Baby~ [Jotaro x Josuke] [JotaJosu] [TaroSuke] Jojo's Bizarre Adventure YAOI

Miedo

Capítulo 33

Joseph, que no se encontraba cerca, le había hablado por el comunicador a Josuke para preguntar por Jotaro, puesto afirma no le ha contestado las llamadas ni los mensajes. El muchacho, como era de esperarse, le llamó él de inmediato, sin obtener respuesta y encontrándose en el mismo piso, decidió ir a buscarlo. En los pocos pasos que los separaban, no dejaba de preguntarse si ese piso únicamente lo compartía él, y es por eso que la habitación que le brindaron estaba vacía y no tenía ninguna decoración característica. No había entrado nunca a la de Jotaro, ya sé imaginaba que la decoración sería tan sobria como la de su bonita casa en Morioh. ¿Tendría peceras también? ¿Records de vinilo de jazz y rock? ¿Billar?

Tocó a su puerta múltiples veces, esperó por unos minutos dando la vuelta al pasillo, y volvió a tocar de manera repetida, hasta que el hombre abrió.

Estaba cubriendo su entrepierna con una toalla pequeña que llevaba en una sola mano, no llevaba nada abajo y apenas mantenía sus genitales fuera de la vista del menor. Acababa de salir de la ducha, su cabello mojado y su potente aroma a loción amaderada lo demostraban. Luego de ese golpe de exquisito aroma, comenzó a mezclarse con el cigarrillo y licor en el ambiente.

-Tápese… - Dijo Josuke, avergonzado y con un tono de voz bajo. La imagen era exquisita, y al mismo tiempo deplorable.

-¿qué quieres? - Preguntó mientras se enredaba la misma en las caderas, enfrente del muchacho, asimismo caminaba hasta sentarse en el extremo contrario de su enorme y blanca cama, que estaba derecho de la puerta.

-Jo..Joseph me habló, quiere contactarlo…  pero usted no responde. Sólo es eso.

-Sí, sí, ahora le devuelvo la llamada. - Y se mal peinaba con sus dedos mientras tecleaba en su celular.

-Está alcoholizado…

-Qué novedad… Ahora largo de aquí.

-¡es martes! ¡Por dios! - Le reclamó, con un coraje lleno de tristeza.

-Dije que te largaras.

-No puede hablarme así, ¡Ya me cansó! ¡le partiré la cara! - Y dio un paso adelante, en advertencia.

-Inténtalo.

-Mirenme, soy un catrin amargado y me siento genial porque creo que nadie puede tocarme… ¡BAH! ¡ya no me interesa nada!

Luego de su burda imitación del alto hombre, se dio media vuelta, para salir de la habitación, y escuchó palabras claras de esa boca tan necia.

-Ya pronto regresarás, extrañas a tus amigos, ¿no?

-Usted qué mierda sabe de eso, no tiene amigos. - Rechinó sus dientes.

-De hecho, me recuerdas a un viejo amigo.

-¿qué demonios dice?

-Éramos como tú y ese idiota de Okuyasu. Primero quería matarme y de la nada, ya era mi amigo.

-¿A qué viene todo ésto? - Añadió, agotando su paciencia.

-No tengo idea.

Algo en esas últimas palabras logró que se devolviese, intrigado por la historia tras de esa platica de ebrio, y se sentó en la cama, al otro extremo, lejos de él. Rozaba las yemas de sus dedos por la suave tela, tan tupida de finos hilos por centímetro cuadrado, tan blanca que parecía nunca haber sido utilizada.

-¿aún es su amigo? - Preguntó.

-Tengo pesadillas, casi siempre. Lo veo siempre ahí, muerto, con sus entrañas por fuera. Así como lo encontré.