Si pudiera escoger el escenario de este momento, definitivamente no sería el que estoy viviendo. Me gustaría volver a esta mañana, cuando la espuma rosa hacía cosquillas en mi piel desnuda y sentía la ligera vibración de su pecho en mi espalda, cada vez que ríe. Esa es la sensación de paz más placentera que he sentido en mi vida. Sentir sus largos brazos recorriendo los míos en un abrazo y su mentón cayendo sobre mi hombro, mientras besa mi cuello y me da un pequeño mordisco en la zona más sensible detrás de mi oreja. Eso es vida. Eso es lo que quiero ahora mismo, no esto.
Cierro mis ojos en cuanto un suspiro se me escapa y recuerdo sus brazos a mi alrededor. La imagen en mi mente me hace sentir que esto es lo mejor que me ha pasado y me digo que es maravilloso tener a esa persona que te hace sentir una infinidad de cosas. Es increíble reconocer que un día ya no te interesan algunas cosas, pero sí su bienestar y su felicidad. Te dices que bastante trabajo te ha costado cometer tus pecados para arrepentirte de todo eso que te ha traído a ese par de brazos. Y, es que, llega un momento en el que no te arrepientes de haber hecho de todo... con tal de tener a esa persona.
Entonces te das cuenta de que debes quedarte con quien te ame, aunque tengas un carácter de mierda, y aun así siga pensando que eres una dragoncita hermosa. Alguien como él, alguien como yo. Supongo que así es el amor; justo cuando no crees en él, llega esa persona y te hace entender que tu relación debería de ser un refugio seguro, no un campo de batalla porque el mundo ya es bastante cruel para luchar solo. Y te invita a luchar juntos.
Me fascina la idea de volver a verlo caminar en mi habitación, desnudo o semidesnudo, tomar el desayuno tomados de las manos y viajar al trabajo dentro de mi auto con chistes ridículos mientras él conduce; esas son cosas que jamás me imaginé con Logan y tampoco esperé un día poder disfrutarlas. Pero lo hago, disfruto cada uno de los momentos con él y me hace feliz. Lo hago sin haberlo buscado, tampoco planeado.
Pero cuando abro los ojos, no es el rostro de Logan el que tengo frente a mí; sino, el del tío Dago, vestido como un obispo de iglesia gracias a una toga blanca. Él tiene los brazos abiertos, junto a una sonrisa burlona llena de esperanza. Por detrás, hay un grupo de personas sonrientes y bien vestidas; los padres de Logan, junto a mi madre y su prometido. Ellos no dejan de sonreír y, por un momento, me parece ver a la madre de Logan llorando. Se miran elegantes y me decepciono cuando veo que han sido participantes en este juego sucio. ¡Sucio!
Mi vista recorre el lugar donde me encuentro encerrada con mi novio y los pocos invitados. Veo adornos blancos con rojo en cada esquina del salón, meseros detrás de bandejas repletas de comida, dos sillas arregladas, con moños y flores, frente a un escritorio y un abogado, delgado y asustado, estirando el cuello de su camisa por los nervios. No me imagino que estupidez debió decirle Dago para tenerlo así de asustado. Entonces, empiezo a negar constantemente con mi cabeza. Niego mientras tomo la mano de Logan y busco una de las salidas.
— ¡Bienvenidos sean, amigos míos! — grita Dago.
Muevo mi cuello tenso en círculos, para controlar mi enojo. Sin embargo, todo cambia cuando escucho la risa de Logan a un lado de mí. De repente, quiero reír con él, aunque la idea de estar aquí no me gusta tanto.
— Dago — le llamo con una paciencia impropia de mí —, ¿ahora qué has hecho?
— ¡He planeado la boda del año, muchachita! — eleva sus manos, emocionado —, ¿no es obvio? — niego — Tú cállate, niña loca, y busca como sentarte en una de estas malditas sillas antes de que tenga que llamar a una mafia para traerte de vuelta.
— ¿Acaso eso no fue lo que hiciste hace un momento?, ¿tengo que recordarte a los dieciséis hombres que se bajaron de cuatro vehículos para arrastrarnos hasta acá? — lo miro incrédula — ¡Esto es secuestro!
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Punta, tacón
RomanceBárbara es una mujer que creció bajo la presión de ser fuerte, majestuosa y perfecta para el mundo exterior. Ella tiene bases muy claras de lo que quiere y de lo que debe hacer, si llegar al éxito ella se propone. Pero se ha olvidado de lo más impor...