Many ways to say I love you

Día XXV: Anhelo

Universo: Post canon

Estado: Parte 6/7

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Durante los últimos cinco años, Keith siempre tuvo en claro que la guerra había dejado graves secuelas en sí mismo, muchas de las cuales no pueden ser vistas físicamente. Al fin y al cabo, era inevitable al luchar contra un imperio de 10.000 años, pero no todas suelen sostener características negativas.

Una de ellas, es su impecable capacidad de reaccionar a situaciones críticas con una rapidez y serenidad envidiable, dando siempre a la mejor opción cuando se amerita su juicio personal.

Pero en ese momento, mientras es acompañado por Ezor y Zethrid por los pasillos de la guarnición con la ansiedad palpable, es posible que termine desmayándose ahí mismo.

Ambas mujeres estaban preocupadas por él, siendo su líder tanto en el programa de ayuda intergaláctica, como en el control de misiones de la hoja de Marmora, por lo que verlo con los nervios a flor de piel no es algo que pueda considerarse bueno.

El mensaje que el paladín verde le envió horas atrás ciertamente lo había preocupado, pero Keith no quiso mencionar nada sobre su contenido.

Cuando llegaron al salón de descanso, se encontraron con Lance conversando animadamente con un par de cadetes que formaban parte de un proyecto que seguramente era lideraba en su tiempo libre. Keith corrió rápidamente hacia él, como si la vida se le fuera en ello.

— ¡Hola! Pensaba que llegarías en unas semanas más...

— Lance, ¿Dónde está Pidge? — Lance lo miró consternado, y con algo de diversión en su rostro. —

— Al parecer leíste su mensaje hace poco, ¿no?

— ¡No tengo tiempo para juegos, dime donde está! — Preguntó ansioso, llamando la atención de Ezor y Zethrid. —

— Hey cálmate amigo, hoy es su día libre, seguramente debe estar en la casa de sus padres.

— Gracias. — Sin hacer caso a las preguntas de Lance, se dirigió inmediatamente a la salida, sin antes demandarle a sus compañeras que no lo siguieran por ningún motivo y desentendiéndose del felicidades en alto de Lance antes de dejar la habitación. —

— ¿Sucedió algo con la señorita Holt, señor McClain? — Preguntó uno de los cadetes. —

— Nada importante, probablemente Pidge le jugó una broma a nuestro amigo.

— ¿De que tipo? — Inquirió Ezor, curiosa por todo el asunto. — ¿Dijo que se estaba muriendo?

— Nah, de seguro le habrá dicho que fue padre.

Los gritos de ambas chicas quedaron atascados en su garganta en cuanto Lance les acercó la pantalla de su celular, y un dulce awww salió en su lugar por parte de todos al ver las imágenes tomadas hace un par de días.

...

Cuando llegó a la residencia de la familia Holt, se dio cuenta que sus manos sudaban profusamente, no sabía muy bien que haría al verla luego de varios meses de ausencia en la tierra. Colleen lo recibió feliz al verlo antes de lo previsto en la puerta, y sin saber que decir, la siguió en silencio al interior de la residencia.

Ahí, en medio de muchos rostros conocidos, pudo ver a Pidge sentada en el suelo junto a Kosmo y Bae Bae, sorprendida por su aparición.

— ¡Me alegra que hayas regresado antes! ¿Leíste mi mensaje?