《Mas que un simple Juego》II POSTEMPORADA II #Wattpad

"Al descubierto"

Arreglaba las agujetas de sus zapatos, se puso de pie y miró su cuerpo con una gran sonrisa, orgullosa de verse tan hermosa como siempre.

Su padre la empezó a llamar, de seguro sus abuelos y tíos habían llegado.

Cerró la puerta de su habitación y corrió por los pasillos para llegar cuanto antes a la sala. Vio a su querida abuela y la abrazó de inmediato, ella era lo más cercano a una madre y la amaba mucho.

- Estás bellísima, mi dulce niña - Acarició sus mejillas - Eres una gran bendición.

- abuelita, mis mejillas se volverán rojas - Sonrió, Layla la dejó y la pequeña fue a darle un abrazo a su abuelo y luego a Luke.

- Ya me enteré de que Damián te echó el ojo - dijo molesto su tío - Espero que lo hayas rechazado, o me pondré muy celoso.

- Claro que lo hice - Sonrió la pequeña - A mi no me gustan los niños muy correctos.

- Algunas veces me da miedo que te lleguen a convetir en uno de esos, en un matadito - su tío tenía los brazos cruzados - Si eso llega a suceder, ya no seriamos el equipo tan grandioso que somos.

- Luke - Natsu revolvió su cabellera - ¿Cómo has estado?

- Mal - hizo un puchero - Lisanna me quitó mi examen y por su culpa reprobe.

- A mi igual me hizo eso - Acusó su pequeña.

Haciendo que todas las miradas se posaran en la peliblanca, quien estaba sorprendida por las acusaciones de los niños. Natsu claramente se disgustó, pero no hizo otra cosa más que sentarse y acercar a su niña que aún tenía una cara de enfado al recordar aquello.

- Si tienes problemas, te cambiaré, ¿Si?

- No, no puedo creer que le digas eso - Lisanna habló incrédula - la vida no puede hacerse a órdenes de Bee.

- Arriba preciosa - Natsu alzó a su hija y la mantuvo así, en sus brazos mientras se dirigían a la cocina.

La pequeña notó que su padre quería tener una conversación privada sólo con ella. Llegaron y él no la dejó en el suelo, sino la siguió cargando.

- ¿Te faltó mucho?

- Muchísimo, creo que reprobare la materia - Mintió, sólo te faltaban tres ejercicios.

- Bien, mira amor - acarició su rostro - Deja que yo hable con tía Lisanna, y si se puede, haré que ella baje la escala del examen, ¿Si?

- Si - Sonrió la niña - Eres el más guapo de todos, papá.

- Y tú la más linda.

...

En la cena se estaba sirviendo un rico lomo salteado echo por la abuela, los pequeñínes eran los más ansiosos en recibir sus platos, para ellos la comida de Layla era como esperar un pastel gigante.

- Bee, espera - Natsu limpió su boca cuando la nena iba a continuar con el postre - Con calma, hay todavía más, no se acabará.

- Está rico - Sonrió la pequeña.

- Hermosa, prueba esto - La abuela puso un pedazo de pescado frito en su plato - Te gustará, lo hice especialmente para ti.

- Mamá, conscientes más a Bee que a tu propio hijo - reclamó su pequeño, sin darse cuenta de que él se había robado todos los postres sobrantes.

- Bee merece también la atención de tu madre - Dijo Makarov.

- ¡Está rico, abuela! - Sonrió la pequeña - ¡¿Hay más?!

- Claro.

Natsu disfrutó ver a su hija tan feliz, así era como siempre la quería ver, hermosamente radiante y rodeada de alegría. Miró al frente y su sonrisa se borró, la peliblanca jugaba con su comida sin ninguna expresión.

- Lisanna, ¿Podemos salir?

- Que - ella salió de su mundo - O-oh.. si..

- Bee, quédate aquí y cuidado porque el arroz está caliente - La pequeña asintió y él se levantó para ir a la sala con la maestra de su hija.

- ¿Qué te pasa? ¿Algún problema?

- Eso mismo te pregunto a ti - Dijo el pelirosa - Estás muy desanimada.

- Para nada.

- Dime la verdad, tal vez te pueda ayudar - Sonrió él - ¿Lisanna?

- Es algo tonto - desvió la mirada - Algo sin sentido.

- ¿Qué es?

- Bueno... - habló tímida - Pensaba en si tú y yo...

- Tienes razón, es algo sin sentido - La Albina se puso triste, el pelirosa se incómodo al oír aquello - Mejor volvamos.

- Piénsalo - lo hizo frenar - Tú, yo y Bee, juntos

- Mi hija no quiere una madre - Dijo sin mirarla.

- No quiere porque no sabe lo que es tener una - trató de convencerlo - míralo de esta forma. Yo vi crecer a tu hija, ella me tiene cariño y yo también lo tengo hacia ella, nos llevamos muy bien. Creo que soy la más indicada para ser su madre. Además, nosotros nos amamos una vez, tú sabes que yo nunca dejé de hacerlo, pero puedo hacer que te vuelvas a enamorar de mi.

- Lisanna, agradezco mucho lo que haces por mi hija - Dijo sincero - pero no podemos.

- Claro que si, sólo debemos intentarlo - lo animó - Tal vez todo cambie para bien.

- Debo pensarlo - la Albina asintió un poco entristecida - Será mejor que volvamos.

- Si.

Natsu volvió a su lugar en la mesa y se topó con su pequeña manchada con el jugo que le sirvió su abuela, y a ella tratando de limpiarla lo que más podía.

- Layla, la llevaré a que se cambie - La rubia mayor asintió un tanto apenada por el desastre.

- ¿Qué pasa? - El pelirosa se detuvo - No quieres caminar - Ella había estirado las manos y él la cargó - Estás muy floja, Bee - Sonrió.

- La escalera es muy larga - Dijo la pequeña en su defensa - Y me gusta estar en tus brazos.

- En momentos así agradezco que seas como una pluma, de lo contrario ya tendría la espalda rota - La niña comenzó a reír cuando entraron a su habitación.

- Papá, yo quiero la pijama de panda - su padre comenzó a buscar en los cajones - Está en el tercero.

- Bee, aquí hay un desorden enorme.

- Papá, ¿Qué hablaron con tía Liss?

- Nada importante - No quiso angustiar a su pequeña.

- ¿En cierto que se amaron alguna vez? - El pelirosa se detuvo - ¿Es cierto, papá?

- Bee, yo...

- ¿A quién amaste primero? ¿A mamá o a tía Lisanna? - Su padre se acercó con la pijama en la mano - ¿Se van a casar?

- Bee, No es lo que piensas - Su pequeña tenía una mueca de disgusto - Me extraña que te comportes así. Cuando fuimos a ver a tu madre, dijiste que si ibas a permitir que yo...

- Pero es hermana de mamá, no puede ser - Dijo enojada - Es traición, casate con otra mujer si quieres, pero con ella no. Además, ya no me cae bien.

- no digas eso sólo porque estás molesta.

- Es la verdad - La pequeña agarró su pijama - Puedo cambiarme sola, sal de aquí.

- Bee...

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Continuará***