Desesperante, esa sería la palabra para describirle. La manera en la que insiste con sus bobos mensajes es desesperante, sus mentiras son desesperantes y su existencia, en general, es desesperante.
En cierto momento supuse que, en cuanto le dijera que no deseaba saber sobre ella, Vanessa iba a calmarse, pero el mensaje fue como darle un incentivo navideño que le activó el cerebro para no seguir mis palabras. Los mensajes no se detuvieron en varios días y no solo con su nombre, también con otros.
Mi paciencia había comenzado a llegar a su límite y mis arranques de enojo, al menos el noventa y nueve punto nueve por ciento, eran por su culpa. En los últimos dos días había escrito cualquier cosa para llamar mi atención; desde palabras dulces, según ella, hasta los típicos «lo prometiste», intentando dejarme como la mala de la película donde la única mala fue ella y, de paso, también loca.
Los primeros días recibí un sin número de mensajes.
El primero fue el de la supuesta hermana de Axel. Ella me dijo que una tipa le había enviado mensajes a su hermano donde aseguraba, con pruebas, que yo era infiel con Logan y otro tipos. Me dio unas largas y otras cortas sobre la situación que su propio hermano había planeado junto a Vanessa para dizque vengarse. En pocas palabras, me dijo que él siempre fue el que me escribió y que lamentaba lo sucedido en nuestra relación. Sin embargo, yo no me lo tragué. Poco a poco las mentiras iban encajando y esta no era la excepción. Daba mi vida jurando que esa supuesta hermana siempre fue Vanessa.
Realmente intenté dejar la fiesta en paz, pero terminé bloqueándola de mi Facebook y otras aplicaciones para no volver a saber de su existencia. Sin embargo, había olvidado que también tenía mi correo. Y entonces llegaron los correos que colmaron mi paciencia:
«Hiciste mal, muy mal en bloquearme. Te iba a decir la verdad de buena manera, pero vas de niña inmadura y me bloqueas. No soy Axel, nunca me hice pasar por nadie. Tu novio si fue él y jamás te engaño con su persona. Si él siguió con esto de culparme a mí, fue por la única razón de que una muchacha le escribió enseñándole screens y cosas tuyas con Logan. Solamente te quería alejar, no importa si crees o no. Me dio sus contraseñas, yo seguí su juego y ya. Lo andan buscando porque no saben nada de él, incluso yo.»
Y luego otro correo:
«Mi amigo está muy dolido. Hay unos screens antes de esa noche que él te dejó. Le escribieron, y salen imágenes donde quedas con una persona — Rodolfo — para ir a un sitio y luego más imágenes con otros muchachos. El punto es que me escribió llorando y me dijo que quería vengarse, que te odiaba y que iba a poner las fotos de su viaje porque se fue a Alemania el fin de semana a coger con chicas y drogarse. Me dijo: «te dejo mis redes cuando la convenzas que eres tú, ahí déjala. Y si quieres estar con ella y conquistarla, dale plomo.» Me pidió que no te contara. Su hermana no sabe que después te seguimos mintiendo, no sabemos de él desde que publicó unas fotos y desapareció. Dicen que se quitó el tatuaje y, bueno, eso. No le escribas, no le digas que te dije, yo sé que va a aparecer y me va a buscar, así que cuídate. No me iba a ir sin decirte la verdad. Te digo que no me gusta estar mintiendo en esto y que me sentía mal de verte a ti mal. Mmm, eso pues, que mala onda que las cosas terminaran así. Él te quería.»
Para comenzar, eso es mentira. Yo misma entré al perfil del chico en todos esos días para saber si era cierto y lo único que vi es que andaba en bicicleta alrededor de su casa. Nada de viajes, nada de mujeres. Simplemente él y su vida cotidiana. Mentiras, mentiras y más mentiras.
Lo único que me quedaba era intentar llamar a mi confidente mayor para comprender un poco mejor lo que podía estar pasando en la cabeza de esa chica. Y así fue como, esa misma noche, llamé a Marcela.

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Punta, tacón
Любовные романыBárbara es una mujer que creció bajo la presión de ser fuerte, majestuosa y perfecta para el mundo exterior. Ella tiene bases muy claras de lo que quiere y de lo que debe hacer, si llegar al éxito ella se propone. Pero se ha olvidado de lo más impor...