Baby~ [Jotaro x Josuke] [JotaJosu] [TaroSuke] Jojo's Bizarre Adventure YAOI

Niño Bonito.

Capítulo 39

¡TOC TOC!

El alto hombre abrió su puerta, no sin antes revisar su reloj de pulso, eran pasados unos minutos luego de la hora acordada, las ocho de la noche. Se trataba de un Josuke, que lo observó con sorpresa de verlo tan bien arreglado, como aquel día que le regaló flores. Usaba un saco de traje negro, una camisa de vestir algo desabotonada del pecho, color gris, un pantalón de mezclilla negra un poco opaco, y botas de uso rudo color profundo como la obsidiana, de suede y llevaba una sobaquera bajo el brazo, algo casual para tratarse de él, sin embargo se veía especialmente bien. La sorpresa fue mutua, Jotaro miraba estupefacto al joven, su suave rostro lucía un poco más rosado de las mejillas que de costumbre, una parte de sus párpados brillaba reflectante con pequeños destellos y sus labios se veían jugosos con un brillo transparente y rosado, algo más rojo al centro. ¿Qué decir de sus pestañas? Resaltan junto con los destellos de la sombra color suave, el hermoso tono morado y azul de sus ojos. Y lo miraban a él, eso era lo más conmocionante después de todo. Después de salir del trance hipnótico en el que lo sumergió su mirada, miró lo que a él le atrapa a más que nada en el mundo y era su cuerpo, sobre el que había un crop top negro de manga corta y holgada con la figura de un esqueleto en blanco cubriendo su fuerte pecho, descubría esa curva tan bonita de su cintura y ese abdomen tan marcado y suave, y un short corto con media falda al frente de color rosado, calcetas blancas a la altura de la rodilla con franjas negras y unas pesadas plataformas de charol rosa, con detalles de pinchos y sujetos con fuertes correas.

-¿No exageré? - Preguntó el joven, inseguro de su ropa y de su maquillaje.

-Josuke...

-No tengo nada tan elegante como usted... Solo el traje azul que usé cuando llegué... Lamentó no usar ropa adecuada. - Dijo, haciendo referencia a aquella vez cuando llegaron a la ciudad y salieron a desayunar en la que Jotaro criticó su atuendo informal.

-No, te ves... Te ves bien.

-¿De verdad lo cree? No estaba seguro de estos pantalones cortos, ya sabe, los tomamos del área de ropa de chicas, ¿lo recuerda? - Preguntó aún avergonzado y mirando al suelo, y la dicha prenda mientras la tocaba con sus manos y giraba un poco su cuerpo.

-No lo recuerdo muy bien, no los llevaste al probador.

-Tenía algo de vergüenza... Fue eso, supongo. Sólo los tomé y ya... - Confesó, ahora coloreado de la pena.

-No, no. No tengas vergüenza. Te ves hermoso. - Le respondió, sin poder dejar de mirarlo aún.

El muchacho se abalanzó sobre el contrario, colgándose del fuerte cuello, con sus brazos y plantando un fuerte beso en el contrario, que de inmediato cerró la puerta de su habitación, y lo aseguró.

-¡Papi! - Le gritó luego de separarse del beso y dejar el rostro del mayor algo viscoso por el espeso brillo de labios.

-Niño bonito... - Le correspondió, y tomó su fino rostro con ambas de sus manos, para besarlo ahora con su iniciativa.
Fue lento, fuerte y tierno, de esos besos toscos, dados con coraje, en los que la respiración es fuerte y pesada, puede oírse y los ojos de ambos permanecen cerrados. Duró lo suficiente como para necesitar un hondo respiro por la boca luego de separarse satisfechos. El chico lo veía mientras limpiaba los límites de sus labios, embarrados de brillos y color rosado, y lo miraba como con melancolía y ternura, al mismo tiempo que él hacía lo mismo, y sonreía plenamente, mostrando sus dientes, riéndose en voz baja pues acababan de arruinarse ambos, y él se contagió de su poca sonora risa, nuevamente encontró algo que lo hizo reír y se sintió completo con ello.

-¿Ya miró? ¡Lo alcanzo con éstos zapatos! ¡Ya no me siento tan bajito a un lado suyo!

-Casi. - Le dijo de inmediato. - Además, eres altísimo. Niño tonto.