Día I: Voluble

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Universo: Canon

Estado: Parte 1/7

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Pidge estaba acostumbrada a dar con la respuesta correcta a todos sus problemas con el uso de la lógica a su beneficio.

Cuando era una niña pequeña, tener amigos era algo que siempre le dificultó terriblemente, no era buena para leer los ambientes y su lengua afilada heredada de su madre lo único que hizo fue ganar enemigos potenciales, por lo que siempre le daban la espalda cuando Pidge trataba de ser un poco más sociable. Un día, aburrida de las bromas y los malos tratos, decidió que eso no era para ella, y tener a su familia y a Bae Bae para hacerle compañía era suficiente por el momento, construyendo murallas hacia el resto del mundo.

Cuando comenzó a crecer, no se sintió a gusto con la nueva curvatura de su cuerpo, sus vestidos acentuaban su cintura y se sentía extrañamente incómoda con el uso de un sostén, por lo que decidió utilizar chaquetas del doble de su talla y cubrir su crecimiento. Nadie notaba la diferencia, su desarrollo era lento de todas formas.

Fue así como todos sus problemas eran fácilmente desechados o en lo posible dejados de lado, y de no ser el caso, tomaba las riendas de la situación sin considerar las consecuencias. Fue así cuando se infiltró en una propiedad del gobierno, se hizo pasar por un chico y terminó en un león de tecnología alienígena de 10.000 años de antigüedad.

Incluso entonces después de todas las catástrofes en los últimos meses se sentía tranquila, todo era solucionable con unos minutos de análisis minuciosos. Y entrar a Voltron le había ayudado a generar una flexibilidad que en la tierra no hubiese conseguido por los medios tradicionales, era terca al fin y al cabo. Y tener la razón casi siempre salía a su favor.

Pero en ese momento, mientras trabajaba en el hangar del león verde aislada de los demás codificando los archivos recientes de la flota galra, ni siquiera durante meses de estudiar la situación detenidamente dentro de todas las variables posibles, pudo dar con la respuesta correcta hacia la voluble actitud de Keith Kogane.

Cuando lo conoció en el rescate de Shiro en un giro de eventos coincidentes, reconoció inmediatamente el mal carácter hecho persona. Puesto que pensó que ingenuamente ella se lo había ganado a pulso.

Si Pidge tenía problemas para relacionarse con el resto y aislarse del mundo ante el mínimo problema, Keith la superaba con creces. Muchas veces se vio a si misma recriminarlo por actitudes que hasta a ella le parecían extremistas, viendo claramente la ironía de quien venía el comentario. Sin embargo, se entendían bastante bien sin necesidad de hablar demasiado, como Lance y Hunk, Pidge podía comprender de donde venía muchas veces su mal humor, y hacia lo posible por ayudarlo a superarlo.

Hubo situaciones que incluso Shiro la había mandado directamente a hablar con Keith en cuanto sucedían roces en el equipo. Y ella se sentía orgullosa de tener un espacio único con su compañero de brazos en que ninguno de los demás integrantes, incluido Shiro, era bienvenido.

O eso pensaba ella.

— ¡Pidge, aquí estas! — Allura ingresó al hangar con un ánimo envidiable, Pidge ni siquiera levantó la vista. — Coran y yo hemos programado un entrenamiento para todos los paladines el día de hoy, necesito que estés en la sala de entrenamiento en media varga.

— Estoy ocupada aquí.

— Pero es-

— Esto también es importante. — Pidge la interrumpió antes de que insistiese. —

Many ways to say I love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora