Capitulo 19
La barrera
Las rueditas de la camilla de hospital rechinaban y hacían que el viaje hacia “El Umbral” sea divertido.
Según aquel sujeto extraño “El Umbral” era un proceso especial por el cual “Ellos” tocaban fibras sensibles del tejido nervioso mientras al sujeto de prueba se lo estimulaba con imágenes, recuerdos y música y además obviamente sumando todo a un peligroso coctel de drogas alucinógenas. Todo con el objetivo de obtener el patrón con el que el consciente interactuaba con el subconsciente.
Estaba amarrada a la camilla mientras veía con atención como la transportaban rápidamente a la sala para realizar la intervención.
Era una sala oval llena de gradillas de observación todas construidas con metal antiguo. En el techo había observatorios en altura donde parecía haber personas ocultas detrás de vidrios polarizados.
-Esos son los amos.- le explico el doctor quien la había acompañado todo el trayecto.
Ella no dijo nada. Aquellas personas sádicas quienes controlaban ahora su vida eran el punto menos importante de la cuestión.
Con fuertes ataduras de cuero la aseguraron a la camilla que estaba en posición semivertical y le introdujeron dos agujas que conducían líquidos de color azul y verde. A lado de la camilla había una especie de jaula que iría sobre su cabeza esta tenía unas agujas que iban en los ojos y que los mantenían lubricados y abiertos. Ella sabía que primero le debían abrir la cabeza para poder interactuar con los pulsos electroquímicos de su cerebro y luego empezarían a estimular su cerebro con las palabras del psicólogo que dispararían recuerdos.
La sedaron fuertemente pero no lo suficiente para dormirla y uno de los ayudante del doctor activo una especie de sierra con la que empezó a abrirle el cráneo. No sentía nada excepto un pequeño cosquilleo en donde antes había hueso. Cuando terminaron de abrirle el cráneo le conectaron unos cuantos cables a sus sesos y le pusieron aquel curioso casco. Las drogas la estaban poniendo histérica de una manera poco común. Y empezó todo.
Frente a ella habían puesto el mismo sillón del primer día. En el se sentó como siempre aquella persona que la hacía sufrir tanto.
-Recuerdas alguna navidad. Yo recuerdo muchas. Algunas las pase en Boston y en Seattle ¿y tú?
************************************
Era navidad en la granja de los Sothersby y como siempre los trabajadores matutinos se retiraban a sus hogares para pasar la Nochebuena con sus familias pero no sin antes pasar por la casa de Martha Sothersby, una de las viudas más deseadas. Allí sus trabajadores que funcionaban como sus esclavos recibían su paga y un regalo extra que era una sesión de placer por parte de Martha.
De allí salían con los bolsillos de sus chaquetas llenos de dinero y con los pantalones flojos y mojados en busca de los regalos de última hora para quienes no habían tenido en cuenta a la hora de las compras de fin de año.
Susan estaba sentada en una de las ramas del árbol más imponente de la granja mirando hacia los campos de trigo tratando de aparatar la vista de aquella horrorosa casa donde vivía presa.
El sol empezaba a perderse y en la lejanía los canticos navideños empezaban a acallarse abriendo paso a una calmada noche para muchos pero para otros no.

ESTÁS LEYENDO
Aves De Rapiña
ParanormalNo sabe quién es ni donde está. Pero lo único que sabe con certeza es que está atrapada en un bosque en el que nada es lo que parece. Trampas mortales, gente que no es lo que aparenta ser, asesinos, drogas y un motivo por el que todo eso tiene senti...