De sangre

Capítulo 42

Daniel Oviedo.
Miercoles 26 de Mayo a las 3.00
°
Recino una llamada haciendo que me despierte, frunzo el ceño viendo que es mi hermano y me siento en la cama.
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-¿Jesus? -pregunto adormilado.
-Lo ha hecho Daniel, casi la mata. -anuncia.
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Siento como el mundo se cae sobre mis hombros, cierro los ojos mareado, Agito la cabeza intentando pensar pero me es imposible: quiero matarlo.
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-Lo voy a matar. -digo lleno de odio.
-Ven al hospital, te necesita aquí. -dice serio.
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Me visto sin acer mucho ruido dejándole una pequeña nota a mi esposa avisándole de lo sucedido, salgo de casa conduciendo veloz hasta el hospital y veo a mi hermano en la puerta del centro esperándome.
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-¿Donde está que lo voy matar? -digo furioso.
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Mi hermano me empuja hacia atrás ya que sostenía para que no entrase como un loco en el hospital.
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-Está ahí, dice que ella se alteró y él solo la empujó, nadie lo cree, mamá me ha repetido ciento de veces que se vaya. -explica.
-Lo viy a echar a patadas. -empujo a mi hermano.
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Entro corriendo al hospital, busco su habitación pero mi cuerpo da un acelerón al verlo sentado frente una habitación. Corro, lo agarro del cuello de la camisa pegándola a la pared y lo miro furioso.
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-Largate de aquí. -ordeno.
-Ella es mi novia. -dice costosamente.
-Ella es mía cabrón ¿me oyes? Ahora te vas a largar lejos y la vas a dejar vivir. -aseguro.
-Es una zorra. -me empuja.
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Mi puño impacta en su cara, el suyo en la lia y cuando quiero darme cuenta mi hermano me sostiene y a él lo echa el hombre de seguridad.
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-Lo voy a matar. -digo frío.
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Mi madre sale, suspira al ver como un enfermero me cura y besa mi frente.
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-¿Cómo está? -pregunto dolido.
-Débil, acaba de despertar, esta la pequeña con ella, pero Zoe duerme. -explica.
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Entro en la habitación cuando termina y ella rie al verme.
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-Hola cariño. -susurra.
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Se sienta junto a mi agarrando mi mano, ella sonrie tierna y me rio.
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-Estás loco. -asegura.
-Se me ha ido la cabeza un poco. -murmuro.
-Dame un beso. -suplica.
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Beso sus labios con toda la suavidad del mundo, lo muerdo levemente y sonrie.
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-Vámonos ya Daniel, no podemos esperar más. -murmura.
-Cuando te den el alta nos vamos los cuatro. -aseguro.
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La puerta se abre viendo a mi madre, mantengo su mano agarrada aunque nuestras sonrisas no esconden los sentimientos que hay detrás.
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-Deja a ese hombre hija, porfavor. -suplica.
-Mira como está Zoe... Es una cría y a visto como su padre casi mata a su madre. -insiste Jesús.
-Sí, me iré de esa casa con la bebé, no creo que sea tan valiente como para denunciarme. -explica débil.
-Haces bien. -beso su mano.
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Mi madre sonrie viéndonos y Jesús frunce el ceño.
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-Me hace feliz veros tan unidos, pese a todo seguís siendo los mismos hermanos que erais cuando críos. -dice dulce.
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Jesus tose ahogando una risa y lo miro sonriendo divertido... Maldito Jesus.