capitulo 6- La Sangre De La Extraña

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Capitulo 6

Sangre de la extraña

No podía quitarle los ojos de la espalda. Había accedido a que la extraña valla adelante mientras ella le cubría las espaldas. Aun que estaba segura de que la extraña sabia que por su cabeza la desconfianza marcaba cada acción, cada palabra y cada gesto que ella mostraba.la extraña le había contado de que también se había encontrado con el dueño del hacha y que casi la había asesinado.

En todo el día que habían estado juntas, ella se encontró con la tentación de traicionarla y arrojarla bajo algún acantilado. Pero la necesitaba. Si querían llegar vivas hasta la casa del leñador debía trabajar en equipo. Ya sea por las bestias de la Mansión De Juegos o por el maniático del hacha.

Su captora/aliada era muy extraña. Durante la noche hablaba en sueños, no dormía si había truenos como si fuera una niña de diez años, y la miraba mientras dormía. Lo último lo había notado las últimas dos noches desde que le conto acerca del bosque. Lo único bueno era que sabía cazar. Era más precisa con el hacha y parecía haber ido a los exploradores porque sabía muchas cosas de la naturaleza y de la supervivencia. Efectivamente no había bayas comestibles en el bosque.

Para llega a la caza del leñador habían elegido el camino más largo, por donde era mas difícil seguir a una persona en el bosque. Mientras comían no se dirigían palabra. Su confianza mutua no crecía con el tiempo pero quizás el ambiente cada día era menos hostil.

No  sabía porque pero a la extraña amaba cazar a las aves de rapiña, un día se lo pregunto:

-¿Por qué disfrutas cazando águilas?- le pregunto curiosa.

-porque no ves que ellas son depredadoras naturales que acechan a cada animal indefenso  que pueden, lo acechan hasta cazarlo. siento una especial satisfacción al ser quien las case, es como el cazador siendo cazado.

Qué extraño significado le da a aquello.

Poco a poco iba ganando más confianza en la extraña, ese era un problema, porque quizás al final la termine traicionando o porque se terminen dando cuenta las dos de que esa alianza era lo mejor que les había pasado solo hasta que llegue el momento de acabarse mutuamente.

Más tarde le enseño a cazar. Cosa en la que definitivamente ella no era buena. Después de varios minutos por lo menos sabía manejar torpemente un arma.dia tras día era un poco mejor. Sabría la extraña que estaba preparando a una potencial traidora.

Como saberlo.

Tardamos una tarde mas en llegar a la casa del leñador por el camino más largo. Parece que no está allí, solo se oye su perro, como la primera vez que ella se había acercado a la casa. Rápidamente la rodean y se plantan ante su primer desafío: la puerta.

La puerta estaba cerrada con tres candados y un tablón, que no fueron grandes retos para el filo del hacha. Adentro de la casa predominaba un ambiente muy cálido y en el centro del comedor estaba la chimenea que soltaba aquel humo que distinguía a la casa en el bosque. El leñador parecía no haber escatimado en gastos a la hora de ocuparse de que su casa estuviera llena de muebles, adornos y comodidades. Pero lo más importante era que no estaba en su hogar.

La extraña abrió una alacena y de allí saco grandes latas de comidas y con un abrelatas que tomo de la tallada mesa, la abrió. Como una salvaje que nunca había visto comida introdujo sus manos en lo que parecía estofado enlatado y lo engullio rápidamente. Ella en cambio decidió aguardar y conservar la calma, caminando lentamente se fue a explorar las habitaciones de la casa.

El baño estaba pulcramente limpio, ni una mancha de suciedad, todo en su lugar. Cepillos de dientes, jabones y peines ubicados milimétricamente separados. En el  había un pasillo mediano que llevaba hasta el único dormitorio que tenia la casa. Cerca se oían los ladridos del perro que estaba en una habitación que funcionaba como deposito.la habitación tenía un ambiente romántico, extrañamente. La cama era de dos cuerpos y estaba tapada por un toldo blanco y la única luz que había era la de un tubo fluorescente.

Mientras ella observaba toda la habitación, la extraña pego un grito, a ella no le alcanzo el tiempo para llegar y defenderla que un golpe la hizo desplomarse sobre la cama.

Se oían gritos, sus manos estaban atadas, al parecer se había desmayado. Si, eso había pasado. Escuchaba los gritos de la extraña y la voz de un hombre.

¿Quién era ese hombre?
¿El leñador?

<<si. Obviamente idiota, de quien va a ser la casa>> le dijo una voz en su cabeza.

Cuando pudo abrir los ojos, sintió que estaba en una de sus peores pesadillas. Ella estaba tirada con la mitad de su cuerpo en la cama, estaba atada y llevaba solo su ropa interior. Era horrible. A metros de ella yacía un cadáver pero no veía de quien. Los ruidos provenían del baño.

Parecían los gruñidos de un hombre que parecía atareado. Sentía punzadas en sus brazos y por alguna extraña y desconocida razón no podía moverse fácilmente. Todo estaba oscuro y difuminado.

Rectando, sintiendo bajo su abdomen las suaves sabanas de la cama, se acerco hasta llegar al límite entre la cama y el piso.

Entonces pudo ver la verdad.

Una verdad tan pavorosa como terrorífica. El cadáver era el de la extraña. No tenía sus brazos y estaba rodeada por un gran charco de sangre. Tenía toda su cara cortada y su abdomen estaba perforado por un disparo limpio y casi milimétrico.

-¡ahhhhhh!-grito.

Pero nadie podía oírla.

Era simplemente una chica sola, a merced de un asesino.

Sin aliados.

Sin nada

Solo pavor.

 

 

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