De sangre

Capítulo 21

Jesus Oviedo.
Viernes 3 de Abril a las 9.30
°
Mi madre sonrie al ver que eligo la tela para las nuevas prendas que ella me ha aconsejado, la miro dulce y coje aire.
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-¿Sabes si tu hermana tie e ya abogado? -pregunta.
-Creo que no, mamá, es lógico ¿cómo va a encontrar un abogado si no sabe para qué es? -digo serio.
-Al final me pondré yo a buscarlo. -susurra.
-Mamá ¿qué pasa? -me siento frente a ella, en mi silla.
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Niega con la cabeza apartando el tema y se pone en pie caminando por el despacho.
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-Jamás pensé que tu hermana pudiera traerme estos problemas... Me encantaría poder decir todo, la verdad... Nose Jesús. -dice triste.
-Venezia no ha hecho nada mamá. -digo serio.
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Por un momento en mi cabeza se pasa la idea de que mi madre sepa que sus dos hijos se están comiendo la boca enamorados... Eso lo puede ser, mi madre ni se imagina eso... O eso espero. ~
-Mamá... -digo cuando se mantiene callada.
-La quiero hijo, tú mejor que nadie sabes que amo a tu hermana como la que más de todos. -dice.
-Siempre fue tu ojo derecho mamá, erais una, aún sois una... La protegidas muchísimo. -aseguro.
-Tengo miedo de perder a tu hermana. -confiesa.
-¿Perderla? -pregunto.
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En realidad miedo deben de tener ellos de que mamá se entere de todo lo que realmente sucede a las espaldas de la familia.
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-Hijo... Tu hermana no es mía. -confiesa.
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Me quedo paralizado, las palabras no salen de mis labios, me aferro a mi sillón sin saber bien esto y agito la cabeza.
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-Pero ella es mi hermana... Mamá, es imposible, yo... Mil veces me has contado cosas sobre el embarazo de ella. -aseguro.
-Todas mentira hijo, no tenéis recuerdo de ki embarazo pero jamás lo tube... Siempre quise tener una niña y por problemas sucedidos tras vuestro parto me quedé con esa espina... Tu padre y yo buscamos para adoptar una bebé, siempre tuvimos el dinero suficiente. -explica.
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Me pongo en pie para poder pensar un poco y suspiro.
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-No le digas nada ni a Daniel ni a Venezia, si se entera debe de ser por mi, porfavor. -suplica connla voz cortada.
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Estrecho a mi madre en mi pecho, me abraza y sonrie dulce.
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-Vamos al despacho de tu hermano, quiero verlo un rato. -dice dulce.
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Me pongo algo pálido solo de pensar que puedan estar los dos ahí, llegamos a la puerta y la paro cuando va a abrir el pomo.
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-Espera que creo que está reunido. -escuso.
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Toco a la puerta escuchando el agobiante "un momento" de mi hermano... joder, mamá los va a pillar.