Venezia Oviedo.
Sábado 22 de Mayo a las 21.35
°
Siento como unas manita as tocan mi rostro, aprieto los ojos y los abro viendo a mi pequeña llorando, miro a mi alrededor observando como Daniel me mira desde la puerta de la que fue mi habitación y mi pareja me agarra la mano.
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-¿Estás bien? -pregunta.
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Asiento algo débil, suspiro e intento reincorporarme.
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-Vuelve a acostarte. -dice Jesús empujando levemente mis hombros.
-Estoy bien. -lo aparto sentandome sobre el colchón.
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Miro a mi madre y esta se acerca.
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-¿Qué ha pasado? -pregunto.
-Peleamos y te alteraste mucho, caíste desmallada por la ansiedad del momento. -dice.
-Quiero ir a casa. -murmuro.
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Miro a Esteban, este agarra mis brazos y Daniel se aparta de la puerta algo serio.
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-Daniel. -voy detras de él aunque voy realmente mareada.
-¡Venezia! -me alza la voz Esteban.
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Caigo en el suelo cuando acabó de bajar las escaleras, mi cabeza da vueltas y, siendo sincera, creo que no soy consciente de lo que estoy haciendo.
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-Joder. -se agacha agarrandome.
-Sueltala. -dice Esteban serio bajando con mi hija en brazos.
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Veo el rostro de mi niña empapado en lágrimas, cojo aire agobiada y me pego al pecho de Esteban.
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-Vamos a casa. -susurro.
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Me ayuda a entrar en el coche, Daniel me mira desde el suyo y cierro los ojos, Esteban, una vez dentro me agarra el rostro fuertemente.
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-Nos vamos lejos de aquí, lejos de tu puta familia y el estúpido de tu hermano ¿me oyes? -asegura furioso.
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De sangre
ActionCuando tienes tu vida formada es muy difícil que todo de una vuelta poniendo patas arriba tu vida, aunque, realmente, nada es imposible. Si tienes pareja estable, bebé, casa, trabajo... En fin, lo que denominamos hoy día una familia común ¿como se p...