Capítulo 16

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-Mamá, no pienses mal.

-Papá no pienses mal.

Los dos nos levantamos de golpe para dirigirnos hacia ellos.

-Entonces, que significa esto ¿acaso hicieron algo?

-¡No!-dijimos al mismo tiempo.

-¿Entonces?

-Habla Hugo-dijo aquel señor.

-Ay, en serio no pasó nada solo nos quedamos dormidos porque nos desvelamos viendo películas, ¿te acuerdas que te dije sobre eso de las pelis verdad?

-Sí, si me acuerdo, pero yo no sabía que el fuera tu amigo.

-O sea si lo es pero recién nos conocemos.

-Mmm, ya veo, la próxima vez avisas ¿de acuerdo?

-Si

-¿No tienes algo que decir Hugo?-lo quedó viendo el señor.

-¿Eh? Si, bueno lo lamento mucho por este mal entendido, no se volverá a repetir, pero en serio no pasó nada-se notaba que estaba nervioso por cómo se rascaba la cabeza.

-No te preocupes, yo creo en mi hija-me miró y me sonrió-Ya, olvidémoslo, como no han comido les prepararé algo de comer.

-No hay necesidad Cecilia.

-Marc te dije que te invitaría una taza de café y lo haré solo que ahora con acompañante, y nada de peros que sabes como soy de obstinada.

-Está bien-rio-Contigo hablo luego-lo señaló a Hugo.

Ellos se dirigieron a la cocina mientras nosotros nos quedamos ahí, nos botamos para caer sentados mientras dábamos un respiro, agradecía mucho el hecho de que mi madre me tenga confianza.

-Me iré a lavar.

-Yo tengo que ir a comprar un cepillo.

-No te preocupes, tengo uno.

- ¿Cómo así?

-Es que antes, cuando recién se separaron tenía la esperanza que mi padre viniera a verme y se quedara, así que le compré un cepillo, fue algo tonto lo sé sin embargo en mi defensa fue por pura ingenuidad.

-No fue algo tonto, cuando mi madre murió, mi padre botó todo de ella así que ahorré dinero y con la esperanza que volviera le compré las mismas cosas de higiene personal que tenía, también fue por pura ingenuidad-los dos nos sonreímos y acto seguido nos fuimos a lavar.

Bajamos y cogimos todo el desastre que habíamos dejado en la sala. Cuando terminamos fuimos llamados a comer.

-Ja,ja,ja.

-¿Por qué te ríes?

-Lo lamento, es que no puedo.

-A ya entendí ¿por lo que pasó? disculpa pero fue un accidente.

-Ja, ja, ja.

-Ya deja de reírte-se tornó un poco ruborizada.

-Lo siento, para tu suerte fui el único que vio lo que te pasó.

-Si es verdad, soy muy afortunada aunque no creo que mucho.

-Eso me hirió.

-Ay si como no.

Y así se siguieron jodiendo todo el desayuno, él y yo nos quedamos viendo un poco extrañados por la actitud de ellos dos, no era normal que mi madre se riera así con alguien y al parecer Hugo pensaba lo mismo. Era un nivel de amistad en el que a uno le brillaban más los ojos que al otro, y en algunas ocasiones competían por cual brillaba más.

Qué será de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora