Quería hacer sentir a Erick lo más cómodo posible, hoy en clases lo sentí un poco alejado conmigo.
Quizás fuí un poco entrometido y era un tema que realmente era complicado para él.
Me dediqué a observarlo desde la cocina ¿que pasará por su mente?
- Por eso prefiero callar ¿sabes? - habló de pronto - para evitar las miradas de las personas.
- Aunque no lo creas esto es nuevo para mí también, jamás me imaginé estar en una situación cómo esta con alguno de mis amigos - dije sincero.
- Mejor hablemos de otra cosa - dijo intentando de sonreír, pero solo demostró fracaso.
Avancé hasta sentarme a su lado, no era algo muy cortéz hablar de un extremo al otro.
- ¿Confías en mi? - pregunté.
- Si no lo hiciera no serías mi amigo.
- Erick, a mi no me molestaría que tú fueras gay, que te gustaran los hombres...
- Aún no lo sé, no sé qué me gusta, no sé qué quiero - aclaró.
- ¿Pero por qué intentas negarlo?
Negó. Comenzó a jugar con su celular el que por cierto arrebaté de sus manos.
- Si no soy capaz de aceptarme yo, mucho menos puedo esperar o exigir que los demás lo hagan.
- ¿Quieres que te ayude?
- ¿Y cómo?
- No lo sé, puedes contarme, enseñarme algunas cosas que por ejemplo no debería decir, sabes que soy medio...
- Pendejo - completó - lo sé.
- ¿Te has enamorado?
- No, no te niego que...
- Dale, cuéntame - dije posando mi mano en su hombro.
- Si me han atraído chicos - dijo bajo. Estábamos solos pero quizás le daba vergüenza.
- ¿Y ha pasado algo?
- No, no me hago ilusiones con nadie, sé que no voy a estar con ellos entonces me enfoco en otras cosas - respondió.
- ¿Miras a la chicas?
- Que sea homosexual no me hace ciego Christopher - rió.
Me sentí un completo idiota, creo que tendría que aprender cosas nuevas, mi amigo necesitaba que alguien lo comprenda, quería ser yo, al menos hasta que se atreva a decirlo.
- Tengo tantas cosas por aprender - solté.
- No estás obligado.
- ¿Lo dije?
- Lo dijiste, no lo pensaste - contestó.
- Creo que volveré a la cocina, ya la cagué lo suficiente - reí.
Tomaría todo esto como una experiencia, que Erick sea gay no cambiaba en nada las cosas, aunque tenía curiosidad de saber cómo se lo tomarían los chicos, estoy seguro que ni se imaginan todo esto.
Cociné un poco de lasaña, a mi gusto había quedado bien, era lo mínimo, en su casa me trataron de lo mejor.
- Lo mejor que vas a probar en la vida - dije poniendo el plato.
- Na na na.
- ¿Quieres apostar?
Solo reía. Probó un poco haciendo un gesto que no me causó la máxima felicidad.
- Man.
- No te gustó - dije sin quitar la mirada.
- Hubieras visto tu cara - rió nuevamente - está bueno, me gusta.
- Eso no fue chistoso, pero ya me tocará a mí, no te preocupes.
- Gracias bro.
- ¿Por qué?
- Por un momento pensé que saldrías corriendo, eres un buen amigo, lo digo de verdad.
- Creo que tendrás que tener paciencia, como te dije es algo nuevo para mi.
- ¿Sabes que las personas te podrían criticar por ser amigo de un homosexual?
- Eso sería estúpido, yo ya sé cuáles son mis preferencias.
- ¿Cómo estás tan seguro de eso?