27. Mi mayor aventura.

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Heather estaba en una sala sin color, todo era blanco. La sala tenía una chimenea, sillones y cuadros, se sentía severamente confundida, ¿dónde estaba?

-Heather, sabía que te reunirías conmigo en algún momento -Heather dio un respingo y volteó, para ver a un mago con gafas de media luna y una capa y sombrero azul con estrellas plateadas.

-¿Qué es este lugar, acabo de morir no? -cuestionó. Albus Dumbledore le sonrió y apuntó un sillón, ella se sentó.

-Tú debes saber perfectamente dónde estamos, Heather -le contestó calmadamente. Heather escudriño la sala con la mirada y por fin pudo ver qué lugar era.

-Mi casa... En el mundo muggle -reconoció mirando de nuevo todo.-demasiado blanca y sin polvo.

-Si, el punto que asocias entre los dos mundos -divagó Dumbledore.- ¿recuerdas la primera vez que hablamos? Tú me pediste respuestas, que no pude darte.- hizo una pausa, esperando que contestara, más Heather no dijo nada, sólo lo observó.

«Debo informar, que he recibido respuestas muy claras, Srita. Kervets, muy claras. Aquel horrocrux que llevas puesto, no lo ha sido desde hace aproximadamente seis años, cuando te hiciste esa cicatriz.- Heather miró su mano, Dumbledore prosiguió.- algo extraño, debo decir. Aquella maldad se quedó atrapada en ti, viviendo y tratando de luchar contra tu mayor poder, el amor.

Heather lo escuchaba embelesada, siempre le dijeron que Albus Dumbledore era brillante.

-Nunca se te presentó nada extraño y tampoco recuerdas muchas cosas porque tus padres querían protegerte, mientras menos supieras, mejor. Pero no podían huir de tu destino, ni tú ni ellos y cuando se llevó a cabo el torneo fue el momento en que todo pareció volver, Voldemort quería regresar y nosotros nunca esperamos que el tuviera otro horrocrux. Especulo que lo creo de alguna forma cuando sólo le quedaba Nagini, y él simplemente fingió su muerte.

«Tal vez odies a tus padres por las decisiones que tomaron, pero no deberías. Debes amarlos porque esa es tu única defensa contra el mal.

-Pero yo ya morí, Dumbledore, no necesito defensas...

-Te equivocas, ¿sabes qué intentó decir con lo que te expliqué antes? -preguntó mirándola un poco severamente.- tú, Heather, eres el horrocrux, al hacerte esa herida todos eso poderes pasaron a tu cuerpo. ¿Sabes qué acaba de hacer Voldemort, Heather?

-Si, lo destruyó, eso es, ¡perecerá por su propia mano! -exclamó levantándose del sillón de un salto.

-Y la muerte se vio implicada en uno de los dos -sonrió radiantemente al ver que Heather entendió.

-Pero a pesar de eso, no confío en mis padres, ya no más, siempre los vi como héroes; como los mejores magos, pero ellos traicionaron mi confianza.

-Heather, a mi siempre me decían que confiaba demasiado en los que no deben. Pero aún aquí, como una simple alma que regresó a explicarte cosas que no pude hace tiempo, te sigo diciendo que confío en ellos.

Heather lo miró como sí estuviera loco, se preguntó si estaba chiflado o algo así.

-Debo irme pronto, tú sabes cuál será tu mejor camino. Enfrentar tu destino o irte conmigo. Ahí está tu chimenea y unos polvos flú...

Heather miró los polvos que siempre estaban ahí, era lo único que conservaba su color.

-Muchas gracias, Dumbledore. Pero voy a enfrentar mi destino, debo hacerlo.

Y, tomando unos polvos flú, los lanzó a la chimenea y gritó: «¡A la vida!»

• • •

Lo primero que sintió fue un peso sobre su cuerpo, abrió poco a poco los ojos y escuchó sollozos, lo que vio fue cabello color azabache. Era James y estaba segura de eso, sintió una pizca de felicidad cuando vio que estaba bien, o eso parecía.

-Ja...mes -intentó pronunciar, su voz sonó más ronca de lo que pensaba.- m-me estás aplas...tando.

James se sobresaltó al oír su voz y levantó la cabeza, tan rápido que parecía que se le iría a caer. Una sonrisa de oreja a oreja de extendió por su rostro, titubeó un instante y le palpó la cara con las manos.

-¿Heather, en verdad...? -seguía tocando su cara y Heather rió.- Oh, Heather.- la chica apenas se estaba enderezando cuando él ya la había envuelto en sus brazos.

-¿Todo... terminó? -preguntó aún con una sonrisa en su rostro. James la soltó.

-Me temo, que no. Hay acromantulas y... ¡Espera, tú eres una metamorfomaga!

-Qué bien que se amen, pero hay cosas importantes -exclamó la dulce voz de Fred, cielos cómo la iba a extrañar, si no se notó el sarcasmo de Heather, que se vuelva a morir. Sin embargo James lo ignoró.

-¿A qué le temen las acromantulas? -Heather lo miró sorprendida, estaba claro las acromantulas le temen a...- ¡los basiliscos! Tú podrías...

-Intentar tomar la forma de uno -acabó Heather, sonriendo radiante.

Con ayuda de James se levantó y caminaron hasta la puerta, pensó en una imagen que había visto antes de un basilisco, entonces, notó que iba creciendo más y más. Abrieron las puertas y se arrastró por el suelo, se sentía realmente muy rara, pero lo que hizo Heather ayudó a que las acromantulas se vallan más rápido de lo que llegaron. Volvió a su forma normal y, junto con James entró, se sentía muy débil y de pronto la vista se le nubló.

Despertó en la enfermería sintiéndose un poco mejor, James estaba en la silla a lado de su cama y tomaba su mano.

-Hey -saludó con voz ronca.

-Te gusta asustarme, ¿verdad pelirroja? -preguntó James sonriendo, aunque se veía bastante cansado.

-Algo así, se volvió un hobbie.

James le sonrió y Heather le devolvió la sonrisa, ni siquiera se dio cuenta de que se había sentado en la cama de frente a él, se iban acercando poco a poco (esta vez sin cierto pelirrojo para interrumpirlos). Sus labios se juntaron en un tierno y lento beso.

Heather había pensado hace tiempo que el tema del horrocrux sería mejor aventura, pero se equivocaba, la mayor aventura de Heather fue enamorarse de James Potter.

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Lo medité por un tiempo y me dije: ¡NO MATARÁS A HEATHER! así que, aquí la tienen, completamente viva, recuerden que Stephen le dio un recuerdo a James. ¿Qué será? Asdfghjklñ. Comenten y voten:(:

Valeria💋

El horrocrux perdido. (Estúpido Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora