Llegué a la oficina acompañada de este. Pensé que recién se había integrado pero no era así, ya que me dijo "desde ayer que estoy aquí, fui yo quien te saludó mientras hablabas por teléfono pero al parecer estabas tan ocupada en lo tuyo que ni tomaste atención, te lo iba a decir en la cena, pero te fuiste, cuando te llame, pero se me olvidó ,no obstante hoy ya tuve la oportunidad de decírtelo"Y nuevamente por lo despistada que soy me pierdo de una cosa. Entré con la cabeza agachada, todo el ánimo de trabajar se me había ido, tener que trabajar con él iba a ser difícil.
Estuve de un lado a otro por lo del estreno le libro, preparando todo en lo que respecta a la venta de este terminando un poco agotada ya que mi equipo me ayudó.
Llegó la hora del almuerzo, iba a salir para ver si comía o no algo cuando me lo topé a Matías.
-¿Quieres ir a comer?
-¿Eh? E-está bien-no pude negarme, Hugo no estaba para usarlo como excusa.
-Vamos-fuimos hasta donde estaba su auto y nos dirigimos al restaurante, el cual estaba bien bonito.
Estacionó su carro en el parqueadero y fuimos a escoger una mesa. Pedimos nuestra orden y comenzamos a charlar.
-¿Cómo hasta estado?-me dijo.
-Yo, muy bien, ahí como siempre.
-¿Ha habido novedades?
-¿Cómo qué?
-¿Novios o así?-lo quedé viendo extrañada-¿Hugo no lo es?
-No que va, él es mi hermano, nuestros padres se casaron.
-En serio, que bueno.
-Si.
-Pero vamos, no has tenido en verdad alguna pareja.
-Ya, así diciéndote la verdad pues no, no la he tenido.
-¿Y eso por qué?
Uy las ganas de decirle "fíjate por ti me he quedado solterona" no me faltaban-Es que no he querido, estoy enfocada en mi trabajo- tomé un sorbo al vaso de agua que tenía en frente a lo que me atoré.
-¿Estás bien?-me dijo mientras me golpeaba la espalda-¿Qué te pasó?
-Eso me pasa por mentir-dije en un murmuro.
-¿Qué?
-No nada-alcé mi cabeza y respiré profundo limpiando las lágrimas que salían.
-Ya ¿mejor?
-Sí, disculpa.
Nuestras ordenes llegaron, así que comenzamos a comer, una que otra vez hablábamos, él me contaba lo fabuloso que fue estudiar marketing en California, también me dijo que tuvo mucho éxito al comenzar su trabajo por eso le ayudaron en la transferencia a la editorial con recomendaciones y todo.
En fin acabamos de comer y nos apresuramos en llegar ya que estábamos un poco atrasados. El pagó la cuenta a lo que yo me negaba pero acabó ganando después de todo.
-Gracias por comer conmigo.
-No hay de que-no le dije nada más y entré a la oficina.
Ya sentada en mi escritorio comencé nuevamente a trabajar. Revisaba uno que otro documento, y como siempre se va a encontrar un problema, no faltó uno, sin embargo para mi fortuna no eran tan complicados. Y así, me la pasé toda la tarde hasta la noche, decidí quedarme hasta tarde, no quería llevar trabajo a casa. Me puse a hacer los informes que debía y a revisar algunos también. Ver las soluciones a las fallas que había. Como encargada de la administración, no debo yo de meterme en la cosas del departamento de editorial, pero si por algo soy reconocida es porque no dejo que hayan muchos desfalcos aquí.
-Vas a seguir trabajando.
-¿Eh?-alcé mi mirada del computador-Hola.
-Hola-se acercó hasta mi-No has comido ¿verdad?
-No, pero ya acabo esto y me voy, no es mucho.
-No está bien que no comas-estiro su mano-Toma aunque sea come esto-acepté y sentí como la temperatura de mis mejillas aumentaba.
-G-gracias-abrí el envoltorio y comencé a comer todo.
-Te voy a esperar, te llevaré a casa.
-Mmm-hice, mientras tragaba rápido-No hay necesidad, ya me voy yo.
-No, te puede pasar algo y eso no lo permitiré-iba a decir algo pero me interrumpió-Nada de peros, nos vamos juntos y listo.
-Está bien-ya rendida, acabé lo último que me faltaba y fui con él hasta su auto, le indiqué la dirección de mi departamento. En el transcurso de la ida estuvimos callados, quería romper algo del silencio pero opté por no hacerlo.
-¿Quieres pasar?-le dije ya por pura cortesía.
-Bueno, gracias-se bajó del auto y entramos.
-¿Té o café?-le pregunté.
-Café por favor.
-Ok-me fui a la cocina y preparé uno.
Ya cuando salí lo vi viendo los discos que tenía. Como sintió mi presencia se volteó con uno en la mano y me dijo -¿Te acuerdas cuando bailamos en tu casa?
-Sí, sí que me acuerdo-mi respuesta sonó nostálgica, la verdad era que ese recuerdo era y es el más bellos para mí.
Cogió el disco y lo reprodujo-¿Aceptas?-extendió su mano.
Me quedé viéndolo como una tontita pero cuando reaccioné le respondí -No gracias estoy cansada.
-Oh, vamos Jenny, a ti te gusta mucho esta canción.
-Lo sé, pero hoy si ha sido un día muy agotador.
-Está bien-se sentó a mi lado y solo nos limitamos a escucharla mientras tomábamos sorbos de nuestras bebidas y hablábamos.
Pasamos así casi más de una media hora, hasta que ya tuvo que irse. Fue un alivio cuando salió, no podía aguantar más su presencia, no me acostumbraba aún.
Lavé las tazas, de ahí me fui a arreglar para poder dormir, claro sin antes mandarle un mensaje a Matías y responder el de a Hugo.
Llegaste bien.
Claro que sí.
Qué bueno ten una buena noche.
Salí del chat para irme al de Hugo.
¿Cómo te fue Jen? Disculpa por no ir contigo a comer y tampoco a recogerte pero estaba atascado en un montón de trabajo.
No te preocupes, estoy muy bien, supongo.
¿Supongo? ¿Qué pasó?
¿Mañana vienes a verme?
Si.
Entonces ahí te cuento.
De acuerdo.
No le dije nada más y ya me fui a acostar.
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Qué será de él
Novela JuvenilCuando dos personas están destinadas no hay nada que las pueda separar. Qué será de él es una historia que habla sobre dos chicos que desde la primera vez que se conocieron sus corazones supieron que estaban destinados. Los capítulos son largos. Ca...