Amor En Libertad - Chriserick

Capítulo 16

Narra Erick.

Creo que era la primera vez que aceptaba mi homosexualidad, en años nunca me atreví a decirlo ni siquiera frente al espejo.

- Intentemos mantener algo, no le pongamos nombre - insistió.

- No lo sé.

- Te diría que nos conozcamos, pero ya lo hacemos. Digamos que podríamos conocernos de una forma más íntima, más romántica ¿no te gustaría?

Evité el contacto visual, lo que me estaba proponiendo era algo que jamás ví como una opción, mucho menos con él.

- Si algo sale mal o notamos que no está funcionando, quiero que nos detengamos - pedí.

- ¿Es un sí?

- Un veamos - corregí.

Ninguno dijo nada, realmente esperaba una respuesta de su parte.

Giré la mirada hacia él viendo cómo sonreía con su mirada al frente, evitando nuevamente el contacto visual hice lo mismo.

El peso de su mano fue a parar sobre la mía, me sentía algo avergonzado y nervioso, esta era una de las cosas que no había experimentado nunca.

Posiblemente este momento quedaría grabado en mi mente, él era el primer chico que tenía un poco de interés en mi.

- Me haces sentir nervioso - comentó.

- ¿Tú nervioso?

- Parece broma ¿verdad?

Quitamos el agarre de nuestras manos ante la mirada de una señora que parecía analizar la situación.

- Íbamos tan bien - comenté bajo.

- Eso fue incómodo - dijo en susurro.

- Y nos sigue mirando.

No supimos que hacer, cada uno intentaba hacer lo suyo para disimular la situación, quizás estábamos mal en darle el gusto a las personas, pero solo los que han estado en situaciones como la nuestra, entienden el temor que se siente.

- Es un lugar público, hay niños, deberían tener en consideración eso - dijo alguien ajeno a nosotros.

Levanté la vista viendo a aquella mujer, me sentí muy nervioso y de seguro hasta sonrojado estaba.

- No estábamos haciendo nada malo - respondió Christopher.

- Hay lugares y lugares para las personas de su condición, no contaminen el ambiente de nosotros las personas normales.

Personas normales, una de las típicas frases homofóbicas.

Es increíble cómo dos palabras te pueden hacer sentir una mierda, ellos no sabían el daño que causaban, a veces ni siquiera son las palabras, sino la forma de expresarse ante personas que solo quieren amar a su manera.

Sin saber que responder optamos por salir de ahí, tenía tanta rabia y pena a la vez.

Caminamos en silencio hasta alejarnos bastante, llegué al extremo de pensar que todos nos miraban, la inseguridad se estaba apoderando de mi.

- Espera - sostuvo mi brazo.

- Vaya comienzo - comenté.

- Te juro que intenté responder, pero no pude, no me atreví, fui un cobarde.

- No es algo que puedas controlar así como así, es difícil aceptarlo, pero esto podría convertirse hasta en rutina, no hay manera de entablar una conversación sin diminutivos con esas personas - dije.

- Lo siento, perdóname - pidió con la mirada baja.

- No es tu culpa, ni siquiera es nuestra.

Miré a todos los lados esperando no ver a nadie cerca, no éramos delincuentes, pero a veces teníamos que ocultarnos más que ellos mismos.

Abracé su cuerpo tratando de que sienta que no era su culpa, no era justo.

- Creo que comienzo a entender tu temor - dijo correspondiendo al abrazo.

- Vivirlo es muy distinto, es mucho más fuerte.

- No dañamos a nadie, ni siquiera la estábamos molestando, si habían más personas ahí ¿por qué enfocarse en nosotros?

- Así son ellos, ven una situación distinta y solo tienen dos opciones, aceptarla o rechazarla, lamentablemente es difícil conseguir la primera opción - respondí triste.