Día XXX: Niebla

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Universo: Fantasia medieval AU

Estado: Parte 3/3

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— ¿Keith? — Sintió que alguien tiraba de su manga llamando su atención, encontrándose con una mirada preocupada de parte de Pidge. — ¿Estas bien?

— Si... ¿Por qué no lo estaría? — Preguntó incómodo mientras dirigía su atención hacia otro lugar, algunas ninfas comenzaron a realizar una competencia de comida en la que Hunk parecía estar ganando. Ella zumbó incrédula para llamar su atención otra vez —

— Has estado mirando ese plato por veinte minutos. Lance está apostando que podrías estar así toda la noche.

— Ohh.

Colocó el plato vacío en una mesa cercana, volviendo al mismo lugar que había estado durante toda la velada. No es que no quisiera hablar con los demás, el aire desde la ventana del balcón se sentía bastante bien como para moverse hacia el interior del salón, en donde estar rodeado en un mar de personas no era precisamente algo que Keith se sintiera precisamente cómodo, su naturaleza oscura hacía que las multitudes le parecieran agobiantes, por lo que no deseaba mezclarse entre ellos a pesar de las protestas de sus amigos durante las primeras horas en las que prefirió aislarse de momento.

Desde su lugar podía ver a Shiro y a Matt reír junto a algunos amigos cercanos que fueron invitados para la celebración de su matrimonio, haciendo que una leve sonrisa se dibujara sobre su rostro. Le gustaba ver a Shiro feliz después de tanto tiempo atrasando su unión junto con la persona que amaba, su trabajo como explorador hizo que encontrar una fecha adecuada fuese un completo calvario, hasta esa noche, en donde sus almas estarían unidas incluso después de la muerte.

Ese pensamiento hizo que el interior de Keith se removiera incómodo, recordando vagamente lo que visualizó gracias a las habilidades de Allura.

Pidge aun seguía a su lado bebiendo de una copa transparente, haciendo de compañía silenciosamente, mirando hacia una dirección desconocida de la habitación.

— Si te sientes incómodo, siempre puedes volver a nuestro hogar y descansar, no es como que Shiro se moleste por ello. — Dijo después de unos minutos en silencio, Keith alzó una ceja, curioso. —

— No es eso.

— ¿Entonces? — Inquirió Pidge, mirándolo fijamente. —

— Lo que vi en esa cueva... Es algo preocupante.

— Creo que deberías dejar de pensar en eso, Keith. Terminará obsesionándote y no es como si pudieses evitarlo.

— ¿Entonces espero que suceda sin hacer nada? — Keith respondió frustrado, llamando la atención de mas de una persona alrededor que se alejó con recelo al ver a un elfo oscuro notoriamente molesto. Pidge suspiró pesadamente. —

— No fue lo que dije.

— ¿Entonces?

— Keith mira a tu alrededor, estamos celebrando, no tenemos por qué pelear. — La culpa carcomió su corazón tan rápido como la escuchó, haciendo que la frustración en su interior se esfumara por completo. Una de sus manos se posó sobre su pecho, con algo de culpa en su expresión. — Sé que es tenebroso lo que Allura es capaz de mostrarte, en parte me siento culpable por llevarte hacia ella. Pero si sigues pensando en ello no evitará que suceda.

— Lo sé.

Respondió tomando su mano para llevársela hacia los labios, besando sus nudillos con ternura, Pidge sonrió en respuesta sabiendo que su preocupación era válida, ella también había perdido la razón cuando conoció su profecía hace años atrás, antes de comenzar su viaje como buscadora de tesoros.

Many ways to say I love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora