Pov Idaira
Otro día que me levanto por la alarma, la fiesta de anoche hizo mella en mí, pero tengo que levantarme y asistir a aquel lugar llamado Instituto. Nunca he deseado que llegue tanto un fin de semana, ¿A quién engaño?, todas las semanas es mi plegaria favorita, solo para no despertarme temprano. Me apresuro en bajar a desayunar.
-¡Hola, mi amor!, ¿Cómo amaneciste?- me interroga mi madre desde que me ve.
-Muy cansada mami. Anoche llegamos muy tarde de la fiesta.- me sincere con mi madre.
Me sonrió con tristeza- ¡Cuanto lo siento hija!, Como desearía que tu hermana y tu tuviesen otra vida. Pero qué le vamos hacer, así nos toco vivir. Aunque sueño el día que se nos libere de esta atadura.- expresa mi madre con ilusión.
- Como quisiera poder tener tu esperanza, este sistema de mierda, tiene tanto tiempo así que no cambiara.- hablo con tristeza e impotencia.
- ¡Jovencita que te he dicho de usar esas palabras!.- me regaña mi madre.
- Lo siento madre, pero es que me enfurece. Pero lo peor, es que vivimos en contra de este sistema solo de pensamiento y palabras, pero no hacemos nada cuando un grupo quiere sublevarse, ¿Por qué?, porque somos unos cobardes.-argumento y cuestiono nuestra actitud. - Aunque me duela decirlo soy una cobarde sin remedio, prefiero seguir le el jueguecito a la nefasta de Melisa, tener que humillarme y rebajarme a lo que se le antoje hacer, sin poder dar mi opinión o expresar mi sentimientos, me siento cautiva y aprisionada.- termino llorando de la impotencia que siento. Mi madre me consuela, y por esta escenita que acabo de hacer se me hizo tarde.
- ¡Mierda!, ¡Mierda! ¡Me jodi!- exclame alterada.
- ¡Hija!, ¿que te he dicho...- interrumpí a mi madre en su regaño.
- Sí, lo sé, lo sé. Pero hoy no la cuento. Me tengo que ir adiós ma. – Salí como alma que se lleva el diablo. Dejando a mi madre con una expresión de angustia y preocupación. Cuando llegue, ya eran las 7:20 a.m.
En el instituto.
- ¿Dónde estabas Idaira?. Sabes, que lo único que te pido es que estés aquí temprano, antes que yo, y ¡ni eso puedes hacer bien!, ¡inútil omega!. No me gusta que me hagan esperar.-me increpo Melisa con voz autoritaria.
- Y-yo, yo lo si-siento- me odio en estas situaciones, siempre tiendo a tartamudear – no volverá a suceder. Es que tuve contratiempos para poder llegar y...- me interrumpe Melisa.
- ¡Ya basta, Idaira! Está bien, ya no supliques más. Como soy tan buena y benévola contigo, te daré otra oportunidad, espero y sepas aprovechar.- me dijo con fingida indulgencia
- ¡Sí, claro Meli! No te fallare.- conteste con esfuerzo, aparentando seguridad. Todo esto lo hago por mi familia, no me perdonaría que por mi culpa alguien más muera. Fue suficiente ver el cuerpo sin vida de mi abuela favorita, me dijeron que si no obedezco a la princesita en lo que me pide, "el siguiente será tu hermana", ella no lo sabe, pero mientras más hace enojar a los gobernantes, mi condena es peor.
- ¡Perfecto!, Pues ya arreglado el malentendido ¿qué tal, si vamos a clases?- dijo Melisa observándonos.
- Si- dijimos al unisonó.
Empezamos a caminar para ir a clases, cuando de pronto Melisa se detiene y nos dice: -¡Ah, chicas! Hoy las quiero en mi casa haremos una piyamada, deben llevar piyamas color gris y rosa. ¿Entendido?-nos ordena con semblante serio.
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Rompiendo las reglas
WerewolfAsher un alfa poderoso, entregado a su familia, no quiere encontrar a su mate. Su razón es porque están en tiempos peligrosos, y necesita estar concentrado en su manada. Idaira es una omega, muy sensata, dulce y amorosa, la cual no quiere encontrar...