Capítulo 30
[Nunca he subido a un avión, estoy tan nervioso. Los aviones se ven tan grandes desde aquí...]
Y a como iban acercándose se volvían más y más grandes las enormes máquinas voladoras. Josuke se veía perplejo ante la inmensidad de ellos. Habían estado esperando desde que el color del cielo tan claro apenas se teñía de un naranja suave, poco a poco abandonando su color oscuro, y ahora, ahora se encontraba de un fuerte tono cerúleo que estaban próximos a zurcar.
Ya dentro, los dos pasillos eran grandes alrededor de las hileras de personas y la impecable alfombra era azul oscuro con caminos de rombos color borgoña. Josuke aún estaba molesto puesto tuvo que dejar sus productos para el cabello en el aeropuerto, no los habían dejado pasar en la revisión. Fuera de eso iban completos, únicamente con sus equipajes de mano, que acomodaron bajo sus asientos. Balbuceaba maldiciones mientras se acomodaba el cabello.
Encontraron sus lugares, redunda la casualidad que se trataba de dos asientos juntos, pegados a una pared sin ventana. Evitaban las miradas y cercanías incómodas, por lo que el menor recargaba su hombro y cabeza del lado del blanco muro de acero. Ya había tenido de esperar varias horas antes de subir, rondaba por los pasillos del aeropuerto y exploraba el lugar hasta el cansancio. Pocas tiendas de souvenirs no ojeó y eso contemplando la magnitud del lugar. Bebió una malteada en un café dentro de la instalación también, se reunió más de una vez con Jotaro, que permaneció en su lugar leyendo con calma, para preguntarle acerca del tiempo.
Ahora le esperaban muchísimas más, que no tenía idea cuántas serían en total.-¿no es usted la clase de persona que viajaría en la zona más exclusiva? - Le preguntó al cabo de un rato.
-Tengo que llevarte vivo a América.
-¿qué? - Pronunció a secas.
-Los pasajeros premium, donde regularmente vuelo, van adelante. Cuando un accidente ocurre, hay más posibilidades de sobrevivir si vas en la parte trasera del avión.
-Ah... - Y se encogió en su lugar, asustado..
-En una ocasión el viejo casi nos mata en una avioneta. - Jotaro rompió así, un silencio de más de una hora.
-¿qué?
-Sí, bueno. Aquí estamos. -
Josuke guardó silencio, y miró al frente, consternado.
-¿cuántas horas durará el vuelo?
-Aproximadamente, veinte horas más.
-No... Puede... Ser... - Dijo para sí mismo Josuke, encogiéndose aún más.
-Traje libros. - Y aunque Josuke no creía necesitarlos, lo hizo horas después.
El frío se apoderó de su cuerpo y de la manera que se lo permitió la estructura del asiento, dobló sus enrojecidas rodillas así uniendolas con sus hombros, abrazaba sus piernas y las frotaba, en un intento de mantener el calor. Su nariz continuaba roja puesto el día anterior asoleó su blanca piel durante más de una hora, antes de hacerse de una sombra, y eso, combinado con el pálido de su tez congelada generaba un triste aspecto. Todo su cuerpo estaba ahora sobre el sillón, y por su tamaño sobresalía la mitad de sus tenis, apoyándose en la orilla de éste. Abría sus grandes labios y soplaba, así calentaba con su aliento y frotaba las palmas de sus manos entre sí, la fricción otorgaba un calor efímero y por lo tanto, no se detenía. Una y otra vez.
-Mocoso, puedo ver tu aliento.
Josuke se detuvo abruptamente al jactarse de estar siendo observado.
-¿ah sí? Debe ser el aire acondicionado. Hace mucho frío, tan repentinamente. ¿O es la altura? ¿Estamos muy muy alto? - Tocaba su labio inferior con la punta de su dedo, sin dejar de lanzar cuestionamientos.
-Haces muchas preguntas.
Y así el hombre, levantándose de su asiento, se deshizo de su elegante saco, y girándose, cubre con él al pequeño a un lado suyo, ante su incrédula mirada. Jotaro se había quedado en una delgada camisa blanca de algodón ceñida a su cuerpo.
-No debiste traer pantalones cortos.
En un acto de rebasada confianza, el joven que ya no tiritaba, zigzagueó sus asentaderas hasta apoyarse más en un lado de sus caderas que en otro, y recargó su cabeza, plenamente, en el hombro contrario y se encogió más, cubriéndose así hasta los talones con la enorme prenda.
-No te permití hacer eso.
-Lo... Lo lamento.
Josuke, retirado ya en su lugar, bajó su rostro hasta topar entre sus clavículas, en tristeza total, y el ojiverde, que miró el cambio tan drástico, giró su cuello hacia todas direcciones, como si temiera de ser visto miraba los respaldos de las personas y todas de ellas que estaban en su campo visual, y desplegando un suspiro de alivio o resignación, alargó su brazo derecho y rodeando su cabeza, lo tomó de la mejilla toscamente, para acercarlo de nuevo a su hombro. Maldecía, e imprecaba mil veces el que lo ablandase de ese modo lo aturdía, por encima de todo, debido la situación en la que estaban enclaustrados. Y todo por esa sonrisa dirigida a él en ese momento, resultado de su absurda complacencia. Se había jurado ser más fuerte que él, y otra vez fracasó, una vez más se quedó en el intento. Otra de las voces en su cabeza le quería persuadir que se hablaba de un escenario absolutamente cotidiano y al tratarse de su familia, esa posición durante un viaje era normal. Sin embargo la otra, en quien confiaba era la de la razón, le exigía ser más recto y alejarse cuanto antes de cualquier contacto, después de todo era su maldita culpa lo hundido que está y lo deplorable que se ve, y de entre tanto pensar, el niño había sucumbido al sueño. ¿Y cómo despertarlo? Perturbar el sueño a ese muchachito, durmiendo de manera tan adorable en su regazo y contando con que ayer había dado todo lo que sus pies le permitieron en un incesante desfile y el hecho que haber dormido unas inconfortables dos horas. Pero, ¡por un carajo! Se restregó el rostro con la palma de la mano del brazo que tenía libre, ¡pero sí ayer había pasado lo mismo! Lo había abrazado de algún modo también y se latigaba por ello. Respetó su descanso. Los negros telones tupidos de cera color negruzca que resguardaban sus ojos habían finalizado la función de sus cristalinas puertas al alma.
-Dame un respiro. - Musitó.
Y ahora, juntos los dos, arrojados en los brazos de morfeo sobrellevaban el tiempo, tomando largas y cortas siestas. Dar pasos entre las páginas de esos aburridos libros de la elección de su sobrino no eran suficientes y prefería dormir hasta que su cuerpo doliera. Las pláticas no podían ser más prolongadas que tres líneas, tratándose de ese hombre.
Al ser recibidos de madrugada, por el transporte privado, saludaron cordialmente al chófer y Jotaro guardó ambas maletas en el asiento trasero. El empleado abrió la puerta para un Josuke adormilado, que ni siquiera se había despabilado del todo con el aterrizaje de la nave. Poco a poco, como pasaban los minutos de viaje, las calles se volvían más y más luminosas, los grandes ojos del muchacho prevalecían reflectantes. La expresión en su rostro de éxtasis frente a una ciudad que parece nunca dormir, expresaba asombro ante la grandiosidad. Impensable no recordarse en la dualidad, al otro lado del océano se hallaba su pequeña ciudad, y aquí él estaba, en Nueva York. Y llegaron a un altísimo edificio, tal cual como los otros, nada lejos por cierto. Y bajaron del negro automóvil. El adolescente miraba hacia arriba y ni su joven visión ayudado por la oscuridad, alcanzaba a distinguir donde terminaba el concreto y las ventanas.
Subían ellos dos y un empleado de impoluto aspecto y poco conversar, por un elevador amplio, de paredes marmolizadas y puertas de color plateado opaco. Acabaron en el mismo piso ambos y Jotaro detuvo sus pasos en ese andador frente a una puerta, mirando fijamente al joven.-Oh sí, lo lamento. Gracias. . - Luego de disculparse Josuke se retira el saco, ya arrugado por sus siestas, al adulto que aún lo observaba en silencio y lo toma.
Lo miró abrir su puerta al alejarse, siendo guiado por un extraño hasta su designada habitación, y era correspondida, tenía clavadas en sí esas verdes y turquesas joyas.
Todo sin un adiós..
.
.
"En el regazo de tu piel
Me dejó llevar al sol"
.
.
.
.
.
.
.
.
La imagen no me pertenece.

ESTÁS LEYENDO
Baby~ [Jotaro x Josuke] [JotaJosu] [TaroSuke] Jojo's Bizarre Adventure YAOI
FanfictionJotaro se ha quedado por un tiempo indeterminado en Morioh, le gusta la costa y el modo de vida tranquilo del lugar, ha conseguido trabajo como docente en su materia. Un drama escolar, drama romántico, muchísimo Lemon, mucha lectura. La historia ti...