A ella la amo [Completa]

Te odio

Día mas amargo fue cuando supe la existencia de la magia en mi interior y no podía casarme con ningún ser sobre natural, y no hice eso. Yo soy Shaoran Li, alguien cerrado de emociones, pero todo cambió cuando conocí a alguien . Sobreviví a uno de los ataques del mago Clow, lo que me dejó una cicatriz en el cuello por el incremento de magia en mi cuerpo ,en ese instante, perdí a mis padres cuando ellos sellaron los poderes de aquel mago. Simplemente mis padres se desvanecieron como el que polvo frente a mis ojos.
Esos tiempos el heredero al trono (Fujhitaka) tenía 11 años, y yo tenía 7 años al perder a mi familia.
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Me crié en la escuela de magos, y en una expedición conocí a una vampira, la cual me atrajo y me dio la felicidad que no experimente con otra persona. En ese entonces Fujhitaka ya tenía esposa y un hijo, mi buen amigo tenía 23 años y listo para subir al trono.
Para mi, el día que bebí el vino de la inmortalidad cambió todo.

Actualidad...

—Buenos días  Shimomoto — habló sonriente aquel castaño.

—No me digas así —contestó con disgusto la muchacha de ojos celestes y se sentó al lado de aquel en el pasto.

—¿Entonces quieres que te diga vampira? —expresó con desinterés

—No, tampoco así —mordió su labio inferior, sentándose al lado de aquel.

— Te amo por eso Akiho — sonrió el muchacho viendo a su lado a la de ojos celestes.

— Y yo también Shaoran, tienes alguna novedad que no sepa — sonrió y aquel le dio una sonrisa amarga.

— Hoy es el día de mi nombramiento como mago real y tomaré el vino de la inmortalidad.

— Eso significa que debemos separarnos como manda la ley ¿verdad? — murmuró Akiho con algo de seriedad .

— Lo sé por eso...

— ¿Mmmh?

— Quiero que seas mi esposa Akiho Shinomoto — habló con normalidad.

— ¡¿Aaah?!

— Quiero que nos casemos — afirmó. — Quiero estar contigo.

— Yo también Shaoran; pero, tu ni yo estamos a salvo de esta sociedad. — volteó a verle.

— Para eso estoy yo. — sonrió.

— ¿Te volviste loco? — parándose de repente.

— Te digo que nos casemos a escondidas quiero que estés conmigo — agarrándole de la mano.

— Pero... ¿no te doy miedo?. Yo podría morderte y no podría controlarme — habló con sarcasmo .

— No me importa yo te quiero.

Se formó un silencio entre ambos.
Aquel joven mago se levantó y suspiro.

— Nos casaremos hoy después de la coronación, en el mismo lugar que nos conocimos.

— ¿Eh?

— Te amo — sonrió para ver a su amada y aquella le devolvió la sonrisa gentil del hombre que amaba.