Capítulo 44

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Jesus Oviedo.
Viernes 5 de Junio a las 10.00
°
Mi hermana rie feliz por el teléfono, sonrio tierno y Agito la cabeza.
~
-Nadie ha preguntado por vosotros, Esteban no ha venido a la sede y Martina parece que le ha importado poco el divorcio que le dejó mi hermano. -explico.
-¿Y mamá? -pregunta.
-Llevo varios días sin verla, nose nada de ella, anoche la llame pero no me lo cogió, iré a verla cuando salga esta tarde de la sede. -explico.
-Sí, será lo mejor. -dice dulce.
-¿Y con mi hermano que tal? -pregunto escuchando su sonrisa.
-Es un sueño Jesús, jamás he estado tan bien. -asegura.
-Que feliz me hace escucharte así pequeña. -sonrio.
~
Escucho como Daniel la llama, ella rie y Agito la cabeza.
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-Mañana hablamos, te quiero pequeña. -digo dulce.
-Te quiero. -cuelga.
~
Aporrean la puerta de mi despacho en cuanto suelto el móvil, me pongo en pie sorprendido y mi madre entra desesperada.
~
-¿Y tus hermanos? -pregunta.
-Mamá calmate, están bien. -la siento.
~
Le doy agua, ella agita la cabeza llorando y me mira.
~
-Tengo que contarte algo. -digo nervioso.
-¿Qué? -se altera.
-Daniel y Venezia... Mamá, ellos se aman, han pasado muchas cosas en estos últimos meses... Han estado juntos, se veían en secreto en mi casa... Jamás he visto a la pequeña tan enamorada y Daniel mamá... Le brillaban los ojos. -explico.
~
Se queda paralizada, sostengo sus brazos y ella me mira.
~
-Son hermanos Jesús ¿están locos? -dice sin aliento.
-Realmente no son hermanos mamá. -aseguro.
-Son hermanos digas lo que digas Jesús. -dice seria.
-Mamá, deben saber que Venezia fue adoptada. -reprocho.
-¡Jamás! -se pone en pie.
-¡Se van a amar igual mamá! -alzo la voz.
-Están locos. -asegura.
-Mamá, estas cosas pasan ¿o no recuerdas cuando Daniel le regalo las rosas a Venezia? A Daniel le gusta Venezia desde pequeño. -dice serio.
-Imposible. -asegura.
-Hay algo en ellos que les dice que realmente no son hermanos. -insisto.
-¡A esa niña la he criado yo Jesús! Es mi hija. -llora.
-Sí mamá, es tu hija y nadie puede negar eso, pero tampoco puedes rechazar que tus hijos se aman y merecen saber la verdad. -digo más calmado.
-Tengo que pensar, necesito hablar con ellos. -susurra sin voz.
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Encojo los hombros.
~
-Están en el sur, llamalos, ellos te lo cogerán encantados. -aseguro.

De sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora