Capítulo 1

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Venezia Cruz
Martes 3 de Marzo a las 8.50
°
Mi pequeña me abraza fuerte antes de entrar a la guardería pero al ver a su prima corre con ella, mi hermano se acerca a mi dandome un suave beso en la mejilla y los quedamos ambos mirándolas entrar de la mano aunque vayan a diferentes cursos.
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-¿Te ha traído Esteban? -pregunta.
-No, vengo en coche, tenía que trabajar muy temprano y se fue antes que yo, ahora iré a la sede. -explico.
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Me mira asintiendo y caminamos hablando de las cosas cotidianas hasta llegar a mi coche, siempre me acompaña a los sitios pues jamás me deja sola.
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-Tenemos dos reuniones. -anuncia cuando me apoyo en el coche.
-¿Dos? -suspiro.
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Asiente riendo y lleno mi pecho de aire.
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-Eres un vaga hermanita. -dice moviendome el pelo.
-¡Daniel! No tengo cinco años. -lo empujo protestando.
-Siempre serás la enana. -asegura.
-Vete al carajo viejo. -digo riendo.
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Me estrecha en su pecho riendo, beso su mentón y me mira.
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-Voy a la sede, allí nos vemos. -digo dulce.
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Toca mi nariz suavemente como hacía cuando yo era pequeña y asiente.
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-Supera que he crecido hermano. -bromeo entrando al coche.
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Conduzco hasta llegar a la sede, aparco frente la puerta y camino hasta el despacho de Jesús, él me mira al entrar y me abraza.
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-Te veo seria. -dice mirando su ordenador.
-Te os dos reuniones hoy. -anuncio.
-Las tenéis Daniel y tú, yo dejo ir al taller a ver como van las telas. -dice victorioso.
-Te escapas siempre, estúpido. -suspiro.
-Siempre me salgo con la mía. -rie.
-Bueno, pues voy a preparar las reuniones. -me acerco a la puerta.
-Él viernes comida familiar ¿no te lo ha dicho mamá? -pregunta.
-¿Qué? -me sorprendo.
-En poco hacen veinte años de casados, quieres hacer un almuerzo con toda la familia. -explica.
-Joder. -protesto.
-Sé que verle la cara a tu cuñada no es agradable pero no te queda otra hermanita. -dice serio.
-Lo sé. -suspiro saliendo.
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Y no, Martina no me cae mal, simplemente desde el primer día que Daniel la trajo a casa presentándola como algo más serio jamás me entró por los ojos, sé que hace con mi hermano lo que a ella le place y mi hermano, siendo el hombre que es, no entiendo como puede dejarse mandar por ella cuando una relación es cosa de dos.
Entro a mi despacho, enciendo el ordenador y dos horas se me van preparando las dos que tengo en apenas quince minutos, miro el reloj viendo que marca las once de la mañana y me pongo en pie recogiendo el papeleo que debo llevar ahora. Mi puerta suena abriéndose viendo a Daniel, me mira y alzo la ceja.
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-¿Lista? -pregunta.
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Asiento agarrando la carpeta y subiendo las escaleras recibo una llamada de Esteban.
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-Espera ¿si? -le digo a Daniel.
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Asiente pasando y lo cojo.
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-¿Qué ocurre cielo? -pregunto.
-No se si llego a recoger a la niña. -anuncia.
-Yo tampoco sé si me da tiempo Esteban, tengo dos reuniones de hora y media, salgo justamente a las dos. -digo seria.
-¿No puedes salir antes? -pregunta.
-Y tú, ¿no puedes salir antes? -insisto.
-No puedo. -asegura.
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Cojo aire.
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-De acuerdo iré yo, intentaré salir rápido. -digo decepcionada por su comportamiento.
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Cuelgo sin querer escuchar más de sus palabras, Daniel me mira y rodea mis hombros con sus brazos.
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-Martina puede recogerla, va a ir a por Olivia. -propone.
-No, tu esposa que se recoja a su hija y yo me encargo de la mia. -digo seria.
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Jamás dejaría a Zoe al cargo de esa mujer, prefiero llegar más tarde.

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