Many ways to say I love you

Día XXVII: Vigilia

Universo: Omegaverse

Estado: Parte 2/3

Advertencias: NSFW. 

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Observaba como su pecho se movía con cada profunda respiración que tomaba lentamente, atento, casi esperando que en cualquier momento sus músculos comenzaran a contraerse desde el interior nuevamente y los calambres volviesen para atormentar su cuerpo una vez más. Keith sentía como el sueño lo golpeaba mientras las horas de la madrugada iban pasando, pero no podía dormir aun, tenía que cuidar de Pidge adecuadamente tal y como se lo había prometido antes que comenzara su infierno personal y su conciencia desapareciera hacia un desorden de hormonas y calor. Lo que más odiaba era que Pidge gritara cuando su cuerpo iniciaba con terribles contracciones por todo su cuerpo, como si la estuvieran apuñalando desde el interior sin misericordia, solo su aroma inundando sus sentidos y su voz susurrándole junto a su oído palabras de aliento y amor conseguían detenerlos antes de que comenzara a sangrar producto de la gravedad de sus calambres, y el dolor se volviese completamente insoportable. Si Keith podía evitarlo antes de que todo sucediese, entonces se mantendría en vigilia durante todo el proceso de celo de su novia si era necesario. Podría dormir durante la tarde cuando sus calores menguaban y Pidge podía mantenerse tranquila sin grandes complicaciones.

Lo bueno es que esa noche los calambres parecían haberse detenido de momento, por lo que el descanso de Pidge no fue interrumpido y seguramente despertaría con un mejor humor que el día anterior.

Desde hace tres días atrás, esa había sido su rutina. Se sentía agotado tanto física como emocionalmente, no era fácil para él cuidar de un omega durante tantos días seguidos, alterando sus horas de sueños en el proceso. Sin contar que, debido a que se trataba del primer celo de Pidge, era altamente probable que pudiese impregnarla si se atrevía a utilizar su nudo cuando comenzaba sus olas de calor más severas en donde su razón se perdía entre sensaciones e instintos primitivos. Sentía su entrepierna dolorosa por la hinchazón que llevaba cuando las glándulas de Pidge comenzaban a liberar feromonas para atraerlo y conseguir su única función, pero ambos consiguieron utilizar otros métodos para evitar anudarla, aunque las primeras rondas en donde el celo se sentía mucho más potente casi perdieron la determinación. Lo cual no había sido fácil.

Lo que a Keith también lo mantenía cansado era que Pidge era un omega muy difícil de satisfacer cuando deseaba ser atendida, podía soportar que se bajara del nido para dirigirse hacia el baño cuando lo necesitaba, o buscar comida cuando las raciones se agotaban, pero solía enfurecerse cuando él detenía sus caricias debido a que su brazo sufría algún calambre por el movimiento prolongado entre sus piernas, o no la tocara con más fuerza cuando clamaba la liberación de su orgasmo. Lo que llevó a Keith a sufrir varias mordeduras por todo su cuerpo cuando ella se sentía insatisfecha. Además, no solo su olor se impregnaba en la piel de Pidge, sino que ella también parecía rodear su propia esencia a través de su cuerpo, era casi tan fuerte y posesivo que podía competir con el suyo. Sus colmillos también se sintieron más largos y afilados desde el inicio de su celo, en donde ella fácilmente podría perforar su piel si intentaba presionar un poco más fuerte.

Al principio Keith no le tomó mucha importancia, Pidge por lo general no solía tener actitudes de un omega común y corriente y supuso que durante el celo podría tener actitudes más violentas de lo normal, como lo había visto las primeras semanas durante su precalentamiento, en donde un comentario mordaz de Lance hizo que Pidge lo terminara golpeando. Pero él sabía que su ansia y extrañezas biológicas no eran parte de un celo normal. Keith no lo sabía en la práctica, ella era la primera omega que ayudaba durante sus calores, pero estaba seguro de lo que estaba sufriendo era producto del celo de un omega de alto nivel.