Capítulo 26

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-¡Hugo te voy a ahorcar!-le dije gritando ya en mi departamento después de habernos ido de la casa de nuestros padres.

-¿Y ahora yo qué hice?

-Me hiciste caer en mi mentira.

-Aaa ¿en la que yo estoy enfermo?

-Sí, esa, me acaba de llamar Alicia y me dijo que nos esperaba a las tres en el centro comercial.

-Si eso me dijo.

-Ash, no pudiste ayudarme.

-Es que no sabía.

-Pero por lógica pues, ¿cómo de loca voy a decir que estás enfermo? debe haber un motivo, ahora gracias a ti debo de verlo.

-Ay Jen ya cálmate, además prometiste olvidarlo y olvidar a alguien no consiste en no verla.

No le dije nada más, tenía razón pero no quería dársela, subía para mí habitación toda enojada a arreglarme ya mismo serían las tres. Elegí un vestido corto y acampanado, me hice un peinado y listo.

-Ya estoy lista vámonos –alcé mi irada al no ver respuesta alguna-¡Higo!-grité al no verlo.

-¡¿Qué pasa?!-ahí lo escuche desde el baño.

-Uy Dios mío dame paciencia, cómo se demora.

-¡¿Qué pasa?!-gritó nuevamente.

-¡Nada, nada, solo muévete!

Fue una eternidad para mí, la verdad es que no soy muy paciente para esperar, me gusta que me esperen pero hacer eso, no me agrada.

-Ya por fin-le dije al verlo.

-Ni que me hubiese demorada tanto.

-¿Ah?-rodee mis ojos-Tienes razón no fue para tanto-lo dije con un tono de sarcasmo.

-Ash, ya vámonos.

-Sí, mejor-cogí mi bolso y salimos directo al auto.

No nos demoramos mucho en llegar. Cuando lo hicimos nos dirigimos al patio de comidas. Estaba lleno así que visualizarlos fue difícil hasta que Hugo los encontró, como siempre.

-Ahí están, vamos-me jaló del brazo al ver que no quería ir-Hola chicos-saludó con una sonrisota en la cara.

-Hola-casi ni se oyó.

En verdad quería irme, no deseaba verle la cara pero ya que, tocaba.

-Vamos a pedir algo ¿les parece?

-Si-dijimos todos- acto seguido nos fuimos a pedir nuestras órdenes.

-Quiero ir al baño-dijo Alicia.

-Si, kyana y yo igual.

-Nos acompañas-me preguntó la ya nombrada.

-Si-dije inocentemente.

Llegamos al baño, yo estaba tranquila, me quedé viéndome en el espejo cuando las vi acercarse.

-¿Pasa algo?

-No , nada, solo queríamos saber ¿cómo estabas?-me preguntó Amanda.

-¿Por qué?

-Es que sabemos que la llegada de Matías no ha sido de tu agrado –contestó Kyana –Y lo pudimos notar por la mentirota que dijiste.

-Lo siento y contestando a lo suyo pues si es verdad que me incomoda ahora que trabaja hasta en el mismo lugar que yo, pero debo superarlo no me puedo quedar toda la vida esperanzada en que en algún momento seré correspondida. Ya me cansé, ahora que lo pienso creo que fue mejor el que haya vuelto ya que con eso me di cuenta que debo superarlo.

-Eso amiga, así se habla, va a ser difícil pero todo va a salir bien.

-Sí Alicia,  de eso estoy segura.

No dijimos nada más y salimos para irnos a nuestras mesas. Para nuestra fortuna los chicos ya nos habían dado recogiendo nuestra orden.

-Por cierto Jenny ¿vas a celebrar tu cumpleaños?-me dijo Julián.

-¿Qué? ¿cuándo es?-preguntó Matías.

-En dos semanas, y no, no pienso hacer nada fuera de lo normal, solo ir a comer con mi madre, llamarlo a mi papá y ya.

-Cuando cae, ósea el día-dijo Cris.

-Un domingo.

-Perfecto-dijo Justin.

-Justin tiene razón es perfecto-dijo Hugo.

-Ahora que tienen en mente.

-Ya verás.

Sabía que tenían algo entre manos pero no sabía qué, sin embargo mejor hay que esperar y ya.

La pasamos bien, entramos a una que otra tienda de cosméticos y ropa, los pobres nos tuvieron que esperar, pero es no fue lo peor, sino el que no hayamos comprado nada. Hablamos, nos reíamos, nos molestamos, hicimos de todo un poco hasta que ya nos tocó irnos.

-¿Qué te pondré de castigo?

-¿De qué hablas?

-De que será ¿no? Tonto estoy hablando de lo que me hiciste ¿Cómo piensas pagarme?

-Ay, Jen , déjalo pasar.

-¡No! Me niego.

-Uy que niña.

-Para que me provocas.

-Está bien, un heladito.

-Ok-acepté Rápidamente su propuesta.

-Tanto problema solo para que aceptaras de una.

-No digas nada o cambio de opinión.

-Ok, ok, me callo.

Me limité solo a reír y esperar a llegar hasta la heladería.

Ya estando ahí escogimos el helado que queríamos comer. Ya nos los sirvieron y nos sentamos en una de esas mesas.

-¿Sabes?

-Dime.

-Estoy feliz porque pude soportar el verlo y no hui.

-Te felicito.

-Si-sonreí mucho y es que en verdad soporté bastante, hasta disfruté de la salida.

-Ahora va a ser todo más fácil, tú lo veras como amigo y él igual.

-Sí, es verdad, nos veremos de la misma manera, aunque todavía me cueste,sé que pronto lo haré.

-Y lo recuerdos malos se olvidaran.

-Bueno, solo los superaré, no quiero olvidar nada aunque en verdad no se olvida, pero si hablamos en estos términos no quiero olvidar, serán como un tesoro muy valioso para mí lo recuerdos malos y buenos, porque él es como mi primer amor.

Qué será de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora