"Basta"

703 51 16
                                    

Al día siguiente, volví a casa de mi madre. No se lo dije a Natsu, le hice creer que iría solo de paso, lo hice para que no lo impidiera. Estaba cansada de cometer errores, y más cuando lastimo a personas que no se lo merecen.

Amai fue conmigo, mi hija no tenía la culpa de nada, y nada me iba a separar de ella. Mi preciosa y dulce hija estaba tan confundida como yo, y luego de haber oído a su padre, me siento fatal, ella estuvo sola mucho tiempo por mi culpa.

- ¿Y? - Ella dejó se hacer trenzas en mi cabellera, yo la miraba sonriente, si que se divertía haciendo esas cosas - Mamá, ¿Que pasa?

- No entiendo tu pregunta - Me giré y ella desvió la mirada, algo la preocupaba - Hija, dime que te ocurre.

- Sólo pensaba, que tal vez tú y mi papá no son felices juntos... - Se puso triste - Mamá, dime la verdad...

- Amai - Ella levantó el rostro - Tu papá y yo tenemos nuestras diferencias, pero no importa porque te tenemos a ti y siempre te amaremos.

- Pero yo quiero que ustedes estén juntos - Se enojó, suspire.

Amai era muy caprichosa, y lo admito, algunas veces hasta yo me desesperaba al no poder controlarla.

- Hija, te prometo que saldremos más con papá, pero no te puedo asegurar que entre él y yo vuelva a haber ese fuego que antes existía - Ella no se conformó - Además, ponte en mi lugar.

- Tú ponte en el mío.

- Amai.. - Susurre - Escucha hi...- Escuchamos a Lisanna sentirse mal del otro lado de la pared.

- ¿Qué le pasa?

- Nada - Sonreí dándole un beso en la frente, ella borró esa expresión de enfado y se metió en las sábanas de la cama, donde dormía yo en casa de mi madre - Vuelvo enseguida - Ella asintió mientras sacaba su peluche de su pequeño bolso.

Me dirigí a la salida y entre a la habitación de mi madre, ahí estaba Lisanna. Me preocupé mucho porque seguía de rodillas frente al excusado, con los ojos cerrados mientras trataba de relajarse.

Me escuchó entrar al baño, ella había dejado la puerta abierta y en cuanto me vio se levantó. Se lavó la boca y las manos y luego agarró una toalla para secarse, no quería verme, eso me dolía mucho.

- Lisanna... - Ella salió del baño, ignorandome - Hermana - Se detuvo.

Se quedó quieta, y luego de unos segundos se giró en mi dirección, pero no con esa mirada fría de hace unos segundos, sino con los ojos humedecidos y apunto de romper en llanto.

Me sentí pésimo.

- L-lucy... - se acercó y me abrazó, fue una escena conmovedora.

La abracé igual, dándole consuelo, estaba sufriendo y mucho.

- Natsu.. - Se separó lentamente - Natsu no me ama...

- Liss.. - Sentía que no tenía derecho a decirle o recomendarle algo - Recién están casados, tal vez con el tiempo...

- Lucy, necesito que te vayas.. - Me tragué mis palabras - P-Por favor...

- Lisanna, no me pidas eso, mi hija y yo...

- Hazlo, te lo ruego, es lo único que te pido...

- ¡Cómo se te ocurre que haré tal cosa! ¡Piensa en mi hija!

- ¡Estoy embarazada!

Silencio.

....

Caminaba por las calles, frotando mis manos para producir un poco de calor que me librara del frío de la tarde, de la noche. Hace unas tres horas que estaba dando vueltas, buscando librar mi mente de todo lo que pasaba, de todos los problemas que tenía.

- Un bebé... - me llevé las manos al vientre - Perdí un hijo y ella no merece perder al suyo, ni que ese lindo e inocente niño pierda a su padre.

Miré al frente, ya casi no habían personas en las calles, éstas estaban despejadas, no circulaban muchos coches. Continué, seguí caminando hasta toparme con una Joven que pedía dinero debajo de toda la lluvia que empezaba a caer.

Entré a una tienda y compré un paraguas.

Salí con aquel objeto vital mirando el cielo, oscuro. Di un paso al frente y me agache delante de la mujer, ella levantó la vista temblando, le hacía mucho frío.

- Señora.. - Ella sonrió dejando caer las lágrimas que se asomaron por sus ojos.

Dejé el paraguas en sus manos y me quite el abrigo, ella lo necesitaba más, ella y el cachorrito mojado que se escondía a un lado suyo, como su fiel compañero.

- Gracias.. - Susurró bajo.

Sonreí.

Me puse de pie y continué mi camino, ni siquiera tenía idea de a donde iba, sólo quería despejar mi mente.

Mi cabellera muy pronto dejó caer las gotas de agua por mi rostro, mis prendas se humedecieron, aún así, quise continuar. Mi cuerpo parecía haberse acostumbrando al frío, no me importó enfermarme.

Ahora sólo quería disfrutar de la paz que encontré.

Paz que desapareció cuando mis ojos fueron cubiertos, mis pies se quedaron clavados en el suelo y mi corazón se detuvo.

- ¿Me has extrañado? - un aliento rozó mi oído.

Una voz relajante y suave.

Las manos se quitaron de mi rostro y mi vista volvió. Sentí un besó en mejilla por detrás, y a alguien rodearme la cintura con los brazos. Creí que era un sueño, nadie hacía algo así en medio de la calle.

- No tienes idea de lo que hemos sufrido los muchachos sin ti.. - Me giré lentamente y observé el rostro de aquella persona.

Él bajó sus labios y los posó sobre los míos, yo me quedé intacta, ni sorprendida ni asustada. Era diferente, no era lo mismo que besar a Natsu, ésta vez no sentí esa sensación extrañaba y vaga.

- Que te han hecho.. - Deshizo el beso y me abrazó - que te hicieron para que estés así de mal...

Yo recargue mi rostro en su hombro, cerrando mis ojos porque aquella presencia me transmitía cariño y confianza.

- Lucy... - Acarició mi cabello, yo no dije nada, dejé que él me tratara con afecto - Hice una promesa, se lo prometí a él. No dejaré que se sigan burlando de ti...

-.... - mis músculos no se movieron.

- Basta de jugar a la niña buena, amiga.

Una sonrisa se dibujó en mis labios.

Y después, todo se volvió negro.

.
.
.

Continuará***

《Mas que un simple Juego》II POSTEMPORADA II #WattpadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora