De sangre

Capítulo 14

Daniel Oviedo.
Sábado 21 de Marzo a las 21.00
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Mi mujer respira agitada sobre mi pecho, lo besa y sonrie.
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-Jamás me lo habías hecho así. -susurra.
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La miro y sonrio.
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-¿Te gustó? -pregunto.
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Asiente rotundamente para después cerrar sus ojos sobre mi pecho haciendo que la imagen del maldito beso llegue a mi cabeza nuevamente, puedo aún notar sus labios sobre pos míos, como su mano me pegaba a ella rogando que no acabase, fue un momento que, por desgracia, jamás olvidaré.
Soy incapaz de mirarla a la cara, nisiquiera puedo hablar con Jesús... ¿Debería contarselo?
Mi teléfono suena, me pongo en pie poniendome el boxer y dejando a mi esposa dormir en la cama.
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-Jesus. -digo tenso.
-¿Puedo saber como esta mi hermano o me va a ignorar? -pregunta.
-Estoy bien, bro, necesito hablar contigo. -comento.
-¿Qué pasa? -pregunta.
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Salgo de la habitación yendo a ver si mi hija duerme bien.
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-Es sobre Venezia. -susurro.
-Llevais varios días sin hablar, ¿no? -pregunta.
-Debemos hablar en persona. -comento.
-Cuando tu quieras. -asegura.
-El lunes desayunamos juntos antes de entrar en la sede. -propongo.
-Perfecto bro. -comenta.
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Cuelgo acercandome a mi pequeña y sonrio tierno... No puedo perder a mi familia por estar enamorado de la persona incorrecta, joder ¿por qué me case con esta mujer si jamás la amé?
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Venezia Oviedo
Lunes 23 de Marzo. 8.50
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Mi bebé espera junto a mi a que abran la puerta del colegio hasta que, a lo lejos, ve a su prima, corre a ella abrazándose y Daniel se queda paralizado al verme... Estos días Esteban trajo a la niña ayudándome sin darse cuenta a evitar a ki hermano. Tomó el coraje de acercarme a él y beso su mejilla como si nada ocurriese.
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-¿Cómo estás? -pregunto tocando su hombro.
-Bien. -no me mira.
-Oviedo. -agarro su mentón con dos dedos para que me mire, justo como ese día.
-Jamás hemos pasado tantos días sin hablar. -miro sus ojos.
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Examina mi rostro y me aparta totalmente nervioso, se queda sin palabras.
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-No quiero perder a mi hermano. -susurro.