"Corazón Roto"

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Los ojos marrones de la pequeña se cerraron y volvieron a abrir, mirando fijamente el rostro de aquella mujer, rechazando la idea de que ella sea la responsable de su existencia. Aún sentía sus dedos en sus mejillas, ella seguía sonriendole de una forma muy cariñosa. Bee miró a su padre, quería confirmar sus sospechas.

- Es ella.. - Sus ojos se ampliaron y volvió su vista a la rubia, quién no entendió a que se refería el pelirosa.

Estuvo unos segundos con sus músculos inmóviles, mirando cada centímetro del limpio y delicado rostro de la rubia, quién ahora fruncio levemente el ceño, estaba muy confundida.

- Mamá... - Susurró bajo.

La rubia sonrió, sin darle importancia a como la llamó. Aunque su sorpresa vino cuando apartó a su padre con un empujón.

- ¡Bee! - la rubia la agarró para evitar que saliera corriendo de la habitación - ¡Por que has echo eso! ¡Es tu padre!

- ¡Mirame! - Bee la agarró de los hombros, dejando caer las lágrimas - ¡Mira mis ojos, miralos bien!

- Son hermosos, pequeña - Sonrió ella, causando aún más el enfado que ahora cargaba en su corazón la pequeña - Bee, vamos a sentarnos y a conversar, lo que hiciste no estuvo bien.

- ¡Mirame! - La sacudió - ¡Mirame Y dime que me recuerdas! ¡Soy yo! ¡Beth, tu hija! ¡Recuérdame! - Gritó entre llanto - ¡Soy yo!

- ¡Bee! - Layla entró y separó a su nieta de su hija - ¡Por favor, no digas nada más!

- ¡Sueltame! - Layla quedó helada cuando su propia nieta la apartó bruscamente, volviendo a tomar en sus manos los hombros de su madre - ¡Mamá, soy yo! ¡Soy tu bebé, soy Bee! ¡Soy tu hija! S-soy...

- Hija, por favor - Natsu reaccionó y con todo el dolor de su alma la levantó a la fuerza para sacarla de ahí, pues la rubia estaba en Schock por lo que había escuchado.

Bee gritó y lanzó patadas para soltarse de los brazos de su padre, llamando una y otra vez a Lucy, a su madre que la lastimaba al no recordar que ella era su hija. Lloró como nunca antes había echo, en esos momentos estaba detestando su vida, estaba odiando incluso a su padre, lo culpaba por haberle mentido durante años.

- ¡Bee! - Lisanna llegó y miró con horror a la pequeña golpeando, arañando y mordiendo para que su padre y abuelo la soltaran - ¡¿Que ha pasado?! ¡Por que se ha puesto así!

- ¡Quiero a mi mamá, quiero verla! - Bee gritó con las mejillas rosadas y húmedas por las lágrimas.

Miraba la puerta de la habitación donde se hallaban su abuela y su madre, quienes no salían y no lo harían hasta después de un buen tiempo.

- Natsu ella.. - Lisanna temió la repuesta, el pelirosa asintió luego de que su hija lograra safarse de su agarre.

- ¡Bee, no! - Makarov corrió a detenerla cuando tiró el jarrón de vidrio al suelo, dejando atónitos a su padre, a su tío y a su madrastra - ¡Natsu has algo!

- ¡Quiero a mi mamá! ¡Ella está aquí, quiero verla! - Bee había perdido la razón para cualquiera, comenzó a tirar todo a su paso, llorando y exigiendo ver a quien había amado tantos años sin conocer.

- ¡Hija! - Natsu se acercó, pues ella tiraba los accesorios de mesa desatando su furia.

- ¡Bee! - Lisanna fue detrás de su marido y detuvo a la pequeña antes de que rompiera la lámpara - ¡Bee, cariño no hagas esto!

- ¡Tú no me toques! - Quitó sus manos de ella, dejándola con un nudo en la garganta - M-Mamá.. ¡Mamá! ¡Quiero a mi mamá! - gritó dirigiéndose a la habitación, golpeando la puerta varias veces para que la dejaran entrar - ¡Mamá! ¡Soy Bee, mamá!

- Bee - Natsu se arrodilló frente a ella con intenciones de abrazarla, de no ser porque ella no permitió que la tocara - Cariño, no me hagas esto. Te amo, si te mentí lo hice por tu bien, no quería que sufrieras.

- ¡Sabías que estaba viva y te casaste! ¡Me mentiste toda mi vida y te burlaste de mi! - la niña tenía la cara roja de rabia y los ojos llorosos - ¡Tú me alejaste de ella, te odio! ¡No quiero verte! ¡Te odio! ¡Te odio y quiero que te vayas!

- ¡No digas eso! - Natsu la abrazó inmediatamente, resistiendose a soltarla - ¡Eres mi hija, yo te cuide desde que eras una bebé! ¡Eres mi hija, estarás conmigo por siempre!

La pequeña se movió furiosa para soltarse, sin haber puesto la menor atención a las palabras de su padre.

Ahora veía al mundo como si fuera su enemigo más peligroso.

- ¡Sueltame! - Gritó, apuntó de lanzar otra mordida para librarse, de no ser porque la puerta se abrió.

- Layla - Makarov que abrazaba a Lisanna, la miró preocupado, detrás de su esposa salió la rubia menor y la niña dejó de forcejear.

- Todo estará bien, ¿Vale? - Layla juntó frentes con su hija, dándole apoyo - Recuerda que te amo, siempre podrás contar conmigo...

- Si.. - Lucy sintió el beso de su madre en su frente.

En su cabeza aún se repetían las palabras de la pequeña, ahora mismo no sabía que hacer.

- Mamá - Escuchó la dulce voz de la niña, quién la abrazó luego de que su padre se quedara como piedra, inmóvil por lo que había comprobado.

Bee era igual a su madre, y eso lo lastimó, no quería perderla como lo hizo con la rubia hace años atrás.

- M-mamá.. - Bee ocultó su rostro en su vestido, cerrando los ojos para dejar caer las últimas lagrimas con el cuerpo tembloroso.

Lucy miró a Layla sin saber que hacer, no recordaba absolutamente nada y tenía miedo de hacer algo estúpido.

- Déjenme con ella a solas - Pidió amablemente.

Layla ayudó a su yerno a levantarse, pues el tenía la mirada perdida, y lo llevó junto a los demás a la sala para hablar seriamente. Lucy entró a la habitación con la niña y cerró. Vio como la pequeña la abrazaba con una expresión de enfado en su rostro, no enfado hacia ella, sino a las personas que le mintieron durante toda su vida.

- No - dijo Bee fría cuando ella trató de separarse - No quiero.. - Lucy bajó la mirada dejando caer el par de lágrimas que habían amenazado con salir de nuevo.

- Bee - la separó con cuidado y luego se sentó en el colchón, confundida pero consciente de que esa niña decía la verdad y que estaba tan impactada como ella - Dios.. No puedo.. - La miró llorosa - No puedo.. recordarte...

Su pecho sentía una presión que la desgarraba por dentro. Odiaba como nunca no recordar nada en esos momentos.

Sus lágrimas cayeron en gran cantidad delante de los ojos de su hija. Ella quería recordar, lo deseaba con todas sus fuerzas, y no poder hacerlo la llenaba de coraje y miedo.

- No llores.. Mami.. - Lucy sintió los pulgares de la pequeña limpiar sus lágrimas - Yo te amo..

- B-Bee.. - Soltó un sollozo luego se sentir como era abrazada con amor.

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Continuará***

《Mas que un simple Juego》II POSTEMPORADA II #WattpadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora