Indiscreto Adorable

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Capítulo 11

Se encontraba un Josuke con resaca, los ojos un poco hinchados y dos horas de sueño, antes de iniciar las clases, y a pesar de todo eso con una enorme sonrisa, mirando hacia la nada en la ventana, repasando lo sucedido esta mañana y la madrugada anterior.

[Siempre arreglando las cosas por mí, esta vez también evitó un regaño de mi madre. No creí jamás que el señor Jotaro gustase de mi alguna vez. Es tan lindo a su manera. No me habló mucho en toda la mañana pero tampoco me ignoró, ¡me sonreía! creo que ya voy entendiendo su modo.]

Por el marco de la puerta entraba un Okuyasu igual o más destruido, con el paso de un muerto viviente, los brazos por enfrente y un caminar estático, evitando los pupitres como el girar en los gráficos de un juego. Llegó a su asiento y se dejó caer, con el peso de todo su cuerpo, estrellando su cabeza contra la madera, dejando colgar y tambalear sus brazos, casi llegando al suelo.

-Okuyasu… ¿qué te pasó? ¿Todo bien anoche? - Preguntó el igualmente desvelado compañero.

El otro joven se limitó a alzar uno de sus brazos, levantando el pulgar de su mano en un gesto de "todo bien", y el pelimorado supuso que se lo contaría en cuanto se sintiera mejor.

Durante la clase que impartía Jotaro, que no era muy extensa, nuestro protagonista no apartaba la vista de enfrente como si el profesor fuere un iluminado profeta realizando inenarrables milagros. En ocasiones intercambiaban miradas, el mayor evadiendolo y el menor, su alumno, siendo totalmente obvio, como un tortolo sin dejar de sonreír, lo único que le faltaba para ser demasiado cliché era hacer giros su cabello con uno de sus dedos, pero eso es imposible, siempre lleva demasiado fijador. Ese peinado es intocable.

[quién diría que con esos trajes tan elegantes esconde todo lo que vi…] - Pensaba el joven, sobre las rutas que se forman entre cada hinchado músculo, sin poder evitar excitarse un poco.

[y creer que me rodeó las pocas horas que dormí con esos enormes brazos… por fin me abrazó con ellos… son tan cálidos, todo su cuerpo tiene una temperatura tan perfecta… Como me encanta…]

Una hora después, en el intervalo entre clases, Josuke se levantó rápidamente para alcanzar al profesor que habiéndose despedido de sus alumnos ya estaba saliendo con su maletín en mano, por el marco de la puerta de entrada del salón. Lo alcanzó y lo sujetó de un poco de tela restante de la camisa del profesor.

-Señor Jotaro.

-Dígame Higashikata. - Le respondió con seriedad.

Los ojos del muchacho se humedecieron rápidamente, decepcionado como acostumbraba, dio orden a sus músculos de darse una vuelta y volver al aula, pero se percató de que estaban rodeados de más alumnos pasando de largo, haciendo barullo y chisme de ese que hemos hecho todos como celebrando que el profesor ha salido.

-Oh ya… - Contestó el joven, comprendiendo la situación.

-Lo veo a la salida, Higashikata. No olviden el proyecto, clase. -Ésto último recitandolo en un tono de voz obviamente más fuerte con el fin de ser escuchado por todos los cabeza hueca de la clase.

El desvelado joven volvió a su asiento y encontró a su amigo ahora con su rostro levantado, podía notar sus bolsas bajo los ojos y su boca seca, y estaba sentado Koichi por un lado suyo, con un claro rostro de preocupación.

-Ahora sí, cuéntame, ¿cómo te fue? Yo, yo olvidé gran parte de la noche…

-¿salieron a beber? -Preguntó el más bajito, exaltado y casi gritando antes de que siguiera Okuyasu conecte sus neuronas de manera efectiva y vocifere algo.

Baby~ [Jotaro x Josuke] [JotaJosu] [TaroSuke] Jojo's Bizarre Adventure YAOIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora