Capítulo 7

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Venezia Oviedo.
Lunes 9 de Marzo a las 10.45
°
Me quedo paralizada y Jesús obliga que se siente para mantener la calma.
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-¿Qué ha pasado? -pregunta Jesus.
-No... No podéis saberlo, simplemente necesito que Venezia encuentre un buen abogado. -dice sin aliento.
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Me agacho frente a ella para mirarla mejor y asiento.
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-Necesito saber que ha pasado mamá. -digo preocupada.
-No... No es el momento, atrasaré el juicio todo lo posible, cariño, todo estará bien ¿verdad? -pregunta mirandome triste.
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Sonrio tierna.
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-Todo va a estar bien mamá. -aseguro.
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Daniel se agacha junto a mi mirando a su madre y ella agarra su mano.
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-Mamá ¿Jesús y yo tenemos algo que ver? -pregunta.
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Niega, Daniel asiente y ayuda a que mi madre se ponga en pie.
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-No hay prisa en que lo encuentres, simplemente encuentra lo cuando te sea posible. -dice dulce.
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Asiento, abrazo a mi madre y ella me aprieta contra su cuerpo diciendome cuanto me quiere.
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-Algo fuerte ha pasado. -digo seria.
-No puedo imaginar lo que es. -asegura.
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Encojo los hombros suspirando, miro el reloj y agito la cabeza perdida.
Daniel me abraza haciendo que me hunda en su pecho, besa mi cabeza y suspiro.
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-Tranquila enana, será cualquier cosa. -susurra.
-Sí ha pedido un abogado es importante Daniel. -todo su cuello.
-Tranquila, nada pasará. -besa mi frente.
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Cierro los ojos sin comprender la situación pero me separo de mi hermano para continuar trabajando.
La cabeza se me va durante la mañana pues desde la llegada de mi madre apenas puedo pensar en otra cosa, Jesús, tras dos horas arrastrándome niega y me sonrie.
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-Sal ya de la oficina, tomate algo en el bar y vas a por tu hija, estas realmente perdida Venezia. -dice Jesús.
-No te quedes tú solo con el trabajo. -insisto.
-Yo me quedo con él. -dice Daniel.
-Ve tu con ella y así vais juntos al colegio para recogerlas. -dice serio.
-Pero.... -suspiro.
-No tengo ni hijos ni pareja, así que yo puedo quedarme trabajando sin problema, venga, iros y ya. -dice riendo.
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Recojo mis cosas para cruzar junto mi hermano al bar que hay junto el edificio, pide dos cervezas y se pega a mi lado mientras mira su teléfono.
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-Sigo dándole vueltas a lo mismo. -suspiro.
-No te preocupes enana. -dice guardando su teléfono.
-Después la llamaré a ver si se ha calmado, jamás he visto a mamá así. -dice seria.
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Bebe de su cerveza y rio.
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-Bueno si, aquel día que le dijiste que estabas enamorado de mi, vaya bronca te echó. -recuerdo riendo.
-Cosas de crio. -asegura tenso.
-Y tanto joder. -sonrio.
-Y viy con la cara a decírselo sabes, oye mamá que me gusta mi hermana. -dice riendo pero incómodo.
-Lo que has dicho, cosas de críos. -aseguro sonriendo.
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Bebo del vaso recibiendo un mensaje de Esteban el cual dejó en visto ya que no me sorprende.
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-¿Te va bien con él? -pregunta serio.
-En principio si, tiene cosas que no me gustan pero como todo el mundo Daniel. -explico.
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Asiente y me pego de nuevo a su pecho cansada.
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-Deja de darle vuelvas a lo mismo. -insiste.
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Encojo los hombros.
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-Me preocupa mamá. -confieso.
-Y a mi enana. -dice serio.

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