"Prohibido"

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Ella apretó las sábanas, su cuerpo se sacudia con fuerza mientras era embestida. Su rostro lo tenía sonrojado y la piel llena de sudor, era incapaz de calcular el tiempo que estaban ambos en esa habitación, haciendo lo que en su mente se repetía como..

Prohibido...

Se dejó llevar, se dejó vencer ante la lujuria, ni siquiera luchó. En cuando las manos de ese hombre tocaron su piel, ésta misma tuvo un temblor de excitación, deseaba lo prohibido, y eso la hacía sentir terriblemente mal.

- No sientas vergüenza... - Sintió los besos en cuello y las manos del pelirosa en su cadera mientras sus pechos se movían de arriba abajo - Lucy, gime... estamos solos.. - Ella misma se agarró los pechos, tocando sus pezones mientras él empujaba contra su trasero, con su miembro entrando y saliendo con fuerza de su entrepierna.

Estaba de rodillas, con espalda apegada al torso tonificado del pelirosa que ahora mismo le estaba haciendo el amor.

Su vientre sintió algo extraño, sus piernas se movieron como gelatinas y luego de un par de embestidas, él salió de ella.

Lucy se sentó sobre sus rodillas, tocando su flor mientras expulsaba los fluidos que él había derramado dentro de ella. Su cuerpo se relajó, ya no estaba tan acalorada ni ansiosa como hace unas horas.

- Bien, supongo que Layla me matará así que nos vamos a ahorrar los problemas - Él volvió con los pantalones puestos y le ofreció un vaso de agua con unas pastillas - Es tú decisión.

- ¿Qué? - Ella estaba confundida.

- Sé realista, de aquí a unos días tendrás vómitos y mareos sino te tomas esto - Ella miró las pastillas - evitarán que un posible embarazo se lleve a cabo.

Ella agarró las pastillas y consumió ese anticonceptivo delante de los ojos del pelirosa. Luego se hizo el cabello atrás y miró vagamente el lugar, salió de la cama llevándose una sábana y se dirigió a la salida.

- Lucy - Natsu cerró la puerta en cuanto ella la abrió para irse - No puedes irte.

- Deja que me vaya, por favor.. - Bajó la mirada - No me siento bien...

- ¿Por qué? ¿Acaso no te gustó? - Ella no respondió - Dime algo, si te lastime sólo dilo, no lo volveré a hacer...

- Sólo no debió pasar - aseguró - Desde ahora dejaré de venir, lleva a Amai a casa de mi madre.

- ¿Qué? - Él no lo pudo creer - Lucy, ¿Por qué?

- Natsu, eres casado - El pelirosa se enojó - Además, ya tuviste lo que querías. Creo que es hora de que te olvides de mi.

- Como puedes pedirme eso - La agarró de los hombros - Lucy, te amo a ti. Tú eres a la quiero para toda la vida, no a Lisanna.

- Pero yo no siento lo mismo - Ella quitó suavemente su agarre - Entiende. No sé que estoy haciendo, no sé aún quién eres en mi vida. No tengo idea de si nuestro pasado fue como me dijeron.

- ¿A qué te refieres?

- Yo me fui, dejé a mi hija, y tú me odiabas - Él pelirosa se tornó serio - Perdí la memoria, y cada día sospecho más de que no fue por un golpe en la cabeza, en ninguna expedición al bosque.

- Eso ocurrió - La rubia levantó una ceja - Si, estábamos ahí, en ese lugar, estábamos dando un paseo con todos. Tú te asustaste con algo que viste y tropezaste.

- No te creo - Él pelirosa se puso nervioso, ella lo miraba acusadora, o es que su mente estaba jugando en su contra - Amai me dijo otra cosa, mencionó a un tipo y creo que él me dará la respuesta que quiero.

- ¿Tipo? ¡Quién es! - La detuvo otra vez cuando quiso salir.

- No te lo diré, así que déjame y olvídate de mi - Ella fue sincera - Estoy aquí por mi hija, no busco romances o algo de ese tipo.

- Lucy - la puso de espalda contra la pared, deslizando sus dedos por la frágil piel de su rostro - Lucy, te diré la verdad, a cambio quédate conmigo.

- ¿En serio? - Ella no confiaba - No, no puedo estar contigo. Lisanna me buscará y...

- Lucy, debes creerme - Ella guardó silencio - Te diré toda la verdad, pero créeme y quédate conmigo.

- Me puedo quedar, pero no como tú quieres - El pelirosa sonrió, se acercó y besó sus labios, enredando sus dedos en los mechones rubios de la chica para acercarla más.

Ella sintió su lengua, sintió como exploró todos los rincones de su boca, pero la demanda de aire los separó. Él la hizo sentarse en el colchón y agarró sus manos, con ella mirándolo seria, con deseo de oír que pasó, y porque sentía esas sensaciones extrañas cuando estaba sólo con él.

- Bueno, tú tenías 16 cuando nos conocimos - Lucy asintió, era un dato no desconocido para ella - Nos casamos porque en efecto, tú estabas embarazada.

Ella bajó la mirada al suelo.

- Pero Amai...

- De nuestro primer hijo - Su cuerpo se congeló, no creyó lo que había escuchado - Si, iba a ser el hermano mayor de Amai.

- Q-que pasó.. - preguntó asustada - D-Donde está...

- No se terminó el embarazo - Lucy sintió un dolor en su pecho, se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro, negándose a creerlo - Fue un aborto espontáneo, nadie tenía la culpa.

Lucy sintio ganas de llorar.

Había perdido un bebé...

- Nosotros no nos amabamos, eso es verdad - Dijo captando la atención de la rubia - Pero poco a poco hubo una conexión que provocó que más tarde se diera Amai, nuestra hija.

- ¿Por qué me fui?

- Tú.. estabas en depresión, habías enloquecido porque perdiste a un amigo importante - ella amplió los ojos.

- ¿Quién era?

- Un tipo que se llamaba Sting - Ella fruncio el ceño, algo no cuadraba, algo no estaba bien y en el fondo lo sabía - el tipo era tu amigo de infancia, era como tu hermano y se murió en un accidente de coche.

- Eso...

- Tú eras la que manejaba - La rubia se tapó la boca, horrorizada - Los dos eran jóvenes, tú aún no querías asumir el papel de madre. Y bueno, un día saliste de fiesta con tu amigo, tomaron y después ocurrió lo lamentable.

- ¿Y-yo lo maté?

- No, fue un accidente. Él tipo no llevó puesto el cinturón de seguridad como tú, incluso iba más ebrio. Y por si fuera poco, las averiguaciones dijeron que trató de hacerte algo indebido y por eso chocaron contra un poste.

- Pero no es motivo suficiente para que...

- Lucy, empezaste a beber mucho, veías a tu amigo en todos lados, la culpa te consumía. Prácticamente habías enloquecido y luego sin saber cómo, te fuiste.

- ¿Qué?

- Eso, te fuiste pensando que era la única forma de volver a tu santo juicio y no perjudicar a nuestra hija, dejarla contigo era un peligro. Dejabas a Amai en cualquier lado, la olvidabas y no podías cuidarla.

- Natsu.

- Lucy...

- ¿Eres sincero?

- Nunca te mentiría.

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Continuará***

《Mas que un simple Juego》II POSTEMPORADA II #WattpadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora