Capítulo 43

1.2K 37 0
                                        

Venezia Oviedo.
Miercoles 3 de Junio a las 3.30
°
Jesus me abraza muy fuerte, agarra mi rostro y agita su cabeza.
~
-Vais a tener una visita dentro de muy poco. -asegura.
-Sí porfavor. -suplico.
~
Me pega a su pecho, cierro los ojos y suspiro.
~
-Todo saldrá bien, seréis muy felices. -asegura.
-¿Y si no podemos llevar todo? -pregunto.
-Quedate tranquila, confía. -asegura.
~
Miro que mi bebe duerma bien en el carrito, agarro su mejilla y sonrio dulce.
~
-Cada día se parece más a ti. -asegura.
-Es una muñequita. -sonrio.
~
Mi móvil suena, lo cojo rápidamente al ver que es Daniel y sonrio.
~
-Cariño, ve bajando las maletas, ya he salido de casa, llego en cinco minutos. -asegura.
-¿Todo bien? -pregunto.
-Le dejé una nota y el papeles solicitante del divorcio, no se ha dado cuenta de nada. -asegura.
-Ven rápido. -suplico.
-Me muero por besarte. -susurra.
-Te amo. -digo sonriendo.
~
Cuelgo con la misma sonrisa y Jesús me hace cosquillas en el cuello divertido.
~
-Mira quién sonrie como una tontita. -rie.
-¡Jesus! -protesto.
-Vamos, te ayudo a bajar las cosas. -dice riendo.
~
Bajo las cosas junto mi hermano, mi bebe llora despertandose y le cojo en brazos.
~
-¿Dónde vamos? -llora.
-Nos vamos con Dani a un lugar lejos bebé. -aseguro.
-¿Dónde mami? -murmura.
-Lejos, con la prima. -aseguro.
~
Ella sonrie pero bosteza.
~
-Ahí viene. -dice Jesús.
~
Baja del coche rápido, me besa suavemente para después abrazar a Jesús, meto a mi niña en el coche junto su dormida prima para poder ayudar a Daniel a meter las maletas.
~
-Puedo solo enana. -dice cuando ve mis intenciones.
~
Suspiro, mete la maleta y coje aire.
~
-Nos vamos. -agarra mi mano.
~
Jesus se acerca y nos abraza a los dos a la vez, sonrio besando su mejilla muchas veces lo miro.
~
-Llámanos para lo que sea. -dice Daniel.
-¿Y si mamá pregunta? -cometa Jesús.
-Que los llame. -contesta.
-Porfavor, ven pronto. -suplico al borde del llanto.
-Iré pronto a veros. -me abraza.
~
Me monto en el coche en lo que acaba de despedirse de su gemelo, suspiro sintiendo las heridas de mi espalda y Daniel entra.
~
-¿Aún estás dolorida? -pregunta arrancando.
-Me duele la espalda. -aseguro.
-Allí irás al doctor para que te las cure correctamente. -comenta.
~
Me apoyo en el respaldo mirándolo y muerdo mi labio.
~
-Te amo. -murmuro.

De sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora