Universo: Garrison AU
Estado: Parte 1/4
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Las gotas golpeaban el asfalto con furia, mojando sus botas en la superficie mientras caminaba con pausa por las calles de la ciudad, agradecía internamente que su madre le insistiese en que se las colocara antes de salir en la mañana para ir a la escuela, ahora la mantenían adecuadamente aislada de la humedad. Al menos, tener sus pies secos mientras su cuerpo se encontraba empapado por la lluvia era algo bueno, pensó.
Había estado lloviendo durante toda la semana y no parecía tener intenciones de detenerse pronto. No al menos mientras Katie estuviese caminando hacia su casa, con sus cuadernos empapados en su mochila, su rostro mojado, su cabello hecho un desperdicio con lo mucho que costó arreglarlo durante la mañana. Y especialmente, con un dolor en el corazón que hacia que sus ojos picaran en frustración.
No iba a llorar.
Es lo que se había dicho antes de salir de la escuela, luego de encontrar el paraguas que le había regalado su padre completamente destrozado en la entrada, mientras unas risas lejanas se escuchaban a su alrededor. Pero en ese momento, en donde estaba completamente sola y destrozada, la vulnerabilidad se hacia palpable.
Al menos el agua que corría por su rostro hacia que sus lagrimas no se notaran.
Katie estaba tan cansada que se metieran con ella por ser, prácticamente quien era. Nunca había encontrado una razón valida de por qué la molestaban tanto siendo que apenas se relacionaba con sus compañeros. Y no podía acabar peor cuando su padre le había dicho que no podía recogerla a causa de una emergencia de su trabajo, al contarle a medias lo sucedido sobre su paraguas, y Matt estaba fuera de la ciudad para que fuese a consolarla más tarde.
Pateó una piedra en su camino y aspiraba con fuerza, deteniendo sus lágrimas en el proceso.
Maldita naturaleza, tendría suerte si se enfermara de neumonía esa noche, así al menos no tendría que ir a clases al día siguiente.
— ¿Pidge?
Escuchó desde el lado de la calle, deteniéndola abruptamente. Cuando levantó la vista, pudo ver un rostro familiar que no se esperaría ver tan pronto. Frunció el ceño cuando se acercó, cubriéndola con un paraguas negro, en el cual su interior había manchas de colores que asemejaban las constelaciones. Su corazón se contrajo de pena. Era el mismo diseño que su padre le había regalado.
— Ya te dije que no me gusta que me digas así, Keith.
— Lo siento. — Respondió secamente, sin tomarle importancia a su molestia. — ¿Qué haces aquí tan tarde? Estas empapada.
— No shit, Sherlock.
— ¿Siempre tienes que ser tan desagradable? — Keith se acercó a ella, intimidante. Katie solo desvió la mirada. Ahí iban de nuevo. — ¿Alguna vez te he hecho algo?
— Ahora mismo.
— ¿Qué fue lo que hice para que te comportes como un asno?
— ¡Estas siendo entrometido, y no necesito que me cubras con ese paraguas estúpido! — Lo golpeo con su mano para quitárselo de encima, asustando a Keith por un momento. —
— ¡Ten cuidado, es un regalo de mi madre!
— ¡No me importa!
— Tu maldito gremlin... — Sus puños presionaron con fuerza el mango de su paraguas, mordiéndose el labio frustrado. — ¡Bien, vete a tu casa sola! ¡No es como si tuviera que soportarte cuando Shiro no está contigo!
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Many ways to say I love you
De TodoColección de Oneshots en el mes de Julio para la pareja Kidge (Voltron)