No te preocupes por mi - Albalia

VIII

Capítulo 8: Catarsis que nos pueden calar hasta los huesos.

El papel blanco estaba enterrado entre las sábanas, muy cerca de mi cuerpo. Estaba arrugado y envuelto, aunque aquello no era lo más importante.

La letra era de Alba.

Cursiva,

rápida,

casi ilegible.

Acomodé mi trasero sobre el suave colchón, mientras intentaba espantar el sueño de mi adormecido cuerpo.

Tardé unos cuantos segundos.

«I've just seen a face», había escrito.

Giré el papel, descubriendo un pequeño dibujo.

Abrí los labios ligeramente, conteniendo el aliento.

Alba me había dibujado.

Con los ojos cerrados, mientras sonreía entre sueños.

Bajo el boceto, se leía:

«Podría haber capturado cualquier momento, pero sinceramente, este es mi favorito. He pensado en la canción de The Beatles mientras mi lápiz delineaba tu sonrisa.

Hasta otra, Natalia.»

Me detuve un instante, a vagar mi visión por la habitación, por si ella se encontraba por allí.

No había nadie.

Solo yo, sujetando un trozo de papel arrugado.

Y, joder, me alegraba de ello.

Porque sino, hubiese escuchado un corazón bombear con mucha fuerza:

el mío.

Escuché los tonos de llamada, pero deseaba que se detuvieran.

-Vamos... -dije en voz baja, para sólo yo escucharme. Me llevé la mano a la cabeza, algo decepcionada.

Ya iban tres.

Cuatro.

Cinco.

-¿Natalia? -al cabo de una incómoda pausa, me enderecé, aún encogida, e intenté decir algo-. ¿Sigues allí?

Ella susurraba.

Me susurraba al oído.

-Yesterday... All my troubles seemed so far away -me sentía exultante. Mi voz sonaba a gloria-. Now it looks as though they're here to stay... Oh, I believe iiiin yeeesterday.

El ambiente enmudeció, y se extendió como una goma de mascar que estaba siendo estirada.

Decidí cortarla.

-¡UOOOOOOOOO! ¡Y EL PÚBLICO ENLOQUECE CON LA MARAVILLOSA VOZ DE NATALIA LACUNZA! ¡APLAUSOS! ¡APLAUSOS! ¡UE! ¡UE! ¡UEEE! -dije en voz alta, sin poder detener la pequeña risa juguetona-. ¡NATALIA HA ENMUDECIDO A SU PÚBLICO! ¡ES UNA GENIA! ¡UEEEEE!