Chocolate caliente.

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Me levanto bastante mareada con un dolor tremendo de cabeza, resaca. Miro mi alrededor y veo a Mike, dormido profundamente a mi lado, en una cama doble. Camino despacio y abro la puerta, vale, estoy en casa de Mery. Bajo frotándome el sien hasta la cocina, donde la dueña y señora de esta casa esta tomándose un chocolate caliente.

-¿Hoy no hay clase?-Pregunto sentándome enfrente de ella y quitándole la taza para darle un trago.

-Si que hay, pero he llamado para decir que estábamos todos malos con gripe y eso.-Dice resoplando y cogiendo su taza.

-Oye, los recuerdos de anoche los tengo borrosos, desde que entró en tu casa, no me acuerdo de nada.-Digo dandole un bocado a una galleta de chocolate.

-Pues si no llega a ser por que aun estaba consciente, te habrías follado a Luke.-Dice rodando los ojos.

-¿¡QUE!?-Grito en bajito.

-Pero eso no es lo peor, se te escapó que ibas a vivir con él, reza por que Mike tampoco se acuerde.-Me advierte.

-Mierda, mierda, mierda.-Digo nerviosa y comenzando a temblar levemente.

-Tranquiliza...-Se calla en cuanto ve a Luke bajar resacoso y tambaleándose.

-Buenos días pequeñas mías.-Dice bostezando y rodeándome con su brazo.

-Quita.-Le aparto de mi lado.

-No te pongas así, esos segundos de ayer los disfrutastes, y lo se.-Dice guiñandome un ojo.

-¿No lo entiendes? Mi novio es Mike, y ya haremos lo que tengamos que hacer cuando vivamos juntos.-Digo sonriendo pícaramente.

-Sam, ¿tienes fiebre o que?-Dice Mery sorprendida.

-Tu calla, que follas sin ton ni son, pero no todos tenemos la misma suerte.-Digo y nos empezamos a reír.

-¿Que me he perdido?-Dice Mike con una voz ronca y muy sexy.

-Nada que Sam...-Le tapo la boca a Luke y le arrastro hasta el jardín, cierro la puerta corredera de cristal y le suelto.

-Él no sabe que me voy, no.. No quiero que lo pase mal por mi culpa.-Digo evitando su mirada.

-Va a sufrir mas sin saber por que.-Me coge de los hombros y me levanta con la mano izquierda la cabeza.

-De todas formas, no me veo capaz de decírselo.-Digo suspirando.

-Me ha dicho el regalo que te ha hecho, ¿Le vas a dejar solo en el hotel la madrugada de tu cumpleaños?-Me pregunta y yo noto como una lágrima se deslizaba por mi mejilla.

-Supongo.-Sollozo.

-No llores pequeña.-Dice y me da un abrazo, es muy alto, lo que hace que mi cabeza este por debajo de su pecho, en el comienzo de su abdomen.

-Eres un buen amigo, aun que quieras sexo, eres un buen amigo.-Digo ríendome intentando animarme a mi misma.

Unidos por un grave error. [Michael Clifford]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora