y bajo del coche no sin antes decirme lo guapa y maravillosa que soy y darme un beso.

Cuando llego a la habitación vuelvo a llamar a Luján pero tampoco contesta.

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Ahora resulta que está con Marcos. La he visto despedirse de él con un beso en el coche. No la entiendo. Estoy convencido de que lo que quiere es estar conmigo y a la mínima sale con otro chico. Está empeñada en sabotearnos. A la mente me vienen las palabras de Olga. Tiene terror al amor. No quiere que la amen ni ella amar a nadie. No quiere vivir una historia de amor, ya que si es feliz, piensa que algo pasará, qué la dejará, la rechazará o que... se morirá, como su madre.