Las vacaciones avanzaron como normalmente, dejaron de pensar en la profecía pero siguieron alertas ante todo, Voldemort pudo ya haberse enterado. El 1 de septiembre habían pasado entre los andenes 9 y 10 para entrar a la plataforma 9 3/4, los Weasley y Potter creían que ir a Hogwarts sería más seguro que dejarlos en casa, aunque la Directora McGonagall le había pedido a las dos familias quedarse ahí, Hermione podrá ser profesora de Transformaciones durante ese tiempo y, dado que el profesor de DCAO se había retirado, Harry fue el nuevo profesor. Habían pasado dos meses desde que llegaron y apenas podían respirar, gracias a los ÉXTASIS los llenaban de deberes y otras cosas.
Una noche en la que no sucedía nada en especial, bajaron a cenar. Después de la cena subieron al séptimo piso para llegar a su sala común.
-«¡Godric!» -exclamó Catherine, que los acompañaba.
Entraron por el hueco del retrato y se sentaron todos enfrente de la chimenea, estuvieron platicando de cosas sin sentido hasta que fue muy tarde y todos se fueron, excepto Heather.
La pelirroja tenía los ojos cristalizados y a la luz del fuego éstos brillaban, se sentía fatal, a pesar de que habló con el retrato de Dumbledore que la intentó calmar, explicándole que nada pasaría porque Voldemort no la escuchó, porque no escuchó aquella profecía. Pero ella sentía algo, sentía que Voldemort sabía de aquella profecía y decir que estaba preocupada era quedarse corto.
-Pelirroja... -la voz de James la sacó de su ensimismamiento, se sentó a su lado y la miró.
-Ah... hola, James -intentó sonreír con muy poco éxito.
James la tomó de la barbilla y la giró hacia él, le sonrió y tomó con sus dos manos sus mejillas, con los pulgares le limpió las lágrimas que bajaban por éstas, sin que ella las consintiera. Poco a poco se fueron acercando, sus narices se rozaron y entonces, un estrépito (como el de algo rompiéndose) inundó por segundos la sala, haciendo que se separen de golpe. Fred estaba parado frente a una mesa de trabajo con pergaminos en sus brazos y a su lado, tirados y rotos en el suelo, habían frascos de tinta.
-No quería hacer ruido, ya saben, jí jí jí -James rodó los ojos y Heather quedó con las mejillas ligeramente rosas.
-Me iré a dormir, chicos -anunció Heather, levantándose.- gracias James.
-Casual, la van a besar y da las gracias -comentó Fred, siendo impertinente como siempre, James sólo le sonrió, antes de que Heather subiera corriendo las escaleras.
2 de noviembre, el día en que todo amaneció como sí nunca hubiera salido el sol, el día en el que el clima no era para nada favorable. El partido entre Gryffindor y Slytherin, con James como su capitán.
El partido no estaba tan mal hasta ese momento, los leones llevaban 50 puntos de ventaja, a continuación un rayo sonó y varios gritos se escucharon, el comentarista hablaba y comentaba (valga la redundancia) sobre el partido y el tiempo, mientras los cazadores jugaban y esquivaban bludgers a diestra y siniestra. Todo el colegio estaba en el campo de quidditch y ovacionaban a su favorito, los buscadores de ambos equipos estaban volando a la par detrás de la snitch, el de Gryffindor estira el brazo y... ¡SU MANO ATRAPA LA SNITCH!
-¡GRYFFINDOR GANA!
Todos bajaron al campo a felicitar a los jugadores, ¡habían ganado (de nuevo) la copa de quidditch! Heather corrió y abrazó a Lorcan, luego le dio un fuerte abrazó a James, que se lo devolvió gustoso.
Horas después se encontraban en la sala común festejando en grande su éxito, cuando un estruendo particularmente horrible los hizo callar, se fijaron en el ventanal, la torre de astronomía se había derrumbado y una marca tenebrosa, verde y horrible, se iluminó encima de ésta.
Todos corrieron abajo a ver qué era lo que ocurría, los merodeadores y sus dos amigas se miraron antes de correr detrás de todos. Cuando al fin llegaron a las puertas del castillo, presenciaron lo que ocurría, algunas acromantulas se aproximaban, igual que algunos magos y brujas. Se veía que alguien estaba delante de todos.
Aquel mago tenebroso era el que más próximo estaba, luego de unos minutos y un silencio ensordecedor todos estaban frente a frente, la directora McGonagall apenas percibió el peligro mandó un mensaje Patronus a los miembros de la Orden, que se aparecieron (con el permiso de la directora) en el castillo, ellos estaban delante, pero luego de pensárselo, Heather se posó al frente con todos ellos y segundos después James se puso a su lado. Tenían que enfrentar su "destino".
Cuando al fin se hubieron acercado, Heather vio perfectamente al mago que estaba más próximo, era un hombre muy atractivo y con los ojos que cambiaban entre el color verde y rojo en milisegundos, su padre le sonrió con malicia, un recuerdo invadió su mente: tendré que usar tu cuerpo, Stephen, eres el único que me queda. Gracias a ti regresaré. Miró horrorizada al que suponía era su padre, al fin comprendía, ¡su padre era Stephen, ¿cómo no lo vio?, no había marca tenebrosa encima de la casa de sus padres! Fue fingido, ¡no un ataque! Heather derramó varias lágrimas, cargadas de todo lo que sentía, odio y repulsión entre ellos, pudo ver igual a su madre que estaba entre aquel grupo y la miró dolida.
-Me parece que esta vez me toca ganar ¿no? -la voz aguda y fría de Voldemort salió de los labios de su padre. Todos ahí se estremecieron, al menos los alumnos y profesores.- quiero que vengan de una vez por todas los que se unirán a mi, los que eligen la vida.
Nadie se movió, todos se quedaron firmes en sus lugares, Heather dio un paso al frente y James la acompañó, firme a su propia promesa de protegerla siempre.
-¿Siguiendo los pasos de tus padres? -preguntó Voldemort.- y tú, un Potter -se rió estrepitosamente y todos lo acompañaron.- veamos...
-No, yo no soy como mis padres -vociferó Heather, mirándolo desafiante.- no soy una cobarde.
-Ni digo que lo seas, has actuado bien a pesar de lo que se atraviesa en tu camino, ¿qué traes puesto, eh? -Heather se tocó el pecho, el punto donde el collar de las reliquias se asomaba.- ah, mi viejo horrocrux, gracias por cuidarlo, niña. Ahora, veamos...
-¡Voy a acabar contigo de una vez por todas! -interrumpió Harry está vez.- no te meterás con mi familia.
-Harry Potter, te unes de nuevo a la fiesta -lo miró fríamente y sonrió.- esta vez morirás y ¡también verás morir a tu hijo!
«¡AVADA KEDAVRA!»
Tan rápido como aquella maldición imperdonable fue conjurada, Volemort/Stephen movió su mano apuntando a su hija, ni a Heather ni a James les dio tiempo de moverse. Lo último que vio fue a su padre, que tenia los ojos verdes desde que lanzó la maldición, murmuró un "perdón", antes de que la oscuridad y el vacío la atraparan.
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¡NOOOOOOOOOOOOO!
Bueno, les traigo capítulo y espero que les guste, ah, todo esta yendo a dónde debe y ¡pobre Jamie, ver morir a la persona que amas! No se sí entendieron pero su padre estaba en sus facultades cuando le apuntó con la varita. Bueno, es todo por hoy, gracias por leer, las quiero. Comenteeen.
¡No me odien! :(
Valeria💋 (la que seguro aparece muerta mañana)
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El horrocrux perdido. (Estúpido Potter)
FanfictionLa tranquilidad reinó durante muchos años, relatando la vida de dos adolescentes que disfrutan esta tranquilidad y su extraña relación amor/odio. Heather Kervets, una bruja con familia de gran renombre, se debe enfrentar a un destino que ella no pid...