Capitulo 30- Respuesta Radical

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Capitulo 30

Respuesta Radical

Cruzo la segunda puerta que se abrió y era la desolación misma. Detrás de ella había dejado un escenario complejamente elaborado y manipulado que no se parecía al mudo en el que se había visto inmersa.

Las paredes estaban forradas con papel tapiz con motivo de rosas y colores rojo y blanco. Quizás parecía una gran carpa de circo. Pero la cosa extraña era que en el centro de la habitación no había nada, solamente un banquito y una bolsa de papel como las que uno usa cuando va a al supermercado. Avanzo unos pasos hasta el banquito y la bolsa de papel, los examino pero aparentemente eran objetos inocentes… pero nada en ese bosque era inocente.

Sintió un chasquido proveniente de sus espaldas pero no noto nada. Acerco su oído derecho a la pared izquierda para escuchar si había algo detrás y se sorprendió. Detrás se oían pequeños murmullos, pequeños  pero potentes a su manera. Susan se precipito y atravesó la pared que ahora parecía más una cortina. Atreves de la cortina todo cambio. Había un vacio profundo frente a ella y solo se podía estar quieto en los bordes metálicos del vacío. Susan tomo su mochila y dubitativamente empezó a barajar la idea de lanzarse al vacío.

Los pros y los contras eran muchos pero y si eso era lo que los Amos querían. Querían que se tirara y querían acabar con ella. Seguramente querían ver como se rendía pero aunque hiciera todo lo contrario a lo que ellos quisieran, como siempre, ellos ganaban. Necesitaba hacer una jugada radical.

Busco en su mochila esperando encontrar lo que le había llamado tanto la primera vez que los había visto. Pequeños paquetes de plástico endurecido que llevaban una etiqueta  con la leyenda “PELIGRO CONTENIDO ALTAMENTE EXPLOSIVO, MANEJESE CON CUIDADO J “. En un extremo tenían un botón y en un costado un mini reloj digital que marcaba el tiempo para la explosión.

Tomo uno de los explosivos y lentamente avanzo por la habitación hasta la cortina. Cuando con su brazo izquierdo corrió a la cortina al mismo momento que una alarma roja se disparaba, sonaba a y aturdía cada uno de sus sentidos.

La luz del vacio la cegó por un momento pero Susan logro tirar el explosivo por aquel tubo que conducía al vacio. Sintió como su dedo apretaba el botón y soltaba la repuesta a parte del problema. Parecía que su mente seguía el trayecto del explosivo de alguna manera. Y al final las sirenas cesaron. Por un momento hubo calma.

Calma que no duro.

Las paredes de hormigón que le daban forma al tubo donde estaba el vacio se agrietaron y liberaron toneladas de polvo. Todo parecía entrar en un punto en el que el derrumbe era un viaje de ida. El vacio se lleno de llamaradas que ascendían como serpientes de fuego que trepaban por las paredes.

La habitación colapso. Y Susan se hizo para atrás pero fue muy tarde. Cayó junto con su mochila al vacio plagado de fuego que consumía todo lo que tocaba.

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