Capítulo 3

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Hugo me recoge en la entrada de mi casa con su mercedes nuevecito que le ha regalado su padre por su cumpleaños. Entro en el coche con prisas por el frío que hace fuera y le doy un beso rápido en los labios mientras el arranca el coche y nos perdemos por la ciudad.

Hace tres semanas que estoy saliendo con Hugo, es un chico guapo, moreno, con unos ojos negros como pozos, y simpático. Lástima que tenga tanto ego y las manos tan largas. Yo intento frenarlo, pero cada vez me cuesta más. No me gusta que vaya tan rápido. Es dos años mayor que yo, ya va a la universidad, y bueno, supongo que si pronto no tiene lo que quiere, me va a dejar. Pero bueno, eso ahora no importa, si mi papá me quiere llevar....

- Hugo.... mi padre me quiere llevar a Buenos Aires a vivir.

-¿¿¿Queeee???. ¿Buenos Aires, Argentina?

- Sí,–le contesto haciéndole un pucherito-. ¿Qué vamos a hacer?. Yo no quiero separarme de ti.

- Bueno –Dice acercándose a mi cuello y posando sus labios en él-. ¿Pero porque te quiere llevar a Buenos Aires?

- Dice que eres una mala influencia para mí. –Le digo sintiendo sus labios por mi cuello y mi clavícula-.

- Bueno.... en eso tiene algo de razón. –Poniendo la mano encima del muslo y subiéndola lentamente por debajo de la falda mientras pone una sonrisa pícara-.

- Apartando la mano-. Hugo, esto es serio, nos vamos en diez días.

- ¿Y por qué no aprovechamos el tiempo que nos queda? – Dice poniendo otra vez la mano en el muslo mientras me busca la boca.

- ¡¡¡Hugo!!!. ¡Esto es serio!. –Grito sacándomelo de encima-. Tengo que pensar algo para no ir.

- A ver. –Dice, mientras se acomoda otra vez en su asiento-. Si tu padre te quiere llevar, no puedes hacer nada Marizza, eres menor de edad.

- Ya se, estaba pensando en escaparme y esconderme hasta que el recapacite y se quiera quedar. Y tú me podrías ayudar.

- ¿Yo?... no sé Marizza, pero tu viejo, con los contactos que tiene, va a remover cielo y tierra y si nos pillan a mi me mata.

- Bueno, pero si solo lo sabemos tú y yo... –digo poniendo voz mimosa- no va a poder averiguar nada, dale, ayúdame...

- Está bien..., - dice soltando un suspiro-, con esa carita quien se puede resistir. –Dice agarrándome por la cintura y atrayéndome hacia él-.

............................

Ya en casa, Marizza entra en el cuarto de Mia, que está en la cama leyendo un libro.

- Hola, ya llegaste, ¿has visto la hora?. –Dice Mia señalando el despertador-.

- Si, ya sé, pero estaba con Hugo, y ya sabes...

- No, no sé, pero me imagino. No entiendo que haces con ese tarado, si es insoportable.

- Pero no sabes cómo besa...

- No entiendo cómo puedes estar con un chico si no te gusta –dice Mia poniendo los ojos en blanco-. Yo nunca podría besar a un chico si no estuviera enamorada.

- Por eso aun no has besado a nadie. Tanto libro romántico te está pudriendo el cerebro, Mia. No sé a qué esperas, si tienes a medio colegio suspirando por ti.

- Bueno, pero yo quiero que sea especial, quiero sentir eso de lo que hablan las novelas... ¿Marizza, tú has estado enamorada alguna vez?

- No, si te refieres al amor de tus novelas, no. Sería lindo sentir un amor así, pero eso no existe Mia, tienes que ser realista y poner los pies sobre la tierra, los hombres que salen en tus libros no existen en la vida real. Y si te pasas la vida esperando a un hombre así, te vas a quedar para vestir santos.

- Huy, que mala onda que traes. ¿Pasó algo con Hugo?

- No, con él todo bien. Va un poco salido, pero bueno, todos son así, van a lo que quieren. Estoy así por papá.

- Cuando te fuiste, estuve con papá hablando... y bueno...

- ¿Qué?

- Que lo entiendo... Al principio me dio bronca tener que irnos de aquí, pero hablando con calma con él, me he dado cuenta de que está enamorado de verdad. Después de lo que pasó ya sabes como estaba, era una sombra Marizza..., tú lo sabes..., yo tenía miedo de perderlo también... -Marizza estaba callada mientras enredaba los dedos entre los hilos de la manta de Mia- ... Marizza, desde que conoció a Mora, papá ha cambiado, está feliz, tú lo has visto, es otro, vuelve a ser el papá que era... yo tampoco conozco mucho a esa mujer pero le estoy agradecida de habernos devuelto a papá.

- Bueno... pero nos quiere separar de nuestro mundo...

- Si... pero piénsalo, a él le hace bien estar con ella, y bueno... a mi me va a doler separarme de mis amigas, de mi mundo, ya sabes que a mí me cuesta hacer nuevos amigos, no soy como tú, pero será una aventura, y si no resulta, bueno... ya veremos cómo convencemos a papá para volver, pero le tenemos que dar una oportunidad a papá de ser feliz.

-¿Y nosotras...? –Digo conteniendo las lágrimas a punto de salir.

- Marizza, ¿de verdad me vas a decir que te importa tanto dejar a Hugo y a todos sus amigos cuando hace tres meses que los conoces, o es porque te da bronca esta situación y que papá mande en tú vida?. Sabes que tus verdaderos amigos no los vas a perder, la verdadera amistad es para siempre, y bueno....no sabes lo que te puede esperar al otro lado del océano.

- ¿Porqué lo ves todo en positivo? A mí no me gusta que papá me maneje mi vida a su antojo.

- Tienes que reconocer que este último año has hecho bastantes trastadas y has puesto a papá al límite más de una vez.

- Tú también has colaborado. – Digo medio enfadada-.

-Sí, pero por ti, para ayudarte.

- Bueno, no quiero hablar más de ello. Me voy a dormir. Chao. – Dirigiéndome a la puerta para irme a mi habitación-.

- Chao, buenas noches.

Al otro lado del océanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora