Capítulo 13

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Narra Christopher.

La verdad no sé qué pasaba por mi mente, agradecía el hecho de que Erick se preocupara en ese aspecto.

Siempre hay un momento en el cual todos nos preguntamos qué tal será estar con una persona de tu mismo sexo, antes solo era una pregunta, ahora, era una completa duda.

- ¿Entiendes algo? - pregunté para Richard.

- Claro, está más que comprendido.

- ¡Que mentiroso! - dije golpeando su cabeza.

Richard era de esos que no tomaba muchos apuntes, que de vez en cuando ponía atención pero que en los exámenes le iba excelente, obra maestra de los papeles con información o rayones en los brazos.

Miré a Erick quién estaba intentando meterse en la clase, me causó una ternura inmensa.

- Joel - susurré.

- Qué.

- ¿Cambiamos un momento? Quiero hablar de algo con el flaco.

- Silencio - escuché la voz de la maestra.

- ¿Ahora? - preguntó bajo.

- Sí.

Se levantó solo con su cuaderno y lápiz, él era el más responsable de los cinco.

- Hola - saludé.

- Te van a regañar de nuevo.

- Tranquilo, no me molesta - reí.

- Shhh.

- Bueno, bueno.

Volví la mirada al pizarrón, la verdad no estaba tomando atención alguna, mi distracción era más grande.

- Supongo que necesitas algo - susurró.

- Oye, eso sonó feo - fruncí el ceño.

- No lo dije con esa intención.

- Joven Colón ¿usted también? - preguntó la maestra.

- Lo siento, no volverá a pasar - se disculpó.

- Fuera de mi clase, los dos - ordenó.

Por un momento lo tomamos como broma, pero al ver como abrió la puerta con sumo enojo, supimos que era enserio.

Lo más incómodo eran las miradas de todos, como si nunca hubieran visto que saquen a alguien en clases.

- Esto es tu culpa - comentó Erick.

- Bueno mejor, así hablamos sin que nadie nos escuche.

- Espero que haya valido la pena, te mataré si me va mal en el exámen.

- No exageres tampoco - reí.

Caminamos hasta el patio, buscamos alguna banca para sentarnos y poder hablar.

- ¿Dime?

- ¿Tienes tiempo después de clases?

- Había quedado en ayudarle a mi hermana, con mi sobrino, ya sabes.

- Rayos - lamenté.

- ¿Por qué?

- Te quería invitar, no sé, caminar, comer helado, de esos que te gustan a ti.

- ¿Lo podemos dejar para otro día?

- No.

- ¿No?

- Vamos ahora. Andando flaquito - dije en lo que caminaba.

- ¿Qué? ¿Estás loco? Si nos encuentran de seguro nos expulsan unos buenos días - dijo inseguro.

- Solo iremos y regresaremos, confía en mí.

Lo guié hasta por donde salían varios alumnos cuando solían escaparse, realmente sabía de este espacio gracias a Richard y Zabdiel.

Fuimos hasta una heladería cercana, no hacía mucho calor pero estaba fresco, además Erick ama los helados.

- Toma.

- Gracias - sonrió.

Era tal cual un niño, su alegría me hacía sentir bien, ¿cómo no había notado estos pequeños detalles de él antes?

- ¿Y si me das la mano? - pregunté.

- No, olvídalo.

- Pero si no hay gente.

Miró hacia todos los lados, bastó solo el hecho de ver a una persona para mantenerse en el no.

- ¿Nos podemos sentar?

- A eso vamos - dije.

Lo llevé a un espacio más solitario, un lugar del parque al cual muchos no iban.

- Me siento un fugitivo - bromeó.

- Piénsalo, podríamos hacerlo seguido - guiñé un ojo.

- No, solo cuando nos saquen del salón.

- Haré que nos saquen seguido entonces.

- ¡Eres un tonto! - exclamó empujando mi cuerpo.

Solo reí, me sentía feliz con todo esto, era poco, pero mucho para mí en estos momentos.

Posé mi mano sobre la de él, tomó un largo respiro sin quitar su mano.

Sentí un nerviosismo total a medida que me acercaba más y más, no quería asustarlo.

Acaricié sus labios con la yema de mis dedos sintiendo la suavidad de estos, era simplemente un momento perfecto, pero lo fue aún más cuando los sentí junto a los míos.

Eran movimientos suaves y muy tiernos, no podía y no quería detenerme.

- Chocolate - dije saboreando.

- ¡Chris! - sonrió.

Amor En Libertad - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora