Many ways to say I love you

Día V: Ejecución

Universo: Canon-divergence.

Estado: Capítulo Único.

Advertencias: Violencia/Muerte del personaje.  

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El estruendo a su alrededor los envolvió en una fuerte explosión mientras se habrían paso a través del espacio hacia la nave principal, en donde la bruja Honerva había decidido resguardarse de la calamidad que ocurría a causa de los ataques de Voltron. Varios escombros dificultaban un golpe certero, pero los leones eran capaces de detectar señales de calor en donde precisamente se encontraban sus oponentes.

Tendrían que darse prisa antes que iniciaran fuego con el cañón iónico. O derribarían el castillo de los leones donde miles de refugiados estaban tratando de resguardarse del daño ocasionado por la batalla.

Habían acabado con casi todas las flotas galra del universo a través de los años, sin descansar en ningún solo momento hasta que su misión fuera cumplida. Terminar contra el imperio que la bruja trataba inútilmente de sostener con Zarcon yaciendo en sus ultimas fuerzas en el interior de la nave. Y Lotor asesinado hace muchos años atrás, no había heredero legitimo quien tomara el poder en un futuro cercano.

Keith se estremeció en cuanto el león negro sufrió un profundo golpe en el lado lateral de su armadura, desestabilizándolo por un momento. Sin embargo, Lance lo ayudó a tiempo y mantenerse en alineamiento mientras formaban al coloso que les entregaría la victoria esa noche.

Por todos los caídos de esa maldita guerra, Keith le cortaría la cabeza a Zarcon de una vez por todas.

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— Así que, eres un galra.

Keith quedó helado en cuanto escuchó su voz en el cuartel central de la habitación de entrenamiento. Acabó por darle el golpe final a uno de los droides mientras se recomponía pesadamente, el sudor corría por su rostro ante el ejercicio constante.

Miró hacia la ventana en donde seguramente Pidge estaría sentada, con una mirada que para Keith era indescifrable, si había alguien más reservado además de él en esa nave, definitivamente era la favorita de Shiro.

— Lo soy. Al parecer mi madre era parte de la espada de Marmora, es por eso que yo tenía una.

Suspiró con pesar, ya había sido juzgado por Allura y Corán sobre su herencia genética del cual no tenía ni idea antes de conocer a Kolivan. Mientras más rápido terminara de escuchar el desprecio de Pidge, mucho más rápido podría irse hacia las duchas y descansar merecidamente.

— Debe ser increíble saber de donde vienes. — Keith parpadeo varias veces antes de reaccionar a lo que la chica había dicho. —

— ¿Disculpa?

— No, quiero decir... No quiero que te lo tomes a mal, ¿de acuerdo? Pero vamos, has estado volviéndote loco con esa espada desde que conocimos a Ulaz. Ahora que sabes la verdad, aunque sea aterradora, debe darte algo de alivio, ¿o no?

— No se como podría darme alivio saber que tengo herencia de una raza genocida, Pidge. — Bufó con furia, sin entender si le estaba tomando el pelo o solo estaba tratando de burlarse de él en sentido contrario, con lo poco que habían interactuado, seguramente se trataría de ambas. Pidge sin embargo, solo zumbó desinteresada. —