De sangre

Capítulo 28

Venezia Oviedo.
Viernes 14 de Mayo a las 14.00
°
Espero a mi niña a la salida del colegio, suspiro dolorida pues tengo la espalda algo dañada de la caída que sufrí el otro día y rezo en silencio porque Daniel no venga a por su hija.
Recibo una llamada de mi hermano, suspiro negando y me acerco a la puerta viendo a mi niña acercarse a mi.
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-Bebé. -rio dulce.
-Mami. -me abraza las piernas, no llega más alto.
-Vamos a casa. -digo nerviosa.
-¡Mira mi tito! -sale corriendo.
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Me giro temiendo lo que me esperaba: corre hacia Daniel. Me mira y se queda palido al ver mis heridas, camino lentamente hasta donde él está y agarra mi mejilla suavemente.
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-¿Qué ha pasado? Llevo días llamándote, enana. -dice roto.
-No es el momento de hablar. -susurro.
-Pues deja de evitarme. -suplica.
-Aléjate de mi ¿vale? -figo seria.
-No voy a alejarme de ti. -asegura.
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Suspiro.
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-Hazlo por mi. -agarro su brazo.
-¿Esto quien lo hizo? -pregunta serio.
-Sabes quien fue Daniel. -comento obvia.
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Frunce el ceño furioso.
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-Mami ¿nos vamos? -Zoe tira de mi pantalón.
-Sí bebé, nos vamos. -respondo.
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Agarra mi mano levemente.
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-Vamos a vernos una vez más. -suplica en un susurro.
-Me tiene prohibido hablar contigo. -aseguro.
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Me mira preocupado y suspira.
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-Me las arreglaré para que nos veamos. -asegura.
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Voy hacia mi coche agarrada de la mano de mi bebe y ella alarga sus bracitos para que la coja.
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-¿Qué pasa? -pregunto.
-¿Por qué no dejas a papá? Es malo. -dice triste.
-Papá no es malo cariño. -aseguro.
-¡Sí! Papá es malo. -asegura.
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Sonrio tierna.
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-Quiero mucho a tu papá. -aseguro.
-Pero papi no te quiere. -dice enfadada cuando la siento en su sillita del coche.
-Papá me protege. -miento.
-¡Me da igual mamá! Te hace mucho daño. -dice triste.