Capítulo 45

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Daniel Oviedo.
Viernes 7 de julio a las 14.30
°
Mando a imprimir los últimos informes que necesitan en la empresa cuando mi hija junto mi sobrina entran en el despacho que tengo en casa.
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-Papá baja ya a comer. -protesta Olivia.
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Sonrio agitando la cabeza y las cojo.
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-¿Para comer o jugar? -pregunto riendo.
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Ellas se miran riendo y beso sus cabezas.
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-Bueno, pero mamá está haciendo todo sola. -dice Zoe.
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Frunzo el ceño dejándolas en el suelo, bajo buscándola y veo como acaba de preparar la comida a la vez que va llevando las cosas a la mesa del salón.
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-Me deberías haber dicho que te ayudase. -Le cojo la bandeja.
-Estabas trabajando. -responde cuando la dejo sobre la mesa.
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Rodeo su cuerpo con mis brazos y me ebsa suavemente.
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-Acababa el informe bebé, no era importante. -aseguro.
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Encoje sus hombros y me besa de nuevo.
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-Estoy muy feliz aquí Daniel. -mira mis ojos.
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Muerdo su labio, ella sonrie y mira a las niñas.
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-Quiero saber algo de mamá. -susurra.
-Ya oíste a Jesús, non quiere saber nada de nosotros durante un tiempo, debe pensar. -aseguro.
-Estamos locos Daniel. -insiste yendo a la cocina.
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La sigo y agarro su brazo.
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-¿Después de un mes me vas a decir que estoy loco? -alzo la voz.
-Solos hermanos y yo... -se queda callada.
-¿Y tú qué? -pregunto serio.
-¡Dejame Daniel! -se va de la cocina.
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Froto mis ojos sin comprender realmente que le está sucediendo y le pongo la comida a las niñas en la mesa para hacer tiempo por si ella decide bajar... No debí alzarle la voz pero lleva un mes diciéndome eso de que somos hermanos y si, lose, sé que somos hermanos pero algo dentro de mi me grita que nada me puede impedir amarla.

De sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora