"De Cero"

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La levantó en sus brazos y salió al exterior, camino lo más rápido a la carretera vacía, esperando ver un auto que fuera capaz de llevarlos de vuelta a la ciudad. Pasaron como media hora cuando vio las luces de una camioneta, se puso en medio de la pista y el automóvil se detuvo, él subió y le suplicó al conductor que los llevara al hospital.

El hombre, de 34 años, no dudó y se dirigió a una velocidad considerable ya que la rubia perdía cada vez más sangre. Fueron alrededor de dos horas de viaje hasta llegar al hospital.

En cuanto entró fue atendido, se llevaron a la joven a una habitación para que la examinaran y revisaran la herida en su cabeza. Natsu llamó a Layla, ella debía enterarse del estado de su hija. Era consciente de que a la mujer no le gustará saber que era su culpa el que Lucy estuviera en una condición lamentable.

- ¡Papá! - Natsu cerró los ojos y se giró lentamente, su pequeña se dirigia a él con los brazos abiertos para abrazarlo - ¡Papi!

- Mi amor... - La abrazó con fuerza, levantandola del suelo - Preciosa, mi adorada niña, mi princesa.

- Lisanna, llévate a mi nieta afuera - La Albina asintió, tomó la mano de la niña cuando su padre la bajó y ésta se despidió de su padre agitando su manita.

- Layla, yo...

- Que hiciste - Le dijo fría, pues su cabeza hizo una rápida conclusión, él era el responsable de que su hija estuviera en ese lugar - ¡Qué le hiciste a Lucy para que esté aquí! ¡Dime maldita sea! ¡La golpeaste verdad, cobarde!

- ¡No quería! - Layla lo miró con los ojos llenos de furia - Layla, ella me provocó, dijo cosas que no debía, yo enloqueci y sin darme cuenta la había tocado...

- Si algo le llega a pasar a Lucy, juro que yo misma acabaré contigo, te lo juro Natsu - Advirtió - Lucy cometió muchos errores, pero eso no te da derecho a ponerle la mano encima, no puedes tocarle un pelo.

- Entiendo, yo...

- Señores - Él doctor se acercó - ¿Son familiares de Lucy Heartfilia?

- Soy su madre - Layla lo miró preocupada - ¿Cómo está mi hija doctor?

- Hemos detenido la sangre, está bien - La rubia mayor suspiró con alivio y el pelirosa sintió sus hombros menos pesados - Ahora está descansando.

- ¿Puedo verla? - Él doctor asintió.

Natsu fue tras Layla, ambos ingresaron a la habitación y vieron la figura delgada de la rubia cubierta por una fina sabana blanca, y a ella con un vendaje en la cabeza. Layla se acercó más y agarró su mano, llevandola a su mejilla para sentir el calor que emanaba su hija.

- Mi niña.. - la miró como si fuese una pequeña - Mi Lucy, mi hermosa niña.. .

Sintió los dedos de su hija moverse, Layla sonrió feliz, estaba despertando.

Los ojos de Lucy se fueron abriendo poco a poco, mostrando el hermoso color chocolate que los decoraba. Los miró a ella y al pelirosa, sin expresión, su mirada decía lo confundida que se encontraba en esos momentos.

- Hija.. - Layla besó su frente - que bueno que despiertas, estaba tan preocupada por ti, cariño...

- Lucy - Natsu la observó con arrepentimiento - Discúlpame, no debí hacerlo, enloqueci por tus palabras, pero nunca quise lastimarte.

- ¡Miren quien volvió! - la pequeña entró con una gran sonrisa - ¡Los enfermeros ni cuenta se dieron! - Natsu sonrió, su hija se fue acercando a la camilla y tomó la mano de la rubia mientras esbozaba una tierna sonrisa - Que bueno que ya estás despierta...

- ¿Estás bien? - Layla se preocupó, su hija estaba muy inexpresiva - ¿Lucy?

- Señores, le voy a pedir que se retiren - La enfermera entró - Sólo puede ingresar una persona por visita. La paciente ahora está muy delicada por lo que deben salir.

- ¿Qué le pasa? - Layla miraba como su hija observaba la habitación vagamente - ¡¿Qué tiene mi hija?!

....

- ¿Está seguro? - Natsu sostenía a su hija, la cual miraba el suelo muy triste por lo que sus oídos habían escuchado - ¿Y por cuanto tiempo será?

- No podemos especificar eso, hay que esperar - El doctor miró con lástima a Layla - La amnesia puede ser tanto temporal como permanentemente.

- ¿Hay alguna forma de hacer que recuerde quienes somos? - El doctor sonrió.

- Tal vez visitando lugares que solía frecuentar y viendo fotografías pasadas ayuden al proceso de recuperación, pero no les puedo garantizar que....

- Doctor, la paciente no deja de moverse, quiere salir - La enferma interrumpió.

- Bien, en ese caso la daremos de alta ahora que está fuera de peligro - Layla suspiró - Señores, por favor no la presionen, de no manejarlo bien, la paciente puede enloquecer.

- Si - Layla sonrió feliz, nada le daba más gusto que tener a su hija de vuelta, tenía la esperanza de que pronto recordará quien era.

- ¿Y se quedará con nosotros? - Bee miró a su padre - Ella no puede estar en las calles, además me iba a cuidar.

- Layla usted.. - Natsu miró a su suegra.

- La cuidaré yo, es mi hija y tú te acabas de casar - Dijo seria - además, no quiero que hagas una locura con ella, no otra vez...

- Bien...

Más tarde, Layla le comentó la situación a su esposo, quien no se negó en recibir a la hija de su mujer. Llevarse a Lucy fue difícil, ella se negó a irse con ellos, no los conocía y tenía miedo de que le hicieran algo malo, aunque se calmó cuando Layla le dijo que era su madre.

Sólo de esa forma ella aceptó irse con ellos.

Llegaron a la casa de Makarov y limpiaron la habitación pequeña donde Lucy se quedaría, pequeña pero acogedora.

- ¿Qué me pasó? - Preguntó triste - ¿Por qué no logro recordar quienes son?

- Estábamos de campamento, tropezaste y te golpeaste la cabeza contra un árbol - La rubia bajó la mirada luego de oír la respuesta de su madre - Tranquila, estás en casa y muy pronto recordarás, te lo prometo.

- ¿Cuántos años tengo?

- 27 - La rubia se relajó, era menos de lo que había imaginado - Ahora descansa, mañana iremos de compras y deberemos caminar mucho.

- Si... - sonrió.

Layla se quedó a su lado hasta verla dormirse, su hijo menor entró luego de unos minutos y se aproximó a su hermana mayor, reconociendola por las fotografías que halló y abrió enormemente los ojos.

Layla le tapó la boca antes de que soltara un grito.

- ¿No estaba muerta?

- Hijo, debes escuchar lo que te diré - El nene asintió - Ella es tu hermana, sufrió mucho y ahora no sabe quién es. Tú y todos debemos ayudarla, sin presiones, ¿De acuerdo?

- Si, mamá.

- Y otra cosa.

- ¿Qué?

- No le digas que tiene una hija, ni tampoco le digas a Bee que ella es su mamá, ¿Si, amor?

- ¿Por qué?

- Porque ahora no podemos, sólo promete que me harás caso y que no dirás nada.

- Pero Bee.

- Si, lo sé. Ella se dará cuenta muy pronto, todo es muy obvio. Pero quien debe hablar con ella es su padre, ¿Entiendes verdad, hijo?

- Si...

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Continuará***

《Mas que un simple Juego》II POSTEMPORADA II #WattpadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora