Día VII: Sol y arena

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Universo: Normal AU

Estado: Capítulo Único.

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Los rayos de luz golpearon sus ojos con molestia cuando el sol se elevaba sobre el cielo, haciendo que Pidge gimiera audiblemente para rodar sobre las sabanas y voltearse por el lado contrario de la ventana, de modo que el sol no le molestara para seguir durmiendo. De pronto, una cálida risa y unos labios agradables se sintieron sobre su frente, para luego ser llevada hacia un hombro descubierto, ayudándola a escapar de las luces que la fastidiaban tan temprano en la mañana.

Pidge gimió placenteramente mientras se acurrucaba un poco más sobre la piel de su novio, sus brazos a su alrededor comenzaron a acariciar los contornos de su cabello para darle una agradable caricia que la hacía dormitar nuevamente.

Debería ser considerado un delito tener unas manos tan agradables como las que tenía Keith Kogane. Pero ella no se quejaría en ese momento.

— ¿Podríamos quedarnos todo el día de esta manera, por favor? — Keith volvió a reír cuando las palabras de Pidge apenas se entendieron bajo su hombro. —

— Sabes que Lance y Shiro vendrán a buscarnos si no nos levantamos en unos minutos más. — Dijo con suavidad, sacando un gruñido por parte de Pidge. —

— Pero llegamos tan tarde anoche, deberíamos descansar...

— Podemos descansar mientras pasamos tiempo con ellos, Pidge. Para eso hemos viajado. — Dijo, somnoliento. Abrazando a Pidge para fundirse con su calor. — Sabes lo emocionados que han estado sobre reunirnos en vacaciones...

— ¿Y qué mejor panorama que estar en cama, acurrucados y calientes mientras vemos alguna película? — Keith zumbó en afirmación ante su propuesta. — Vamos Kitty rose, ¿Qué hay afuera que sea tan emocionante que no pueda esperar, de todas formas?

— ¡Hay que ir a la playa!

Lance entró abruptamente como un niño emocionado a la habitación, para lanzarse encima de la cama en donde ambos estaban acostados, aplastándolos con fuerza y sacando un sonoro gemido de dolor. Keith golpeó su rostro con una almohada cuando se recompuso de la sorpresa, para posteriormente patearlo hacia el suelo tratando de quitárselo de encima, irritado por su descaro. Pero nada de eso consiguió aplacar la emoción en los ojos de Lance.

Pidge gruñó mientras se levantaba, dándose cuenta que sería imposible volver a dormir.

— ¡Levántense ambos! ¡El día es perfecto para ir a la playa y surfear! ¡Hay olas gigantes! ¡Como edificios!

— ¿Tenias que lanzarte encima de nosotros para eso? — Keith estaba aguantando las ganas de lanzarle otra almohada, pero Lance ya se encaminaba hacia la salida. —

— ¡Totalmente, Pidge no se levantará antes del mediodía! — Respondió encogiéndose de hombros. Restándole importancia al asunto. — ¡Keith hay olas gigantes afuera!

— ¡Te oí la primera vez!

— ¡Entonces apresúrate!

Respondió ansioso cerrando la puerta antes de recibir el golpe con la almohada que Keith lanzó, en un intento de aplacar un poco su absurda felicidad. Pidge se sentó en la cama, pensativa.

— ¿En que momento pensamos que fue buena idea venir a la Habana? — Dijo Pidge irritada, Keith zumbó en respuesta mientras tomaba una toalla para bañarse antes del desayuno. —

Many ways to say I love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora