- ¿Mia, aun no estás lista? –pregunta Marizza cambiando su peso de un pie a otro-.
- Ya estoy, cinco minutos.
- Pablo lleva treinta minutos esperándonos en el coche, si no sales ya, nos vendrá a buscar y no quiero soportar su mal humor.
- Ya voy, ya voy.
-¡¿Se puede saber qué hacéis?!. ¡¿Bajáis o qué?!. –Grita Pablo al pié de la escalera-.
- Ya vamos, -contesto bajando las escaleras-, no conoces a Mia, siempre tienes que decirle que has quedado dos horas antes para que esté lista. Ya te acostumbrarás.
Cuando llego abajo, levanto la vista de las escaleras, ya que por miedo a caerme por culpa de los zapatos que me ha hecho comprar Mia tengo que ir con cuidado mirando por donde piso, la voy a estrangular, mira que convencerme para ponerme zapatos de tacón, levanto la vista y veo a Pablo mirándome de arriba abajo con una mirada que no se interpretar.
- ¿Qué pasa?, ¿no estoy bien?, ¿no te gusta?. Dios, me he pasado, he hecho caso a Mia y me he arreglado demasiado.
- Si.. si.... te ves muy linda.
- Gracias, -respondo bajando la vista-, tú también estás bien.
- Bueno Pablo, ya estoy, no hace falta que grites. –Dice Mia bajando las escaleras encima de sus zapatos. Mira con que soltura camina, yo parezco un pato encima de unos patines-.
- Vámonos pues, Manuel me ha pedido que seamos puntuales y ya han pasado 45 minutos de la hora.
.....................
- Vaya Pablo, menos mal que te dije que fueras puntual. –Le recrimina Manuel abriendo la puerta.
- Eso díselo a las chicas, me parece que a partir de ahora si tengo que ir con ellas, voy a llegar siempre tarde.
- Oye tú, haznos quedar bien, y además, ¿Quién llega pronto a una fiesta?. –Dice Mia, dándole un golpe en el brazo a Pablo y pasando a su lado para entrar en la casa-. Hola Manu.
- Ho....hola... vaya, estás muy guapa.
- Gracias, tú también te ves muy lindo.
- Pasad, pasad, ya estamos casi todos.
- Manu, -susurro cogiéndolo del brazo y llevándolo a un rincón-. He invitado a venir a un amigo, espero que no te moleste.
- No tranquila, es una fiesta, puedes invitar a quien quieras, ¿lo conozco?.
- No creo.
- Pues entonces aun no ha llegado, porque los que hay los conozco a todos. Ven, te enseño donde está la cocina y te pones algo de beber. Por cierto, estás muy guapa. –Comenta llevándome por el pasillo-. ¿Te has arreglado así para tú amigo?.
- No, que va. Me he puesto así por culpa de Mia, no ha parado hasta que me he puesto este vestido.
- Pues te sienta bien. Mira, aquí tienes de todo, y afuera en el salón he puesto también una barra improvisada, ¿ok?, te dejo, cualquier cosa, ya sabes. –Me dice alejándose por la puerta-.
- Gracias. –Cojo una botella de ron Barceló, mi marca preferida, y me pongo medio vaso, me giro buscando limonada, pero encima del mármol no la encuentro.
- ¿Buscas algo?. –Me pregunta Pablo detrás de mí-.
- Sí, limonada, pero no la encuentro.
- Espera, a lo mejor hay en la nevera. –Me dice abriéndola y agachándose fijándome en su trasero. Vaya, menudo culo.
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Al otro lado del océano
RomancePablo Bustamante es un chico de padres divorciados viviendo en Buenos Aires. Marizza Colucci es una chica con un padre viudo y una hermana insufrible viviendo en Madrid. Sus padres un día se conocen y a partir de ese momento sus vidas cambiarán par...